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viernes, 29 marzo, 2024
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El Museo de Arte de San Antonio, un espacio de intercambio e inclusión

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Por: Violeta Tavizón •

La Gualdra 306 / El Templo de las Musas / Arte

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Desde hace algunos años he tenido la oportunidad de trabajar de cerca con personal del Museo de Arte de San Antonio (SAMA), fundado en 1994 y creado a partir de la adaptación de un edificio histórico convertido en espacio museístico.

El museo tiene una impresionante riqueza de acervos: arte contemporáneo, asiático, europeo, islámico y latino. Ubicado en una ciudad en donde históricamente siempre ha existido una gran comunidad de habitantes de origen hispano, incluso actualmente, el 38% de la población de San Antonio es de raíces mexicanas, este inmueble museístico ha puesto en marcha estrategias para acercar a sus distintos tipos de públicos convirtiendo el museo en un espacio de convergencia entre culturas y nacionalidades.

El SAMA reinterpreta, exhibe y preserva objetos de las culturas del mundo, teniendo como una de sus principales responsabilidades, la de educar y llegar a distintas audiencias, transformando sus visitas al museo en experiencias. Especialmente se han preocupado en los últimos años por llevar a cabo eventos en donde se involucren las familias, ya sea intra o extra muros.

Mucho del personal que labora en este importante museo texano es de origen mexicano, y esta inclusión por parte del museo ha ayudado a que se desarrollen proyectos binacionales dirigidos particularmente a la población migrante. Gran parte de sus materiales de divulgación de tipo escolar son en inglés y en español. Principalmente el departamento de curaduría de arte latino comandado por el antropólogo e historiador Marion Oettinger, realiza distintos materiales que provoquen en los mexicanos que viven en aquella ciudad, un arraigo y amor por sus costumbres e historia.

La colección de arte latino está compuesta por pintura, escultura, trabajo en papel, mobiliario y otros objetos diversos, tanto de México, como de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe. Esta colección comenzó a reunirse por un grupo de personas interesadas en el arte de origen latino que en 1920 se dio a la tarea de comprar distintos objetos de tipo histórico y artístico, iniciando una de las colecciones de arte latino más grandes de Estados Unidos. En 1998 se organizó el acervo dividiéndolo en arte precolombino y arte novohispano, en este año el museo se amplió y se construyó un ala únicamente dedicada a la exhibición del arte latino, el edificio Nelson Rockefeller Center.

En este sentido, entre el año pasado y el presente, el museo publicó una colección de libros dirigidos a los más pequeñitos de 0 a 4 años de edad. El objetivo es enseñar a los niños aspectos básicos en su formación como son los colores, los números, las formas a partir del acervo de este museo, dándole mayor peso a su acervo latino. Este proyecto fue realizado de manera conjunta entre el SAMA y la Trinity University. El juego es una parte fundamental para conocer el museo, ya que le facilita al visitante un acercamiento más reflexivo convirtiendo las salas de exhibición en un laboratorio de ideas. De ahí que quiero rescatar esta última idea para hablar muy brevemente de los libros para pequeños y no tan pequeños.

Cada libro es por demás interesante, completamente informal y lleno de colorido. Ayudados por sus padres, los niños pueden comenzar a hacer algunas asociaciones entre los objetos de su vida cotidiana y los que ven en el SAMA a través de estos materiales impresos. ¿Es tu manta acogedora y cálida?, refiriéndose a una cobija chilena de 1920; ¿Te pones botas para brincar en los charcos?, asociando la pregunta con una escultura en porcelana del siglo XIX de origen chino; La luna brilla blanca en el cielo oscuro de la noche. ¿Puedes encontrarla?, reflexión hecha a partir de un cuadro de Rufino Tamayo.

En particular, lo que a mí más me ha gustado de estos cuatro materiales ha sido que, aunque tienen una base teórica fundamentada en John Dewey quien menciona en su libro El arte como experiencia, que la obra de arte sólo es completa si opera en la experiencia de otros distintos a su autor, el objeto artístico es el lazo que conecta al artista con su público, y yo agrego que ése es el papel del museo, ser el mediador.

Los museos no deben de perder nunca tanto el objetivo para el que fueron creados; como sus vínculos con la comunidad que los rodea. El Museo de Arte de San Antonio es el mejor ejemplo de que el museo es un espacio de exhibición, pero también de intercambio de ideas y de inclusión, un lugar a favor de la democratización.

 

*Curadora.

 

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