Se fue. Dejó el cargo de Secretario de Educación Pública Aurelio Nuño Mayer. El mismo que comenzara como un fiscal de hierro al mando de la SEP. Al grado de ganarse el mote entre la disidencia magisterial de “el sargento Nuño”, por su empeño en aplicar a rajatabla la reforma educativa, pero que termino siendo el niño ñoño cuando una niñita de primaria le corrigió la plana cuando pronunció “ler”, y en el acto, la alumna le espetó: “no se dice ler, se dice leer”. A partir de entonces comenzó apagarse la estrella de Nuño y le bajo a sus visitas a las escuelas qué, aunque escogidas a modo no estaban exentas de que cometiera algún traspié, como el mencionado.
Nuño no es precisamente un tecnócrata. Tampoco un político clásico de mucho lustre. A diferencia de Mead y de Videgaray no pasó por la meca de los tecnócratas con cargos estratégicos en los últimos gobiernos, el ITAM. Su mérito estuvo en la cercanía y amistad que tuvo con Peña Nieto. Fue este quien lo mandó al ruedo como operador de su reforma educativa bajo la consigna de imponerla contra viento y marea.
Muy orondo al despedirse el niño Nuño ñoño como la picaresca periodista termino bautizándolo, declaró que en su gestión al frente de la instrumentación de la reforma educativa “se enfrentaron resistencias, pero lograron vencerlas”, (Reforma, 7/12/2017). Agregó como grandes conquistas del proceso reformista educativo el que hoy en día quien quiere ser maestro pasa por una evaluación quedando en el pasado la compra o herencia de las plazas.
Entre los logros parciales y todavía relativos que lega Nuño Mayer se pueden enumerar el aplicar aun teniendo en contra la tozuda resistencia de la CNTE, la punitiva y de carácter laboral Ley del Servicio Profesional Docente (LSPD) con sus las evaluaciones para el ingreso, permanencia y promoción de los profesores de educación básica y media superior. Evaluaciones que incluso se hicieron en las entidades bastiones de la Coordinadora. El programa “Escuelas al cien” más allá de los parches y remiendos que se les hagan a algunos planteles” ha venido a representar jugosas ganancias a las constructoras y contratistas favorecidos con el presupuesto que se incrementó a costa de bonos bancarios que representan deuda pública. A más de cuatro años de haberse puesto en marcha la Reforma, no existe la certeza de que el nivel educativo, el rezago y la eficiencia terminal hayan mejorado ostensiblemente.
Sabido es que la reforma educativa, transformación de gran envergadura si la hay, verá sus frutos en el mediano plazo, dentro de diez o quince años si bien nos va. Nuño deja como pendientes la reconstrucción de 11 mil planteles afectados por los sismos de septiembre que ocasionaron la perdida de dos meses de clases. Queda también una muy difusa reestructuración de las instituciones formadoras de docentes cuya estrategia para transformarlas no se aclaró del todo, comenzando porque según Juan Alfonso Mejía, director de Mexicanos Primero: “Hay todavía la necesidad de que se detalle cual es [el] estado que guardan las escuelas normales… No se ha publicado el diagnóstico”, (Ídem.). Actualmente, el modelo educativo, instrumento esencial de lo que es en realidad una reforma educativa, del que apenas se conocieron los documentos que lo sustenta hace unos meses y que durante el presente ciclo está en su fase de prueba piloto, es un enigma. En junio o julio próximos ocurrirá la evaluación del mismo, en agosto los maestros más obligados que con ganas, recibirán los clásicos cursos en cascada para empaparse de recetas en cosa de días sobre su contenido que tratarán de aplicarlo. Lo harán los que lo entiendan y estén convencidos de sus bondades. La experiencia enseña que las inercias y el peso de la tradición pedagógicas son más fuertes que las leyes y reformas.
El niño Nuño ñoño abandona la silla que una vez ocupara Vasconcelos para irse por ordenes de su jefe más que amigo Peña, a coordinar la campaña del desangelado y anti carismático Pepe Mead. Con un destino incierto partiendo desde el tercer lugar en las encuestas de la lisa presidencial.
En su relevo llega quien se considera fue siempre el poder tras la silla del ministerio educativo. El político y funcionario de la experiencia y de la sabiduría. Nada menos que el muy cercano a Salinas de Gortari, exgobernador de Aguascalientes Otto Granados Roldan. Éste toma el cargo según declaró, con el compromiso de consolidar la reforma, a la que considera como la “más importante que México ha emprendido en décadas”. Cargo que asume como un desafío. Y vaya que lo es.
Retazos. 1. La ambición del niño azul que lo llevó a costa de ganar la candidatura presidencial de la coalición con el perderé y con franquicia de Dante Delgado está comenzando a cobrar su precio. A los panistas de Nuevo León y otros estados se unirán otros en todo el país, mismos que se inconformaran cuando los partidos aliados traten de asignarse las candidaturas de distritos y senadurías en las que los azules son mayoría y hasta han ganado elecciones. Y es que una cosa son los acuerdos entre las cúpulas y otra la realidad regional. Lo que parecía un negociazo para el PRD y MC, registrar la mitad de las candidaturas cuando su votación actual no pasa del 20 %, podría caerse como castillo de naipes.
2.Que casualidad que el mismo día en que Nueva Alianza firma la coalición con el PRI liberan a Elba Esther de su cárcel VIP en un hospital y la trasladan con arresto domiciliario amortajada cubierta con una sábana cual si fuera ya un cadáver a su jacalito de Polanco. Sigue pendiente si es que recibe un juicio adverso, dónde quedaron los millones que se clavó y cuando devolverá el dinero que robo de las cuotas de los maestros, junto con las casas, residencias, obras de arte y demás artefactos y propiedades mal habidas. De momento la mantienen en su jaula de oro a la espera del sueño guajiro de que el panal y sus profes mapaches contribuyan con la suma de votos necesarios que ayuden al triunfo de Mead. Lo que está por verse.
