27.5 C
Zacatecas
viernes, 19 abril, 2024
spot_img

Volver al pasado

Más Leídas

- Publicidad -

Por: CARLOS FLORES* •

La Gualdra 340 / Río de palabras

- Publicidad -

Hoy recibí una llamada. “¿Sí sabes quién soy?”, me dice una voz muy familiar que no lograba reconocer. No sé, dame una pista: ¿mariguana, caguamas o tequila?, contesté. “Tibio”, me dice, “soy Pedro, tu compañero de la secundaria”. No tardé en ubicarlo, sobre todo porque lo acababa de ver un par de años antes cuando su hija entró a estudiar a la escuela en donde trabajaba. El asunto: nos vamos a reunir los compañeros de la secundaria.

En ese momento me sentí como el cuate de la serie ochentera de “Los años maravillosos”, un adulto que narraba su niñez y adolescencia de una manera muy entretenida, pero sobre todo, con un excelente soundtrack, y que a veces lo hacía uno soltar las de san Pedro o reflexionar sobre ciertas cuestiones. Y entonces, en ese momento me vi a mi mismo en aquella secundaria.

El lugar en cuestión es la Secundaria Federal Número 3, la cual preferí en vez de la número 1, sólo por darle en la contra a mis padres. No me arrepiento, ahí viví momentos realmente geniales: el primer amor: una chica que dejó de dirigirme la palabra al siguiente día de haber hablado con ella por primera vez y sentir esas tremendas mariposas en el estómago que tanto había mentar, debido a que mi “mejor amigo” le dijo cosas terribles que supuestamente había dicho sobre ella. La caída fue fatal, pero sobreviví.

También están ahí los primero cuates: Horacio, Sergio, el Gallo, el Cone, Edgar, Villalobos, Roberto, Pedro, etcétera, y cómo no, las primeras borracheras con chela en bolsa con popote; los primeros pleitos de “compas” con cuates que no conocía y que después se convirtieron en verdaderos compas; los primeros pininos en la vida discotequera: ¿cómo olvidar las famosas tardeadas del Elefante Blanco?

El soundtrack de mi vida no estará tan genial como el de la serie que mencioné, sin embargo valdría la pena tenerlo: Depeche Mode, U2, Pet Shop Boys, Kiss,  The Smiths, Def Leppard, The Human League, A Flock of Seagulls; y la parte de “chico disco”: MC Hammer, Falco, Johnny O, Stevie V, Erasure,  menos clásico pero bien ochentero.

Lo mejor sin duda fue la gente que conocí. Los compañeros que llegaron al igual que yo, dejando un pie en la niñez y poniendo el otro en la vida adulta: prejuicios, ilusiones, sueños, pasiones, deseos, cuestiones que compartimos y que de alguna manera forjaron lo que somos hoy en día. Todos ellos, para bien o para mal, dejaron una profunda huella en mí, me mostraron cómo adaptarme a la vida, cómo relacionarme con los demás, cómo diferenciar aquello que valía la pena de lo que no.

Así que esta tarde dejaré de hacer lo que regularmente hago los viernes e iré al encuentro con mi pasado, para ver de nueva cuenta aquellos rostros que me fueron familiares por años, y que hoy, luego de más de veinte años, vuelven a estar juntos. Estoy nervioso, ¿quién no? No sé a quiénes encontraré ni cómo será ese encuentro, pero por el tiempo compartido vale la pena probar.

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -