Autora: Elda Adriana Elías Lara
Residencia: Fresnillo, Zacatecas, México
Se supone que andamos de fiesta,
la Calaca invita el café.
Aunque parece mitotote, no es cierto,
aquí te corre el que trae el poder.
Acierta la visita de la Calaca,
parece que hoy sí me quiere ver.
No sé qué acontece con la Huesudota.
Espero esta vez no me quiera comer.
De entre sus cuerpos, sólo puedo
ver secretos, sueños y los
escalofríos de las personas que
un día van a correr.
Vaya carrera la esperada, anoche
con buen fin espero fe en su ser.
Escritas sobre la tumbas, su vida puedo comprender.
Epílogos largos, cortos y simples, todo eso nos permiten ver.
Regresa la pálida, una vez al mes.
Terruños de cuentos están por haber.
¡Ándale, Bufa!, caliéntate un té,
que me ando de miedo y se me va el tren.
Oh! Zacatecas mía, pequeña patria color café,
muchos recordamos tu tierra con bellos fragmentos,
imágenes repletas de sueños, hoy.
Alegrías, amores y querer; entre tantos.
De tu historia un hilo no dejaremos pender.
Ninguno de ellos acompaña mi ser.
Todos muertos, como murciélagos,
viviendo de noche o, mejor dicho,
durmiendo de día. Ya no queremos haber.
Negamos la vista a huesos endebles,
Que, como cada año, nos viene a recorrer.
Ya no vengas, Flaca, no podemos ver
que andas con hambre, pero quién sabe de qué.
Hoy, prestos estad a combatir, al
filo del descenso, levantamos lo que
somos por aquellos que
contemplan bajo la tierra la vida
de los que perciben el sol en las mañanas.
Hoy, viva la libertad, viva. Pero
que viva sí, por las voces calladas…
Por las lágrimas derramadas…,
por aquellas muertes a las que
hoy llamamos sacrificios,
destinando ausencias al que nos
da de comer entre suplicios.
Me llena de amor caminar contigo,
vetusta rasada con mejillas de color.
El olor de los muertos cuando sale
el sol se ahuyente y llene
el ambiente con tu ecléctico son.
No permitas más azotes a tu tierra,
que la Calavera esté nada más en
noches de luna llena.
