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sábado, 20 abril, 2024
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It comes at night: el horror de la supervivencia

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

Conforme avanza esta cinta nos enteramos de que al parecer hubo una especie de virus o enfermedad mortal en todo el planeta que arrasó con casi toda la población (pero que jamás se explica de modo exacto en qué consiste) haciendo que aquellos pocos sobrevivientes se confinen y aíslen en diferentes sitios alejados unos de otros.
En una cabaña en el bosque viven Paul (Joel Edgerton), su esposa Sarah (Carmen Ejogo), y su hijo de 17 años, Travis (Kelvin Harrison Jr.). Ellos viven el día a día cortando leña, lavando ropa y cocinando como si nada ocurriera.
Todo cambia para esta familia cuando a su cabaña llegan Will (Christopher Abbot), su esposa Kim (Riley Keough) y el hijo de ambos, Andrew (Griffin Faulkner), quienes les suplican por agua, comida y refugio.
Después de deliberar con su esposa, Paul decide que la segunda familia se puede quedar, siempre y cuando ayuden en las tareas del hogar y sigan las reglas, la principal y más estricta de ellas es jamás salir de la cabaña en la noche.
Entre ambas familias todo luce apacible y perfectamente normal; pero es cuando llega la noche que una extraña inquietud se apodera de cada uno, como si presintieran que algo los acecha en la oscuridad, sensación que se disipa en cuanto llegan los primeros rayos de sol, pero que se repite en cuanto anochece.
En su segunda película el director Trey Edward Shults (Krisha) arma una atmósfera asfixiante y repleta de paranoia y suspenso, tomando como base primaria a sus protagonistas, a la institución familiar y el orden patriarcal que se encuentra en ella.
Tanto en el personaje de Paul como en el de Will existe un claro compañerismo como reflejo de su autoridad en la sociedad establecida entre ambas familias, pero que en cuanto se acerca el peligro se termina velando por los intereses de cada uno y de sus cercanos. Aquí el peligro no es de índole sobrenatural, sino hacia lo desconocido, lo que no comprendemos y que altera el orden preestablecido de las cosas.
El punto detonante para el conflicto de la historia es el miedo primitivo al otro, al ajeno, y que en un espectro más amplio cobra relación directa con temáticas actuales relacionadas con los problemas de segregación racial y la paranoia nuclear en una América repleta de máscaras de gas y búnkers bajo la tierra.
El director utiliza iluminación natural en escenas donde la única fuente de luz es una lámpara de aceite, y a través de primeros planos a los rostros de sus protagonistas confecciona secuencias en las que fusiona la realidad con lo onírico para así acrecentar la sensación de que existe una amenaza y un peligro inminentes.
Todos esos elementos van creciendo hasta tomar forma y sentidos completos en el perturbador tercer acto de la cinta, que aterrizando en el instinto de supervivencia humano hasta las últimas consecuencias no da cabida a una resolución cómoda o de fórmula hollywoodense.
En ese sentido It comes at night rompe con los esquemas del cine de terror convencional y toma su lugar junto a películas de manufactura independiente como The Babadook (2014), It Follows (2015) y The Witch (2016), las cuales nos recuerdan que a veces los demonios que nos acechan en la oscuridad y el verdadero horror se encuentra dentro de nosotros mismos.

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