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viernes, 19 abril, 2024
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Antonio Aguilar: Embajador de la cultura de México

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Por: Jorge Humberto De Haro Duarte •

Crónica: Jorge Humberto De Haro Duarte
Fotografías: Susana D. Díaz Dueñas
Irene Lumbreras
Jorge Pinto

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En el corazón de la ciudad de Zacatecas, capital del estado del mismo nombre, entre sus laberínticas calles y callejones serpenteantes, delimitados por la caprichosa orografía y su ornamentada e interminable serie de construcciones de cantera que dan fundamento al nombramiento dado por la UNESCO por allá en 1993, como Patrimonio de la Humanidad; entre plazuelas, templos,  el edificio del Congreso y otros sitios de tradición y melancolía, se levanta una antigua construcción llena de historia en los anales de la galardonada ciudad donde antes era la Casa de la Moneda, el Centro Cultural Ciudadela del Arte. Caracterizado a últimas fechas por ser el centro de desarrollo cultural más importante en el estado, recientemente, ha sido subsede de eventos tan sobresalientes como el Festival Cultural Zacatecas y sede de la Feria Nacional del Libro Zacatecas 2017 por citar dos eventos de impacto social en la vida cultural del estado; La Ciudadela, genera y mantiene su vida propia con infinidad de eventos de propuestas diversas: congresos, exposiciones, talleres de todo tipo, representaciones escénicas y hasta eventos sociales importantes, por citar sólo algunos. Vecino del antiguo Templo de San Agustín y colindando con el Museo Zacatecano, La Ciudadela alberga además, la Cineteca “Mauricio Magdaleno” y la Fototeca “Pedro Valtierra”  y dos museos importantes: El Museo “Manuel M. Ponce” dedicado al sobresaliente músico fresnillense y el que está dedicado a uno de los personajes más sobresalientes de la historia reciente de la República Mexicana, José Pascual Antonio Aguilar Barraza, mejor conocido en todos los ambientes de su vida creativa como Antonio Aguilar. Este museo tiene la particularidad de ser uno de los más visitados de cuantos existen en la zona conurbada de Zacatecas y Guadalupe y el resto del estado. Las razones ante esta respuesta del público que asiste a los museos en general y a la Ciudadela en lo particular, son derivadas de las muestras del talento del que es reconocido como “El Charro de México”: por principio, el gran impulso que dio al deporte mexicano por excelencia tanto en el país como alrededor del mundo, la charrería. Esta actividad, pionera en el mundo del espectáculo hecho en México, abrió las puertas para muchos artistas mexicanos que intentaron hacer carrera en el extranjero, no sólo en la charrería, sino en otras disciplinas profesionales. Protagonista de ciento sesenta y siete películas y un número casi igual de discos, la mayoría con temas relacionados con el campo mexicano, algunas ambiciosas  y otras que incomodaron a los gobiernos en turno y enlatadas, como la relativa a la muerte de Emiliano Zapata (1970) y la de Simón Blanco (1972). Sin embargo, estos filmes, en especial la de Zapata recibió galardones internacionales, también, destacan un Diploma y una medalla otorgados por el gobierno de la Unión Soviética a la película Simón Blanco. Aguilar también se desarrolló como escritor, argumentista, productor y director de cine, fue capaz de promover el arte cinematográfico con su decisión inquebrantable en épocas en que la industria caducaba tanto cuantitativa como cualitativamente. Hay una estrella con su nombre en el Paseo de la Fama en Hollywood. A diez años de su fallecimiento recibirá homenajes en la capital del estado y en su natal Villanueva, al menos.

El maestro Alfonso Vázquez Sosa, director del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde” (IZC) rememora la expresión multifacética de Antonio Aguilar. A pesar de ser un personaje de talla internacional, mantuvo un cerrado vínculo con Zacatecas. A menudo asistía al estado con sus espectáculos ecuestres y otras acudía a algunas locaciones en el estado a filmar alguna película. También, solía pasar temporadas con su familia en su hacienda en Tayahua, Villanueva, Zac. Fue galardonado con el Premio Artes de Zacatecas en 1996, levantando críticas por algunos miembros de la élite artística y cultural local; a pesar de su innegable proyección en espectáculos públicos, el cine, la televisión y sus libretos e historias que daban vida a una gran cantidad de películas en que participó. Cuando acudía a su tierra natal a celebrar algún acontecimiento especial como bodas, cumpleaños y otros tipos de celebraciones, siempre recurría a músicos y agrupaciones locales para amenizar sus eventos. Si venía a filmar algún guión, la gente acudía en tropel a participar como extras, aunque fuera en forma gratuita.

