El apoyo social crece día a día en favor del Presidente de la República impulsor del Estado de Bienestar. Andrés Manuel López Obrador tiene hoy una aceptación social arriba del setenta por ciento de los mexicanos. Porcentaje no alcanzado antes por mandatario alguno. Causa alguna debe haber y la hay.
Por primera vez la información ocultada durante décadas por los gobiernos, desde Adolfo López Mateos hasta Peña Nieto, está siendo abierta a disposición de quien se interese. Mexicanos y extranjeros. Instituciones o grupos de opinión:
Se abren los archivos del CISEN. La guerra sucia queda al descubierto y con ello se descobija la perversidad de los diferentes gobiernos de prácticamente “fichar” o “dejar señalados” a miles de mexicanos por su participación en asuntos políticos de lado contrario a los intereses gubernamentales. Desde la represión al movimiento ferrocarrilero, hasta los desaparecidos de ayotzinapa, pasando desde luego por el movimiento médico en los sesentas y el que llevó a la masacre de Tlatelolco.
Pero no solamente abre el presidente los archivos de la represión. Abre los expedientes de la corrupción y, ¡de lo que nos estamos enterando!
Que el asunto del robo del petróleo se daba en cantidades multimillonarias en las plataformas del Golfo de México, a donde llegaban los buques-tanque a cargar y partían rumbo a Europa para entregar lo robado.
Que en Infonavit, además de que su corrupto director cobraba más de setecientos mil pesos mensuales, al hacerse la recuperación de casas sobre deudores que entraron en moratoria de pagos, dichas casas eran vendidas “a granel” por un valor de ¡3 mil! Pesos cada una a los hermanitos Bibriesca, hijos de Martha Sahagún, esposa del hombre de a caballo o como lo describe el escritor Fernando Vallejo “el asno cabalgando sobre un caballo” Vicente Fox. Los hermanitos les daban su “manita de gato” y las vendían a precios reales arriba de los quinientos mil pesos.
Nos estamos entrando que en el FONADIN, o sea el Fondo Nacional de Infraestructura, el lugar donde debía resguardarse el dinero recabado en todas las casetas de cobro del país, que debiera ser utilizado para financiar el mantenimiento de carreteras y puentes federales, también fue saqueado por Felipe Calderón y su querido amigo Benito Nemé, nombrado director.
“Y así es como el FONADIN ha repartido miles de MDP…desde expresidentes, exgoberandores, ex secretarios…”
Cada cloaca que el Presidente López Obrador abre para acabar con la corrupción, comienza inmediatamente a generar recursos económicos que están siendo destinados a la creación y fortalecimiento del “Estado de bienestar”. Para allá vamos:
“El Estado de bienestar opera en el ámbito de la distribución del ingreso mediante asignaciones monetarias directas (pensiones, subsidios, prestaciones compensatorias, asignaciones familiares, seguros de desempleo etc.)”
“La característica del Estado de bienestar es que la prestación de todos estos servicios se realiza no como un acto de caridad pública, sino como obligada respuesta a un derecho de las personas de menores recursos. Son consideraciones de justicia social y no de caridad las que determinan este orden de cosas que busca implantar la seguridad económica en la sociedad”, dice Rodrigo Borja en Enciclopedia de la política.
De hecho nuestro país funcionó adecuadamente y con justicia social durante muchos años, desde la constitución de 1917 que plasmó entre sus garantías sociales precisamente el Estado social de derecho y que hizo de nuestra carta magna “la primera constitución político-social del mundo.
Pero llegó Carlos Salinas usurpando el poder y desmantelo el Estado de bienestar consagrado en la legislación mexicana. Hoy nuestra constitución ya no corresponde con la original. Fue reformada para que fuese operable el saqueo a la Nación.
Sólo que el enorme saqueo a la Nación no puede quedar impune: Los recursos económicos deben ser resarcidos a las arcas públicas y, en casos que constituyan traición a la patria, la Fiscalía General de la Nación debe proceder. En traición a la Patria no hay perdón. “ NI OLVIDO” ■
