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viernes, 29 marzo, 2024
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La guardia nacional ¿Última opción?

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

Durante la semana pasada fue presentado el Plan Nacional de Seguridad. Aunque el planteamiento contiene un gran abanico de líneas de acción, la más discutida hasta hoy ha sido la de crear una Guardia Nacional (GN) con personal proveniente de la Policía Federal, de la Policía Militar y de la Polícia Naval. Durante sus intervenciones en el evento, tanto Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como Alfonso Durazo (AD) enfatizaron que las corporaciones policiacas existentes en los tres órdenes de gobierno sufren un avanzado proceso de descomposición e ineficacia, que las inhabilita como instrumentos confiables para la tarea de combatir y reducir al crimen organizado. A ello debemos agregar que las cifras duras sobre la inseguridad y el crimen en el país, ponen de manifiesto que la presencia de las unidades de combate integradas por soldados y marinos, entrenados para garantizar la soberanía territorial y la seguridad nacional, pero no para la seguridad pública, también ha resultado ineficiente, por lo que tampoco debe considerarse la opción de mantenerlas en las calles. Por ello, plantean como la única opción viable la creación de una corporación policiaca nueva, con disciplina militar, que se denominará Guardia Nacional y será la responsable de las funciones de policía en todo el territorio nacional.

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Un elemento de información importante para valorar adecuadamente la propuesta es su semejanza con la Gendarmería Nacional de Francia, la de Italia, la de Chile y la Guardia Civil de España, que siendo fuerzas dotadas de disciplina militar y de capacidad para llevar a cabo misiones militares, se especializan en atender las responsabilidades policiacas en todo el territorio de esos países. La GN se integrará con efectivos aportados por las policías federal, militar y naval, además de 50 mil nuevos reclutas; la nueva corporación deberá aportar la disciplina militar a los efectivos que provengan de la Policía Federal, y capacitar en las disciplinas policiacas modernas a quienes provengan de las policías militar y naval. A los nuevos reclutas se les deberá capacitar en ambos aspectos, y en los que sean necesarios para que jueguen un gran papel en la construcción de la cohesión e identidad de la nueva corporación. Desaparecerá la PFP y los efectivos del Ejército y la Marina que no vayan a la GN se mantendrán atendiendo sus actuales funciones constitucionales.

El nuevo gobierno está haciendo una gran apuesta a que esta nueva fuerza, formada en un primer momento por cerca de 150 mil efectivos, resulte un instrumento eficáz y eficiente para combatir el crimen y reducir la identidad y se convierta en la corporación que México necesita. La crítica más frecuente a la propuesta de la GN es la de que es un paso hacia la militarización permanente, que se trata solamente de un nuevo maquillaje para mantener a las unidades de combate del Ejército y la Marina en las calles. No se hacen cargo de que todos sus integrantes serán capacitados para llevar a cabo lo que será su función principal, aunque los que hoy son policías militares o navales ya han recibido 8 meses de adiestramiento como policías. Todos ellos y los nuevos reclutas, ahora formarán parte de una corporación policiaca con desciplina militar. Eso no es lo que hoy tenemos en las calles. Nadie en Francia, Italia o España habla de que sus países están militarizados.
Otro aspecto recurrente en las posiciones críticas es el que se refiere a que la GN formará parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y no a la nueva de Seguridad Pública. Aunque a mi tambíen me parece mejor la segunda opción como ubicación definitiva, considero que, por lo pronto, no está mal la primera por la siguiente razón: AMLO ha informado reiteradamente que él, un civil, encabezará personalmente la instancia colegiada encargada de tomar las decisiones cotidianas y de evaluar sus resultados, de manera que parece lógico que las cuestiones operativas queden en manos de la Sedena, dependencia dotada, con mucho, del conocimiento, el personal, el equipo y recursos de todo tipo necesarios para que la Guardia entre en funciones en poco tiempo. Ello evitará, además, que se dupliquen gastos en materia administrativa.

El mayor reto del nuevo gobierno en esta materia es impedir que la corrupción invada rápidamente las estructuras de la Guardia, como ocurrió con la PF. Recordemos que la propuesta incluye que AD sustituya a AMLO en sus ausencias y que en los estados sean los gobernadores quienes encabecen las instancias respectivas, con lo cual parece que además de salvaguardar la soberanía de las entidades federativas, las más altas autoridades estarán pendientes como nunca del sano desarrollo de la Guardia, la que deberá contener un grupo especial muy capacitado para el control interno de las conductas indebidas. Es pertinente mencionar aquí que la disminución drástica de la corrupción y la impunidad dependerán en mayor medida de la depuración que se realice en los organismos responsables de la procuración y administración de justicia. Otro reto mayúsculo. ■

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