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jueves, 25 abril, 2024
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Desencuentros en el aeropuerto

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Por: QUITO DEL REAL •

Haber pospuesto la intención insensata de los miembros del CCE (Consejo Coordinador Empresarial) de ser mano en la definición del lugar para construir el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), y que se haga realidad en el Vaso de Texcoco, da validez a la primera conclusión sostenida por los principales afectados de eseenorme desarrollo: habrá muchos problemas, sobre todo por la expulsión de sus habitantes y la disolvencia de sus usos y costumbres; se diezmará el entorno ecológico, se debilitará el subsuelo y los mantos freáticos, amén de mantenerla sobreexplotación de las superficies más ricas en materiales de construcción, y se depredarán los pocos bosques que quedan. Esto sin añadir que obligará el cierre del Aeropuerto Internacional Benito Juárez y de la base aérea militar de Santa Lucía, por razones de índole aeronáutica.
La gente de Atenco y lugares circunvecinos argumentan todavía más: el nuevo aeropuerto no será núcleo efectivo para encontrar nuevas fuentes de trabajo. En ellas, consideran, seguramente irán por adelante los criterios explotadores de las empresas trasnacionales que esclavizarán a los habitantes locales con el sistema de contratación denominado outsourcing. El NAICM no es la panacea para elevar el nivel de vida de los trabajadores y sus familias.
Este rosario de argumentos aparentemente sencillos, son casi nada ante el empecinamiento del CCE, a favor de construir el NAICM en el Vaso de Texcoco. Para ellos, la decisión en su contra tendría un costo de 100 mil millones de pesos y afirman que debe ser tomada por los científicos, por los ingenieros que más saben, sin tener que incluir la opinión de quienes han ocupado ese territorio y son herederos de sus ancestros. Para los empresarios neoliberales, los temas técnicos que se deciden por razonamientos, con argumentos y con estudios de ingeniería especializada, no pueden ser sometidos a una consulta pública, por ser diferentes de los políticos y sociales que sí tienen esa naturaleza.
Pero los empresarios ignoran que los habitantes de Atenco han sido asesorados con análisis y estudios técnicos detallados, y saben lo que dicen desde la época en que Vicente Fox invirtió sus pocos pelos de su frente contra ellos. A otro poeta con esa rueca.
Ahora, la decisión final sobre la construcción de una nueva terminal aérea en el Valle de México será tomada por el nuevo gobierno a partir de una consulta ciudadana vinculante a nivel nacional, que se realizará los últimos días de octubre próximo. Los empresarios mostraron su desazón cuando López Obrador, a diferencia de la semana pasada, dijo: “Voy a pedirle al pueblo de México que me ayude a deshacer el entuerto, como dijo el Quijote”. Dijo además: “Tenemos vocación democrática y no responderemos a intereses creados, sólo al pueblo”. Ya habrá tiempo para comentar el método que será utilizado en estafutura consulta, para analizar la veracidad de las frases heroicas y nacionalistas de AMLO.
El cambio de señal desde el dogaout proviene del trabajo de coordinación del Ing. Javier Jiménez Espriú. Quizá el ingeniero tuvo tiempo de asimilar la tradición de planteamientos generada a propósito de las grandes obras en la CdMx. En efecto, podría recordarse que el pensamiento clásico acerca de las grandes obras en el Valle de México no proviene de las mentes neoliberales que hoy se reúnen eventualmente para hacer negocios con la obracolosal del NAICM, en el Consejo Coordinador Empresarial, sino de mentes reconocidas, patriotas y sabias como la delingeniero y doctor en Ciencias Nabor Carrillo Flores, investigador mexicano que alertó desde la década de los años 50 sobre los problemas que representaba la desmedida extracción de agua del subsuelo para la Ciudad de México, o los de Marcos Mazari, quien evidenció el déficit que existía en la recarga del acuífero, su vínculo con los hundimientos del subsuelo, y eventualmente, la probable contaminación de los mantos freáticos con sus graves efectos.
Según Cristina Barros (escritora, maestra, columnista y divulgadora), al ser Javier Jiménez Espriú el coordinador de estos trabajos, cobró vigencia el punto de vista de otro gran ingeniero: Javier Barros Sierra, “quien primero como director de la Facultad de Ingeniería y luego como rector, planteó la necesidad de formar profesionales con una visión social, nacionalista y de servicio, y propició el necesario intercambio entre las áreas técnicas y de ciencias naturales, y las áreas de ciencias sociales y las humanidades”. O el de Exequiel Ezcurra, Marisa Mazari, Helena Cotler y Pedro Moctezuma, cuyos textos serán indispensables en las futuras mesas de trabajo.
No es poca cosa decir que en las mesas deberá incluirse a las personalidades académicas efectivamente poseedoras de un análisis poderoso, independiente y solidario, porque el tema que se discutirá no es poca cosa: la viabilidad del Valle de México.
Se acerca una prueba de fuego para la relación amistosa entre Andrés López Obrador, el CCE, y la personalidad siempre poderosa: Carlos Slim. Estamos a semanas de probar de qué están hechos los amarres con los sectores políticos, sociales y empresariales de diverso tipo que se arrimaron de manera sorpresiva a la cargada que persigue las huellas del presidente electo. ■

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