«Si es necesario… vamos a convocar un dialogo para que se otorgue amnistía siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas, y sus familiares. No descartamos perdón No hay que olvidar pero debemos saber perdonar sobre todo si está de por medio la paz y la tranquilidad de todo el pueblo”
Este comentario desató una indignación generalizada, por supuesto los personeros; en puestos claves del gobierno y la milicia, reaccionario indignados ante esta – según su decir – infortunada propuesta. Y lo hicieron con más fuerza los editorialistas a modo, los voceros del establishment, y curiosamente muchos otros que mantienen una medianía sin cargarse a la derecha a la izquierda del escenario político.
Cuestionaron y criticaron fuertemente los comentarios de Andrés Manuel, y para sorpresa de muchos los representantes, no de la izquierda – que muchos de ellos de izquierda no tienen nada – como José Narro, El Oso Medina, Soledad Luevano y David Monreal, solo atinaron a balbucear respuestas que poco o en nada tienen que ver con el comentario del Peje, ni mucho menos con un análisis profundo sobre el tema, lo que nos hace ver su falta de oficio político.
Llama sin embargo la atención algunos comentarios que bien vale la pena comentar para un posible análisis serio sobre el tema, José Antonio Crespo en el programa Primer Plano del canal 11 comento que desde su perspectiva, esto no disminuye a quienes quieren votar por AMLO, ellos lo harán con todo y sus frases ya memorables – y negativas – como “ya cállate chachalaca” que si le descontó muchas simpatías en su momento.
En estos tiempos según Crespo, López Obrador no actúa forma insensible y poco meditada – como muchos creen – lo hace en un lugar como el Estado de Guerrero, en donde las comunidades que no sin parte del crimen organizado, ven sin embargo en estas estructuras delictivas a muchos familiares y amigos que incluso han dejado derrama económica sobre sus lugares de origen, y aun y cuando no están de acuerdo con el perdón, si lo están con una alternativa que implique no acabar con ellos en una guerra violenta y sin sentido como la que emprendió Felipe Caldero ya hace más de una década, y que ha seguido sin cambios Peña Nieto.
Es decir según el decir de Crespo, Andrés Manuel sabe que su base dura, su voto duro no disminuye con este tipo de comentarios porque sus adeptos aguantan lo que sea y no dejaran de votar por él y por su causa, de lo que se trata según este politólogo es de conseguir más votos en donde estos puedan encontrarse porque desde hace tiempo se ha estancado en un 30% de las simpatías.
Pero analicemos con más cuidado sus comentarios al pie de la letra sin interpretaciones viscerales como lo ha hecho la mayoría de la prensa y los medios que siempre están al asecho de cualquier resbalón para magnificarlo como sea.
La realidad es que AMLO no dijo: dentro de mi propuesta de gobierno esta una amnistía a los carteles del narcotráfico, todos pueden asomarse a esa propuesta presentada recientemente en el Auditorio Nacional y no encontraran nada al respecto.
Lo que sí dijo – textualmente – es que en el combate a la ola de violencia y la inseguridad, tendrían que analizarse todas las alternativas, hasta la posibilidad de una amnistía bajo su ya célebre frase – que muchos no compartimos – DE OLVIDO NO, PERDON SI – que según recuerdo menciono primero cuando se le pregunto si investigaría y en todo caso castigaría los actos de corrupción del gobierno de Peña Nieto.
En este aspecto fue claro su decir que exploraría la posibilidad de una amnistía siempre tomando en cuenta la opinión de los afectados por la violencia que ha azotado nuestro país en los últimos sexenios, pero en ningún momento dijo que la introduciría dentro de su programa de gobierno.
Tal vez no tendría que haberlo mencionado, muchos pensábamos que era algo desafortunado traer este tema a la discusión y ponerse en el centro de la crítica, algunos sentíamos que esta forma de actuar solamente reduce sus posibilidades de llegar a la silla y con ello nos condena a padecer más de lo mismo con un Meade que claramente asegura la continuidad y la protección a las espaldas de los corruptos, la permanencia de las políticas neoliberales y la negativa absoluta a cualquier posibilidad de cambio.
Con AMLO al menos tenemos el beneficio de la duda, de que eventualmente las cosas podrían cambiar, no solo porque este personaje ha demostrado fehacientemente ser una persona honesta – lo cual no es suficiente para gobernar un país tan complejo como el nuestro, y mucho menos sacarlo adelante. Pero su programa de gobierno deja mucho que desear porque simplemente no habla de los cómos, todo lo basa en su honradez y en el combate a la corrupción, y eso no nos dice lo que queremos oír quienes quisiéramos votar por él.
Pero en este caso, lo sorprendente es que algunos editorialistas – como Sergio Sarmiento y otros – incluso algunos de clara derecha rescatan en esta opinión mucho que otros de izquierda no supieron ver, y es que trae el tema al centro de la discusión ante lo que es claro para todos llámense de centro, de izquierda o de derecha. Y es que la guerra que ha sido el único camino no ha servido para maldita la cosa, se tienen que buscar otras alternativas, para llegar a la tan anhelada paz que todos los mexicanos necesitan.
Hay dos caminos, continuar con la guerra y seguir en un escenario de violencia e inseguridad – dentro de lo cual se inscribe la nueva ley de seguridad interior – o buscar alternativas.
Nadie, absolutamente nadie, de la clase política, de la clase empresarial, o voces de los medios cualquiera que sea su inclinación ideológica o sus simpatías y empatías ha mencionado un camino alternativo y esto es lo que hizo AMLO con sus declaraciones, y cualquier camino alternativo a esta desgarradora y desbastadora guerra con sus cintos de miles de víctimas entre muertos y desaparecidos, con el incremento exponenesial de la violencia y la inseguridad, tienen que ser analizados y discutidos a fondo.
Lo que a nadie le queda duda es que AMLO sigue dictando la agenda de discusión nacional, y que está claramente se movió del destape de Meade, nuevamente a su persona, su pensamiento y temas más importantes. ■
