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jueves, 28 marzo, 2024
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“El dolor de tener un hijo desaparecido aumenta por la indiferencia de autoridades”

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

Advierte que se pasa de ser amas de casa a investigadoras judiciales

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“Una madre deja de vivir y convive con un eterno dolor al no saber nada de un hijo”

Una madre deja de vivir y convive con un eterno dolor al no saber nada de un hijo. Esto aumenta cuando las madres de familia de los desaparecidos se encuentran con la insensibilidad e indiferencia de las autoridades encargadas de dar respuesta a su caso, coinciden familiares que participan en el foro de Implementación de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada Desaparición cometida por Particulares en el estado de Zacatecas.

La vida de una madre cambia radicalmente cuando no tiene noticias de uno de sus hijos. Pasan de ser amas de casa a convertirse en investigadoras judiciales, con tal de dar con el paradero de su hijo y no queda otra opción, ya que en esos casos, las autoridades prefieren no actuar.

Ya no hay descanso, ya no se duerme. Las noches se pasan en vela, esperando que su familiar aparezca por la puerta nuevamente. Se prueba alimento sólo porque su cuerpo lo exige, pero ya no se saborea la comida ni un buen platillo.

“No somos una nota en un periódico, somos madres que sufrimos”, dice la madre de un joven que desapareció hace ocho años, cuando salía a la tienda, la cual se encontraba a siete casas de su domicilio.

Su primer bloqueo fue la búsqueda, pues en el Ministerio Público se le dijo que tenía que esperar a que pasaran 38 horas desde el momento de la desaparición para que los judiciales iniciaran su búsqueda.

Aunque se interpuso una denuncia en las oficinas se le dijo que solamente “se había levantado un acta” y nunca se le mostró un expediente del caso. Así, entre oficinas y trámites, pasaron seis años sin noticias de su hijo.

Se le dijo que en este tiempo se cumple el plazo para la presunción de muerte. Dice la mujer que ella mismo llevó avances de la investigación que realizó a las autoridades judiciales, pero escuchó muy claro cómo rompían los documentos con datos que entregó a los oficiales para dar con su hijo.

Cuenta que cuando reclamó a las autoridades encargadas de atender su caso, de no iniciar la búsqueda de su hijo, la respuesta que recibió fue “Cálmese, no ve como está el ambiente, comprenda que también tengo familia”, dice con impotencia.

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