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jueves, 25 abril, 2024
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Corrupción con investidura de empresario: el diablo hablando de bondad

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Por: La Jornada Zacatecas •

¿“Los empresarios” son un sector homogéneo? ¡En lo absoluto! En ese campo hay personas que les gusta emprender un negocio con el que viven y reciben ingresos equivalentes a un asalariado. Los miembros de la empresa son familiares y se tipifican dentro de la llamada economía social. Emprendimientos poco capitalistas. También existen los empresarios que tienen una fábrica de algo o una firma de venta de servicios o producen con montos medianos en alguna zona agrícola, que tienen algunos trabajadores y hacen de tripas corazón para cumplir con la nómina y con la temible Secretaría de Hacienda. De este tipo de empresas hay miles en México, y es donde las personas que trabajan dentro de la iniciativa privada tienen hasta el 70 por ciento de los empleos. Son muchos empleos en este sector, pero sus ingresos son medios o abiertamente bajos. Los nuevos (de este tipo) tienen problemas de sobrevivencia: perviven 2 de cada 10 que inician. La cosa no está fácil.
Las empresas que tienen capital de muchos países y tienen enormes plantas y cobertura internacional, son otra cosa. Los empresarios de ese tipo adquieren fuerte poder político y hablan por celular con el Presidente de la República. Dentro de estos empresarios, hay un grupo muy selecto que hace negocios con las actividades del gobierno: obra pública de grandes dimensiones (como aeropuertos), proyectos de telecomunicaciones, venta de equipos de seguridad, concesiones de minas, vías de comunicación terrestres y proyectos estratégicos. Hablamos de cantidades exorbitantes de dinero. En los últimos tres sexenios (18 años al menos) han hecho verdaderas fortunas. Y han gozado de privilegios zaristas: contaminan ríos o desplazan poblaciones y no pasa nada, pierden vidas enterradas bajo tierra y tampoco les pasa nada. Los servicios tributarios les regresan cientos de millones de pesos y son inmunes como casta de nobleza novohispana. La continuidad del negocio depende que tengan un buen gerente en Los Pinos. ¿Y si llega a la oficina presidencial ‘un indeseable’? ¡Pues a sacarlo de ahí!
Como podemos observar, la corrupción es una coordinación de dos lados: del gobierno y de la iniciativa privada. Es un negocio redondo porque forma un círculo que se retroalimenta entre ‘estímulos’ públicos y ‘beneficios’ privados. Si se pretende acabar con la corrupción se debe atacar al círculo del vicio, no sólo a un lado del mismo. Por ello, así como hay políticos corruptos enriquecidos sin justificación, también hay empresarios corruptos que se han enriquecido en forma ilegítima. Que, además, por causa de la impunidad con la que operan, generan un daño enorme a la nación. La pregunta es, ¿se debe seguir tolerando a esos ‘empresarios’? La complicidad corrupta provoca, justamente, que la economía general del país se estanque, y por tanto, que los miles de empresarios que se angustian y sudan la gota del trabajo verdadero pierdan sus negocios. Por tanto, no debe continuar esta situación. En Zacatecas ya tienen saldos humanos graves: Salaverna y La Colorada. En los medios nacionales vemos a estos empresarios hablar de tolerancia, Estado de Derecho y libertad económica: el diablo hablando de bondad.

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