■ El problema permea a profundidad en el tejido social mexicano: Valerio
La ausencia de denuncia por parte de los empresarios en contra de los actos de corrupción de los que son víctimas al realizar trámites gubernamentales tiene una razón “entendible, aunque no justificable”, aseguró el académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Francisco Valerio.
Expuso que si una persona sufre coerción o amenazas para solapar irregularidades en el otorgamiento de un contrato, “en caso de que haya o no denuncia, sino incluso divulgación de la información correspondiente, ese empresario se puede olvidar, por lo menos en lo que resta del sexenio o trienio de que se trate, de cualquier otra posibilidad de efectuar una venta o participar exitosamente en un concurso de obra. Es decir, hay represalias”.
El docente investigador de la Máxima Casa de Estudios del estado se refirió a los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre la opinión empresarial acerca de los actos de corrupción presentes en los diferentes trámites que realizan ante las autoridades y la frecuencia con la que se cometen.
Al respecto, consideró que lo que se desvela con el estudio es “que la corrupción está permeando a profundidad en el tejido social mexicano” y añadió, en este punto, que en este ambiente existe la razón “entendible aunque no justificable” antes mencionada para la ausencia de denuncia por parte del sector empresarial.
En este sentido agregó que, aparte del motivo referido sobre la pérdida de oportunidades de trabajo al hacer un señalamiento en contra de actos de corrupción de las autoridades, también está la desconfianza en que no se va a llegar a buen fin en caso de hacer una denuncia formal, porque “quien tiene la obligación de investigar y vigilar no lo hace”.
Sostuvo que, aun así, cabe hacer la exigencia a los integrantes de la iniciativa privada para que hagan la denuncia correspondiente cuando tengan conocimiento de algún caso de corrupción o en el momento en el que ellos mismos sean víctimas de estas prácticas.
Sin embargo, quien también es el representante de la organización social Nosotrxs en Zacatecas, añadió que esta misma exigencia debe dirigirse a la sociedad en general a fin de que asuma su papel y no abandone a las personas que decidan enfrentarse a las autoridades y reportar los actos de corrupción que se cometan.
Recordó que conoce de cerca, por ejemplo, el caso de un constructor que denunció los procedimientos irregularidades que había y “jamás de volvieron a dar obra”, por lo que actualmente está residiendo fuera del estado por esta razón.
“Se tuvo que ir porque no hay organizaciones sociales que respalden el valor civil. El que denuncia se queda prácticamente solo”, dijo y añadió, por tanto, que “es imprescindible llamar la atención de la sociedad” en torno a esta situación.
El académico concluyó, en ese tenor, que “si (la sociedad) permanece inmóvil, apática, indiferente, no tiene ninguna esperanza, pero tampoco ningún derecho a esperar que las cosas cambien positivamente”.
Pese a la ausencia de denuncia hasta ahora en México en general, pero enfocándose al sector empresarial para el análisis de los resultados del informe del Inegi, Francisco Valerio indicó que “como la corrupción no puede abarcar a todos, estamos ante el inicio de una toma de conciencia de un sector importante del empresariado”.
