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viernes, 29 marzo, 2024
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“El sacudimiento de los partidos”, aportación más grande de esta elección: Bernardo Barranco

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Por: ALMA RÍOS •

“Será un profundo reacomodo de una clase política que se había acostumbrado a ser voraz”

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Bernardo Barranco Villafán había adelantado un voto que enfrentaría al miedo con la ira social. El pasado domingo se expresó esta última de manera contundente. El sociólogo, ex consejero electoral en el Estado de México y especialista en temas de política, cultura, religión, también había señalado que la aportación más grande de esta elección será la reconfiguración de la clase política, “el sacudimiento de los partidos” como resultado de la manifestación del poder de castigo del pueblo.

No obstante, también adelantó en la entrevista con La Jornada Zacatecas realizada el pasado jueves 28 de junio, que lo por venir tras llevar al candidato morenista a la Presidencia, sería “un estira y afloja intenso. El que piense que con Andrés Manuel López Obrador vamos a estar en la república de la esperanza, creo que está muy equivocado, al contrario, van a ser meses y años muy intensos”.

Tiempos en los que lo interesante reiteró, será un profundo reacomodo “de una clase política que se había acostumbrado a ser voraz (…) sé que no es muy halagador, pero bueno, estoy tratando de ser muy realista, crudamente realista”.

Barranco Villafán también se refirió entre otras características de este proceso electoral “a las extrañas alianzas” que se tejieron en torno a las candidaturas; el brincoteo de políticos de un bando a otro; una especie de chapulinismo “absolutamente geométrico”, es decir, que se dio hacia todos lados.

Esto se expresa como “el fin de la identidad”, dijo, para señalar que estamos atestiguando la caída de los partidos de principios e ideologías.

“De grandes proyectos históricos como fue el liberalismo, el socialcristianismo, el socialismo; grandes corrientes ideológicas que marcaban no solamente el proyecto de país sino también la identidad. El santo y seña, las características de la militancia, el lenguaje; finalmente esto se ha perdido”.

Aunque el fenómeno ya se había expresado se agudizó en esta lucha por el poder que representan las elecciones como una expresión del cortoplacismo.

“El largo plazo de la clase política, son las próximas elecciones, y esto evidentemente que mina un proyecto que va más allá” y convierte a los candidatos más que en sus promotores, simplemente en mercancías coyunturales.

Dijo que en el presente proceso electoral se habló poco de los proyectos y las perspectivas de país, y mucho de los defectos y la denostación de los candidatos, incluso utilizando mentiras en los debates.

“Esto nos indica una crisis ideológica” que se expresa no solamente en México sino en otros países y que implicará para el sistema de partidos nacional un replanteamiento, un reacomodo o reconfiguración importante.

“El PAN está fracturado en tres o cuatro facciones. El PRD está tremendamente debilitado. En el PRI con el resultado de castigo que va a tener muy probablemente se desatará una lucha interna donde se sacudirá la tutela del grupo Atlacomulco para resituar nuevos liderazgos”.

También se expresa una incógnita sobre cómo va a quedar este partido “después de un repudio tan agudo” contra el instituto político y Enrique Peña Nieto.
“Es decir, hay que ver que efectivamente estamos frente a un proceso de reacomodo importante de la clase política y que estos cambios van a tener consecuencias en el electorado”.

El coordinador de “El infierno electoral. El fraude del Estado de México y las próximas del 2018” (Grijalbo, 2017) adelantaba asimismo un peritaje de la población sobre candidaturas cuestionables que en algunos casos promovió Morena, y que dijo, podría ocasionar una pérdida de votos o una falta de competitividad, pero el electorado votó parejo sin distinciones.

“Vamos a ver en qué lugares efectivamente estos chapulines van a ser castigados por la propia población, en ese sentido creo que hay que ver, que analizar”.
Observó asimismo como un elemento particular de esta elección que no prosperó, el llamado al voto útil.

Recordó que en el año 2000 al ver la izquierda que la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas no repuntaba optó para sacar al PRI de Los Pinos apoyando a Vicente Fox, “y el conducto, el canal de esta consigna del voto útil fue Jorge G. Castañeda”.

Luego la elección del 2006 “muy peleada” entre López Obrador y Felipe Calderón implicó ante el derrumbe del candidato priista Roberto Madrazo, que se canalizarán los votos hacia el abanderado del PAN tratando de impedir que Andrés Manuel se erigiera en presidente, “y el conducto fue la profesora Elba Esther Gordillo”.

De misma forma ocurrió con el voto panista cuando el tabasqueño se enfrenó con Peña Nieto en el 2012; ya que desde el principio Josefina Vázquez Mota no se expresó como la candidata absoluta del Partido Acción Nacional.

“Ahora eso no funcionó por la distancia y los enconos que se dieron. La guerra sucia hacia Anaya sobre todo fue una especie de espada de Damocles que sin duda, sí lo llegó a lesionar públicamente”.

Sin que operara la opción del voto útil lo que restó a los candidatos Meade y Anaya, fue mantenerse sin claudicar usando un discurso providencialista “como si la mano de Dios fraudulenta” pudiera cambiar las cosas de manera mágica o misteriosa.

En realidad significaba se aplicó la lógica que reza, “de lo perdido lo que aparezca”, para evitar “que la ola en torno al candidato puntero no se convierta en un tsunami” y tratar de mantener los más espacios posibles en términos políticos”.

Sobre el mensaje social de la preferencia hacia Andrés Manuel López Obrador y el ajuste necesario que debe hacer para atenderlo, agregó, “pues vamos a ver, porque hasta ahora las grandes afirmaciones de Andrés Manuel han sido de corte moral (…) una perspectiva de valores más que de propuestas concretas. Evidentemente no va a tener una varita mágica ni el país se va a recomponer cuando sea presidente”.

Ante el poco tiempo que tendrá al frente del país, “yo creo que la aportación más importante que va a tener es esta reconfiguración de la clase política”.

Bernardo Barranco agregó al análisis de lo que vendrá, el que el morenista “tiene muchos aspectos que no son muy claros. Yo lo hablo desde mi ámbito de expertisse (…) desde ahí leo con mucha preocupación las apuestas que está haciendo, alineándose no con grupos de derecha o conservadores sino con el fundamentalismo religioso que son los pentecostales, haciendo propuestas un poco extravagantes como una Constitución moral”.

Este aspecto habría quedado parcialmente conculcado luego que los resultados de la elección apuntan a la desaparición del Partido Encuentro Social, aunque quede representado en la Congreso de la Unión.

López Obrador, refirió Barranco Villafán, ha dicho que hay una Constitución política y ahora se necesita una Constitución moral.

“Pero olvidando que toda Constitución política parte de un código ético. En este caso es el código ético cristiano: no matarás, no robarás… bueno, pues en la Constitución encuentras puniciones a este tipo de acciones ¿no?”.

Ante esta opción dijo que la gran aportación que podría generar López Obrador es en cambio, “vincular o tratar de cuestionar este divorcio que se ha dado en los últimos años, de esta clase política pragmática, expresamente del tema de los valores”.

“Es decir, este divorcio entre el poder y la ética (…) entre la conciencia moral y esta conducta delictiva de enriquecimiento ilícito que tiene la clase política. Creo que por ahí podría ser interesante, más que andar hablando de constituciones”.

“Lo otro va a ser un estira y afloja intenso, aquí el que piense que con Andrés Manuel López Obrador vamos a estar en la república de la esperanza, creo que está muy equivocado”.

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