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jueves, 28 marzo, 2024
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“Un asno cabalgando sobre un caballo”

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Por: AQUILES GONZÁLEZ NAVARRO •

■ Miscelánea

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“La historia es interminable. En abril de 2007, Fox ganó cierta atención mediática, ofreciendo cabalgar “a lomos de mi caballo para dirigirme hacia el sur y defender del gobierno autoritario, demagogo y dictatorial” del presidente Hugo Chávez y promover al mismo tiempo, “una economía con rostro humano” en el conjunto de los gobiernos de América Latina”. Cita de Luis Hernández Navarro en La Jornada. 18 de julio 2017.

Cumpliendo su promesa de dirigirse al sur, Vicente Fox viajó la semana pasada a Caracas Venezuela, a fin de participar como observador de la consulta organizada por los opositores de Nicolás Maduro.

En aquel país sudamericano, Vicente Fox, siguiendo su costumbre ofendió al Diputado Diosdado Cabello y al presidente Nicolás Maduro. Como respuesta del gobierno venezolano y con todo derecho, Samuel Moncada, Canciller de la República Bolivariana de Venezuela declaró a Fox persona no grata y fue expulsado del país.

En su momento Fox fue calificado por el entonces presidente Hugo Chávez como “Cachorro del imperio”. Antes, el escritor Fernando Vallejo había dicho que cada vez que veía a Fox cabalgando, no podía dejar de imaginarse a un “asno cabalgando sobre un caballo”.

Para vergüenzas no paramos los mexicanos: la primera que Fox haya sido presidente de México, la segunda sus desplantes y la tercera la señora Marta y sus enriquecidos hijos.

El Sistema Anticorrupción: ¿otra simulación?

Leyes van reglamentos vienen con la “finalidad” de combatir el alto nivel de corrupción que permea en todos los rincones del país y desde los más elevados niveles del aparato burocrático, hasta los cargos más modestos de la administración pública municipal.

Asustando con el petate del muerto, hace años se creó, dentro de la estructura orgánica de la Procuraduría General de la República, la llamada Fiscalía Especial para conocer asuntos de servidores públicos de la federación y de los estados. Los asuntos sobre desviación de recursos públicos serían motivo de una pronta investigación y del ejercicio de la acción penal correspondiente.

Resultó peor el remedio que la enfermedad: al ser enviados a la Ciudad de México (sede de la Procuraduría General de la República) los asuntos de denuncias en contra de servidores públicos de los estados, prácticamente se alejaron de la protesta social. La gente, por muy indignada que se encuentre en contra de actos de corrupción, no dispone ni de dinero ni de tiempo para traslados a la Ciudad de México a realizar una exigencia de justicia seguramente infructuosa.

Más como instrumento mediático que como buena intención, la legislatura federal recién creó el llamado Sistema Nacional Anticorrupción. Prácticamente una comisión más.

Un sistema demasiado oneroso e innecesario, porque el mejor sistema anticorrupción del mundo ya existe en México y se llama Código Penal Federal y Códigos penales de las entidades federativas, estos con su respectiva competencia en cada una de ellas.

Y el punto medular para complemento de ese sistema anticorrupción ya existente es simplemente la autonomía técnica y financiera de las procuradurías generales de justicia o fiscalías en la terminología norteamericana.

La dependencia jerárquica del Procurador General de la República respecto del Presidente y la misma dependencia de los procuradores de los estados, de los gobernadores, obstaculizan un auténtico combate a la corrupción porque los intereses políticos, económicos y hasta de gratitud y amistad finalmente se imponen.

La voluntad política y ética de procuradores con autonomía de decisión y respeto a sus determinaciones, es más que suficiente para acabar con esa calamidad que hoy impide nuestro desarrollo como nación. Y ni el fuero lo frena.

Coincidimos con el Maestro Edgardo Buscaglia, especialista en temas de corrupción:

“Un sistema anticorrupción real es el que encarcela a políticos, les decomisa sus activos robados y se los reasigna a víctimas de la corrupción y de la delincuencia organizada. Lo demás es puro choro que continúa vendiendo basura por caviar”.

“El nuevo sistema anticorrupción de México posee vacíos premeditadamente diseñados para no combatir en serio a la corrupción político-electoral que es la madre y padre de todas las demás corrupciones privadas y públicas…” Citado por “el Jornalero” en “La Jornada” 5 de julio de 2017.

Y efectivamente. El vacío premeditado para que el sistema no funcione, es precisamente una procuración de justicia controlada y subordinada al ejecutivo.

¿Y qué hacemos con el nuevo Sistema de Justicia Penal?

Sistema importado de los Estados Unidos que a un año de su obligatoriedad y ocho de su implementación, está ocasionando un alto grado de impunidad por el nivel de negociación a que convoca e impone a las partes: a la víctima con el victimario.

Al elevar como reina de las pruebas a la confesional y dar a quien “se declara culpable” toda una serie de privilegios en cuanto este haga su oferta en dinero.

Al ocuparse el Ministerio Público en el nuevo procedimiento, olvidándose del fondo en derecho penal: la teoría del delito.

Indudablemente hay mucho que revisar de la copia del Sistema de Justicia penal Norteamericano, producto como otras cosas, del Plan Mérida firmado por Felipe Calderón. ■

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