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sábado, 20 abril, 2024
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ALBA DE PAPEL Incentivar La lectura, tarea de todos

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Por: ALMA RITA DIAZ CONTRERAS •

Concluyó la décimo novena Feria Nacional del Libro como un esfuerzo oficial por mantener una política de promoción de una actividad fundamental para la vida y para una sociedad libre a través de la lectura. El trabajo de este año, deja constancia del interés por mantenerla como un espacio de sostén y escaparate de la palabra y el libro.

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Y lo hace porque estratégicamente cambió de sede a Plaza de Armas y se adhirió un escenario que fue marco no sólo de las actividades en su mayoría musicales, sino de lecturas y presentaciones, casi todo en un mismo espacio coyuntural para la población, que merecidamente fue dedicada a uno de los hijos predilectos de Zacatecas, el “Quijote del soneto”, Don Roberto Cabral del Hoyo.

Un gran sonetista que dicho sea de paso llamó a los mineros “Epónimos y anónimos héroes de una moderna Ilíada, en cuyas negras manos se forja el porvenir”, quizá de una vieja y triste ciudad que no alcanza a despuntar en justicia, libertad y desarrollo.

Muy justo que los organizadores le dieran su nombre a la Feria Nacional del Libro 2019 (mayo 24-junio 2), porque aun cuando una biblioteca, una escuela llevan su nombre y el gobierno le publicó algunos títulos, Zacatecas le sigue debiendo mérito a este poeta, por su extraordinaria contribución al enriquecimiento de la lengua hispanoamericana. En los años previos a su muerte, quería quedarse en Zacatecas, pero no se le retribuyó con justicia y regresó a la Ciudad de México; en 1999 regresaron sus cenizas a su amada tierra natal.

Bien también por sus poemas que se apropiaron del espacio público, en banquetas y plazas, la programación aunque aceptable, echó de menos el talento del promotor cultural Héctor Ávila Ovalle destacado por su cultura y experiencia en programación académica.

Asimismo, fue importante la extensión que no descentralización de la feria, que llevó algunos eventos a municipios, hospitales y bibliotecas, asimismo las visitas guiadas de grupos escolares de niños y adolescentes, así como la inclusión en la expoventa, de los libros del IZC y de la Crónica del Estado.

El acompañamiento del Sistema Zacatecano de Radio y Televisión determinante en su consecución, fortaleció su estructura y su relación con la comunidad, difundiendo el quehacer de artistas, editores, promotores, escritores que siguen luchando a contracorriente porque el libro de papel no muera. Con reconocimiento para todos sus participantes y los lectores que acudieron.

Diecinueve años han constituido un trayecto de lucha para que Zacatecas se convierta en un lugar de lectores que corresponda a su legado cultural y artístico, una legítima aspiración que requiere de una labor constante de promoción de la lectura en la familia y la escuela, y por supuesto, una obligación del Estado para promover y garantizar ese derecho cultural.

La feria del libro nació en el 2000 en el mes de octubre, y no fue fácil mantenerla como la primera de muchas más, bajo la coordinación de quien este artículo escribe, pero en forma particular por el escritor y poeta fresnillense Juan Antonio Caldera, quien con rigor y amor por los libros, le dio sentido y pluralidad a la gran fiesta de la palabra.

En la promoción de la lectura, el reto continuará porque no hay niveles óptimos para presumir: según estadísticas de la OCDE y la Unesco, México se ubica en el penúltimo lugar de 108 países. Japón tiene el primer lugar, con 91 por ciento de su población que es lectora, le siguen Alemania y Estados Unidos, se calcula que en la nación mexicana sólo el dos por ciento, tiene el hábito por la lectura.

Con el avance de las nuevas tecnologías, los niños y los jóvenes leen más, pero la cuestión medular es ¿Qué es lo que leen y cuál es su propósito?… Para responder esta pregunta, hay polémica y contradicción por el analfabetismo funcional que estas herramientas provocan, en demérito de la razón y la imaginación creativa a favor de un mundo mejor.

La lectura fomenta el pensamiento crítico y la inquietud intelectual por nuevas ideas, conocimientos, argumentos que muestran en perspectiva las condiciones sociales, históricas, geográficas y culturales de la humanidad. La lectura en opinión de los especialistas, se convierte en una actividad eminentemente social y fundamental para conocer, comprender, consolidar, analizar, sintetizar, aplicar, criticar, construir y reconstruir los nuevos saberes de cualquier sociedad.

La lectura permite que el ser humano se forme una visión del mundo y se apropie de él, dándole su propio significado.

Quizá por este gran postulado, es que habrá que seguir bregando para abatir la desigualdad, la pobreza, la violencia y la paulatina subordinación que propicia la “modernidad capitalista”.

Leer ha sido y es una condición cultural, representa una obligación y un derecho para vivir en una sociedad incluyente y justa. Paulo Freire lo confirmó cuando escribió que “La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados –ignorantes- son hombres y mujeres cultos, a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una –cultura del silencio-“.

Una felicitación al esfuerzo de Janea Estrada Lazarín y a La Jornada Zacatecas, por los ocho años de vida del suplemento cultural “La gualdra”, que cumpla muchos más.

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