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viernes, 29 marzo, 2024
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Somos mamá en la casa y en la escuela; los estudiantes son hijos ajenos: Garza

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ La directora de prepa en la BUAZ cumplió el año pasado 25 años de carrera como docente

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■ Los maestros se enfrentan a generaciones complejas, dice; los jóvenes carecen de motivación

 

Para Mirna del Rocío Garza Ramírez, directora general de la unidad académica preparatoria de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), ser docente implica una gran responsabilidad.

“Somos mamá en la casa, y mamá en la escuela porque los vamos apreciando y es responsabilidad doble, porque son hijos ajenos, prestados por ciertos semestres, pero es una labor bonita ser docente”, dice la maestra.

A diferencia de la educación básica, en este nivel se va a formar a los futuros profesionales especializados en alguna área del quehacer humano, además de continuar con la consolidación personal en principio y valores, en ética y responsabilidad.

Los jóvenes van a desempeñarse en diferentes actividades y cargos públicos y privados, dando un aporte significativo al desarrollo como sociedad y el docente universitario hoy es un profesional que forma en competencias, es decir, en conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y aptitudes.

Para la docente ser universitaria es un orgullo y es difícil concluir un ciclo en la universidad

Éstas van a permitir a sus educandos tener competencias y capacidades para investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento, tomando en cuenta que cada generación es distinta, compete a los docentes especializarse y capacitarse en forma permanente y sostenida, lo que envuelve un gran esfuerzo.

En este sentido, los docentes universitarios toman cursos de formación en verano e invierno y las academias se reúnen y comparten experiencias y se abordan los temas actuales con alumnos para reforzar los conocimientos.

Sin embargo, actualmente el docente se enfrenta a generaciones complejas, pues cada vez más los jóvenes no tienen motivación para estudiar y prefieren posponer actividades o descuidar el estudio.

Se debe generar la confianza para que el alumno pueda acercarse y exponer las dificultades a las que se enfrenta en el estudio; para ayudarlos a solucionarlos y orientarlos en sus problemáticas.

El año pasado, Mirna cumplió 25 años de carrera. Recuerda que inició en la universidad con un examen de evaluación por las necesidades académicas que existía en ciencias exactas, impartiendo la asignatura de matemáticas, pues los semestres le tocaban a cada maestro de 5 a 10 horas clase frente a grupo.

A partir de ahí inició una carrera académica, administrativa y política para llegar a los espacios de la universidad. Fue directora de la preparatoria número 8 de Villa de Cos y el año pasado fue responsable del programa de la preparatoria número 2.

“He tenido muchas experiencias vividas, muy contenta con los alumnos, los años se han pasado sin sentirlo. Se necesita preparase, tener vocación docente, no faltar a clases, ser constante y no tener ausencias, que eso los desmotiva, al contrario, motivarlos diariamente”, menciona.

Indica que hay una gran diferencia de grupos, y las experiencias son diferentes. Sin embargo, busca fomentar valores a los alumnos para que cuentan con las herramientas necesarias en caso de que no pudieran continuar con su carrera, tengan otros valores para el tema laboral.

La satisfacción que ha recibido al estar frente a grupo es la de valorar y reconocer el gran esfuerzo que conlleva esta árdua tarea para encaminar a las futuras generaciones de universitario.

Para la docente ser universitaria es un orgullo y es difícil concluir un ciclo en la universidad, pues el alma mater representa la casa de muchas personas. “Apenas son 25 años, sentimos esta alma mater como la casa de nosotros, esperemos cumplir con nuestra encomienda hasta jubilarnos y continuar”, finaliza Mirna.

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