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martes, 23 abril, 2024
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Turismo cultural: ¿realidad?

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Por: Jorge Humberto De Haro Duarte •

Realidad.
Como se dijo al principio de esta serie de trabajos, existen todos los elementos para que Zacatecas, el estado y principalmente la ciudad capital se transformen en un polo de atracción turística en general y cultural en lo particular. De hecho, si se planea debidamente, es posible que en ese mismo ejercicio administrativo del actual gobierno estatal se pueda lograr. Depende mucho de la visión e intención que se tenga sobre este tópico. Pero, como siempre, parece que salvo lo ya definido como el Festival Cultural, en el resto de los eventos y temáticas tratadas en los centros de cultura como museos, teatros, plazas y otros puntos de esparcimiento, hay poca difusión al respecto. Y de hecho no es que sea poca, pero está canalizada con poco efecto e impacto mediático.
Para empezar, existen los organismos administrativos que están ocupados en este tema, el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC), la Secretaría de Turismo de Zacatecas (SECTURZ) y los centros que dependen de dichas instituciones donde destacan las Casas de Cultura. Se cuenta además con un número más que respetable de museos y lugares emblemáticos que pueden aportar bastante al fomento de esta posibilidad como edificios, plazas, fuentes, barrios junto a las historias, tradiciones y leyendas asociadas a todo este complejo informativo y estructural que debiera bastar y sobrar para hacer que, para empezar, la joya de la corona o la cereza del pastel, es decir, la Bizarra Capital se manifieste ante el mundo como un Patrimonio Cultural. Solamente hay que darle organicidad a partir de los elementos con que ya se cuenta en este momento.
El meollo principal de este desajuste, parece concentrarse en el aspecto humano. Por una parte, parece que a los prestadores de servicios turísticos (hoteleros, restauranteros, antreros y operadores de servicios turísticos, principalmente) no parece quedarles muy claro el concepto. Se ofrece buena hospitalidad, gastronomía, centros de esparcimiento y paseos muy interesantes, pero falta acercar más al turismo a los eventos de corte cultural que con regularidad se presentan en la capital y la zona conurbada. El mejor intento puede rescatarse del esfuerzo que hacen las operadoras de teatro promoviendo la presentación de Las Leyendas y que para variar, por regla general, el único espacio donde se facilita esta actividad el Centro Cultural Ciudadela del Arte, donde contra viento y marea, su director, Ing. Manuel Meza Montalvo, logra que las instalaciones de este centro sirvan para lo que está diseñado, la promoción y difusión de la cultura y las artes. Pero este es un garbanzote, las otras instancias, como los museos y los teatros se manejan desde una rigurosidad burocrática aplastante. Y no es este el lugar para criticar las causas y azares de los espacios muertos o abúlicos, pero todo mundo sabe cuáles son y por qué no funcionan siquiera a mediana capacidad. Se ha reconocido desde las instituciones que la difusión de dichas actividades y espacios no ha tenido el alcance esperado y que se deben diseñar mejores estrategias para magnificar su alcance. En este tenor, también se ha descuidado la selección y la invitación del turismo culto que existe por montones en el país y muchas partes del mundo. Este turismo requiere un trato especial y deja más divisas que el turismo tradicional que únicamente busca el entretenimiento y esparcimiento que puede encontrar en cualquier lugar del país y del planeta. Además, el turismo culto puede, a la larga, ayudar a la población local formas de convivencia diferentes que tengan que ver con el respeto a la ciudad, a la población y a los elementos que tienen que ver con la protección ambiental.
En este último aspecto, el elemento más importante a administrar correctamente es el agua y su cuidado, lo mismo que el gasto inútil de energía (como esa lamentable idea de poner iluminación de abajo hacia arriba) y sobre todo, la falta de cuidado en la cantidad de basura que se genera en todas partes y por persona. Por desgracia, no hay conciencia ambiental y parece que la dependencia encargada de este asunto ya tiró la toalla por razones presupuestales y esta factura habrá que pagarse con lamentaciones tarde o temprano; sigue sin manifestarse un programa serio y sólido que tenga que ver con una visión futurista en este aspecto.
Para ponerlo de un modo concreto, las diversas instancias de gobierno, los empresarios y los ciudadanos deben amalgamar intereses no sólo económicos sino de trascendencia que permitan estar a la par con el turismo cultural y los turistas cultos que nos visiten; para decirlo de un modo llano, el que es buen juez, por su casa empieza. Mientras no se entienda que a lo que hay que apostarle es a la educación y a la difusión de la cultura y las artes entre la población, se estará limitado ante cualquier intento de trascendencia y se seguirá haciendo el papel de lacayo ante los visitantes y se afirmará el dicho de que se es “candil de la calle y obscuridad de su casa”. Pero de que se puede, se puede.
Recomendación de hoy. Existe en Zacatecas un hotel muy especial dónde se sentirá como en casa cuando visite esta ciudad: La Casona de los Vitrales, ahí admirará hermosos vitrales, diseñados por el artista zacatecano Ismael Guardado, sus espacios interiores dan un sentimiento de exclusividad, confort y descanso. Habitaciones, decoradas con un estilo único y con carácter temático. Ubicado en el centro de la ciudad a menos de cincuenta pasos de la Alameda Trinidad García de la Cadena. Jardin de la Madre 120, Zacatecas Centro, teléfono: 01 492 925 0096.
Feliz año a todos, que la sabiduría os ilumine cuando se tenga que votar para elegir un gobierno el próximo mes de julio. Por lo demás, para todos, mucha salud física, emocional y conductual.

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