Hoy termina el mes de noviembre y los retos que se deben sortear para terminar este bendito 2017 son muchos y de amplio calado. Por principio de cuentas, la Universidad Autónoma de Zacatecas se encuentra inmersa en una crisis aguda cual Hidra de Lerna y, una de esas cabezas se representa por la cuestión financiera que en primer instancia ha afectado los intereses de los compañeros beneficiados por el Programa de Estímulos al Desempeño del Personal Docente, quienes como todos sabemos, han iniciado una serie de paros laborales que están extendiendo la terminación del semestre Agosto-Diciembre y, que hasta el diseño de esta colaboración, se ha firmado un acuerdo para continuar con las actividades académicas de fin de semestre. En lo inmediato, la UAZ deberá responder a la comunidad universitaria con el pago de las prestaciones de fin de año, lo que necesariamente agregará mucha sal a la herida que sangra constantemente, pues las estrategias de curación que se han aplicado hasta ahora, solo extienden las consecuencias de una enfermedad que si no se cura de raíz, amenaza con provocar un daño mayor. En este sentido, considero que debemos acudir al rescate de fondo de nuestra querida Universidad, pero no con paros y huelgas si no con más compromiso y gestiones certeras, en el entendido de que si por ahora se logra brincar al 2018 con el pago de los adeudos, el próximo año estaremos frente a una crisis más aguda y así, sucesivamente hasta que en definitiva lleguemos al colapso institucional. Una vez en el caos, la UAZ será presa fácil del gobierno, pues tendremos que regalar prestaciones inmersas en el contrato colectivo de trabajo y que no son del todo cubiertas por el presupuesto. No sé si la crisis económica actual, sirva de pretexto para que señalen en la cúpula del poder que la UAZ debiera privatizarse y, perder su autonomía académica y administrativa, pues está visto que ante nuestras recurrentes crisis, solamente paramos o nos vamos a huelga; en lo personal, no veo un compromiso de todas las autoridades que integran cada unidad académica de la Universidad o de la Presidencia Colegiada o del mismo Consejo Universitario, cómo si de pronto cuando la UAZ solo fuera responsabilidad del Rector; aquí me pregunto ¿Dónde están los egresados bien posicionados y que son producto de la UAZ? ¿Dónde están los que quieren ser rectores si sumen la cabeza como las tortugas ante los embates de la crisis? ¿Dónde está el compromiso de nuestros diputados con la UAZ? ¿Dónde están los autobuses llenos de maestros, trabajadores y alumnos que van a exigir un mayor presupuesto a la Cd. De México? Estos últimos si se donde andan, en las peregrinaciones a San Juan de los Lagos rezando por la crisis o en Villa Hidalgo comprando la ropa para estrenar a fin de año o en alguna Playa aprovechando los días de paro. Si no actuamos todos los universitarios enarbolando la misma causa, ya podremos decir adiós a la libertad de cátedra, investigación, expresión y asociación. Recordemos que de conformidad con el artículo 60 de la Ley Orgánica de la UAZ, el Estado proporcionará un subsidio a la Universidad para que cumpla adecuadamente sus funciones y alcance los fines que le son propios. Ahora que también el numeral 61 del mismo ordenamiento señala textualmente que la Universidad estará obligada legal y moralmente a aplicar sus recursos con probidad, eficiencia y exclusivamente a los fines que le son propios, procurando siempre el equilibrio financiero. Así que debemos ordenarnos internamente, promover que los funcionarios de primer nivel ganen menos y los maestros más; que la lana se aplique para lo que viene etiquetado evitando desvíos y malos manejos y, que los universitarios pongamos en activo nuestras neuronas para identificar otras alternativas de presión más allá de los paros y las huelgas que solo nos afectan a nosotros mismos. Vayamos a la solución de los problemas que enfrenta la UAZ desde sus entrañas y, ejerzamos presión al gobierno para que suelte una parte del dinero que es de todos los mexicanos y que tiene destinado para mantener el poder en las elecciones del 2018 y, exijamos el recurso necesario para rescatar financieramente no solo a la UAZ si no a otras universidades del país; dinero hay y mucho, pero al gobierno le interesa más tener un pueblo ignorante y pobre para manipularlo. Finalmente, yo si me apunto para ir a la Cd. de México ante las instancias necesarias a exigir más presupuesto mientras que los universitarios que se queden, citen al H. Consejo Universitario para establecer compromisos firmes de austeridad, transparencia y disciplina financiera. La solución de hoy, no resuelve los problemas financieros del mañana, nuestra Universidad necesita de todos porque sin ella, todos salimos perjudicados. ■
*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
