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jueves, 28 marzo, 2024
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La Revolución Desmontada

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Por: La Jornada Zacatecas •

Ahora la derecha política está lanzando una campaña para reivindicar la figura de Porfirio Diaz. Se dice que ‘modernizó al país’ porque emprendió la construcción de líneas férreas y de las estaciones portuarias. La pregunta es, ¿por qué lo hacían con esas vías de transporte de mercancías y no modernizaban las estructuras políticas, los salarios de los peones o la producción agrícola o la alfabetización generalizada? Pues la respuesta está a la vista: las vías y los puertos servían para hacer eficiente el saqueo de las riquezas que extraían con la sobreexplotación de la fuerza de trabajo. Como vemos, hay un discurso de ‘modernismo’ basado en relaciones injustas y que produce formas extremas de desigualdad. La explosión social de la Revolución Mexicana puso de manifiesto la crudeza de la realidad nacional. La guerra fue atroz. Sin embargo, el sector popular que tenía el mayor interés en la promoción de formas sociales que produjeran igualdad perdió la guerra: Zapata y Villa. El Carrancismo y luego la burguesía norteña (Obregón y Calles) fueron los triunfadores. El producto central fue la promulgación de la Constitución, donde simpatizantes de los sectores populares lograron sacar los artículos de avanzada: el 123, 27 y 3ro. Luego llegó el Ogro Filantrópico a conducir los destinos del país, y de 1936 a 1970, tuvimos crecimientos económicos importantes y cierta correlación favorable de los sectores populares en la representación política.

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Ahora, después de cien años, ese fruto de la Revolución ya murió. Fue totalmente desmontado. Los artículos mencionados han sido diluidos. La constitución es otra y los sectores populares han retrocedido en la correlación de las representaciones políticas en el Estado. Estamos ante un neo-porfirismo. Y los resultados son los conocidos: pequeños grupos de ‘científicos’ han retomado el poder político, un nuevo Limantour ocupa Hacienda y los capitales extranjeros se han vuelto a adueñar de la riqueza nacional. La sociedad está ante una nueva segmentación que parece la disputa entre catrines y pelados. Ahora se llaman ‘mirreyes’. Con todo junto es claro saber lo que ya ocurrió: la Revolución Mexicana ha muerto. Su festejo son desfiles vacuos y discursos hueros. Algo de folclor por las verbenas, corridos y trajes típicos; pero el significado auténtico de festejar la continuidad del proyecto revolucionario, ha sido disuelto. Así, tuvimos una revolución que estalló y una contrarrevolución que sólo ocurrió, sin estallido ni guerra ni estruendos. Y operada desde el partido que (dice el discurso oficial) fue producido por la Revolución que (después de los años 40) se institucionalizó. En suma, en poco menos de 3 décadas se desmontó la Revolución y el país regresó a la modernización porfiriana. Por ello, no es casual que la derecha ahora haga campañas para construir una bondadosa narrativa de Don Porfirio.

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