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viernes, 29 marzo, 2024
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Los otros temas de la OEA

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Por: P. Aurelio Ponce Esparza •

Del 19 al 21 de junio se llevó a cabo la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Cancún. En esta reunión se tratan las políticas a seguir por los países de América en estos años que vienen. Es interesante que el tema predominante en los medios de comunicación fuera la crisis en Venezuela, el intercambio de palabras entre los cancilleres y el intento fallido de aprobar un exhorto al presidente venezolano para que atienda y remedie la situación de su país. Pero en la OEA se abordaron muchos otros temas que tienen y tendrán repercusiones en el ámbito familiar y social.

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Uno de estos temas es el que tiene que ver con los derechos humanos, orientación sexual e identidad de género; uno de los puntos aprobados expresa lo siguiente: “Condenar todas las formas de discriminación y actos de violencia por motivos de orientación sexual e identidad o expresión de género, e instar a los Estados Miembros, dentro de los parámetros de las instituciones jurídicas de sus ordenamientos internos, a que eliminen, ahí donde existan, las barreras que enfrentan las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex (LGBTI) en el acceso equitativo a la participación política y otros ámbitos de la vida pública, así como evitar interferencias en su vida privada, alentando a los Estados Miembros a que consideren la adopción de políticas públicas contra la discriminación y violencia contra personas a causa de orientación sexual e identidad o expresión de género”.

En apariencia el postulado es correcto y a todos puede parecernos necesario y urgente el respeto a los derechos humanos de todas las personas independientemente de sus preferencias sexuales. El problema está en que para muchos promotores y seguidores de la ideología de género, que son quienes están detrás de este tipo de declaraciones, el estar en desacuerdo con su forma de pensar es sinónimo de homofobia y por tanto de discriminación.

La declaración pide a los Estados miembros la implementación de políticas públicas contra la discriminación y violencia contra personas a causa de orientación sexual o expresión de género. En la práctica estas políticas se traducen en un verdadero adoctrinamiento sobre la ideología de género, enseñando en las escuelas que el sexo no tiene nada que ver con la biología, sino que se trata de una construcción cultural y que por tanto cada quien es libre de elegir el género que más le guste de entre la gran variedad que existe.

Poco a poco avanzamos en nuestro país a lo que  es ya una realidad en países de Europa en donde la ideología de género, disfrazada de igualdad de género, adoctrina a los niños en las escuelas sobre la orientación sexual y los padres que estén en desacuerdo pueden ser acusados de homofobia y por tanto de discriminación, en algunos países pueden incluso ir a la cárcel. En nombre de la libertad y del respeto se violenta un derecho fundamental de los padres a elegir qué tipo de educación quieren para sus hijos y los valores que han de regir dicha educación.

Desde cuando el estar en desacuerdo con alguien es discriminarlo, por qué no puedo mostrar mi personal punto de vista y eventual discrepancia sobre estos temas. El afirmar que todos nacemos hombres o mujeres, no es discriminación, sino pura y llana biología. Es un dato científicamente comprobable que desde el inicio de nuestra existencia, cuando somos una pequeña célula en el vientre materno, nuestros cromosomas empiezan a definir nuestro sexo y una serie de características derivadas de ello. Características no sólo físicas (nuestros órganos sexuales), sino incluso psicológicas.

Es cierto que puede existir una excepción a esto y que alguien pueda efectivamente sentirse hombre en el cuerpo de una mujer, pero es la excepción, son casos aislados que deben ser atendidos por personas especialistas en la materia. Pero esto es muy distinto a querer enseñar que cada uno elige el sexo que desee, que la sociedad no tiene por qué imponer un cierto tipo de sexualidad. Y querer enseñar esto a los niños me parece francamente insultante y aberrante. Este tipo de ideologías apuestan por la confusión y el engaño, sustituyen la biología con una teoría y pretenden imponer a todos esta forma de pensar. ■

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