Fue homenajeado en vida en varias ocasiones. El maestro Vázquez Sosa recuerda el homenaje recibido en 2004 cuando diez grupos afiliados al Colectivo Zacatecano de Rock, grabaron un disco con temas que hiciera famosos en su vida como cantante vernáculo. Él mismo cooperó con los grupos que formaron parte de este proyecto. Al final, como evidencia quedó un disco llamado “Tributo a Antonio Aguilar”.

Cuando falleció, sus restos fueron velados en el Teatro Calderón y después se celebró una misa en la Catedral. La gente acudió en masa sin convocatoria alguna a mostrar su duelo y a despedir a su ídolo en forma espontánea. Se sugirieron varias formas de honrarlo después de su muerte y en este afán sobresalen dos proyectos que siguen vigentes: el Festival del Corrido, que se celebra cada año y la apertura del Despacho Museo “Antonio Aguilar” inaugurado el 19 junio de 2014, dentro de los festejos conmemorativos del Centenario de la Toma de Zacatecas.

Este año, comenta el Director del IZC, el Gobierno del Estado, a través del Instituto Zacatecano de Cultura, se rinde homenaje dedicando a su memoria el Décimo Festival del Corrido con agrupaciones que han venido participando en el festival.

El Subdirector del Centro Cultural Ciudadela del Arte, Manuel Meza Montalvo, comenta sobre las características del Museo “Antonio Aguilar” y el inusitado interés de los visitantes foráneos y también de los residentes en el área de la Ciudad de Cantera con Corazón de Plata: el origen de este espacio museístico se da a través de la relación entre la familia Aguilar Jiménez encabezada por Antonio Aguilar hijo con el Gobierno del Estado a través del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”. A raíz de la muerte del artista, sus efectos personales y algunas obras, como fotografías, pinturas, cartas e infinidad de reconocimientos de todas partes del mundo quedan bajo resguardo del Instituto en un convenio de comodato con la familia. A pesar de algunas inercias de algunos funcionarios al respecto del proyecto, este fue aceptado y armado; en muy poco tiempo cobró fama y hoy día es referente cultural para muchos mexicanos de todo el país y migrantes, principalmente, que vienen de diversas regiones del vecino país a visitar el museo. Nunca se pensó el alcance que tendría este espacio. A pesar de la poca difusión de los medios, la gente que lo conoce siempre lo recomienda a sus conocidos. La publicidad de persona a persona ha funcionado con eficiencia en muchas partes del mundo.

Meza Montalvo enfatiza que la figura de Antonio Aguilar a través del cine y sus eventos artísticos dentro y fuera del país, no representa en su totalidad lo que él fue como persona. Su visión diplomática lo relacionó con presidentes mexicanos, latinoamericanos y de Estados Unidos, destacando su relación con Ronald Reagan y Jimmy Carter. Fue un auténtico visionario y en opinión de muchos, él abrió el mercado internacional a las aspiraciones de artistas y trabajadores mexicanos en el extranjero. Se considera un verdadero embajador de la cultura mexicana al presentar sus espectáculos musicales y ecuestres en las principales ciudades de Estados Unidos y de Latinoamérica; razón por la cual, se gano el mote del “Charro de México”. A pesar de no haber brillado tanto como otros artistas dentro de la Época de Oro del Cine Mexicano, poco a poco fue afianzando sus proyectos artísticos gracias a la proyección adquirida por su espectáculo ecuestre.

Por instrucciones de la familia Aguilar Jiménez, la entrada al museo es gratuita. Se considera como una retribución de Antonio Aguilar a todo lo que recibió en vida de parte de su público. A diez años de su muerte, su presencia artística sigue tan viva como siempre.

Algunas estadísticas arrojan los siguientes resultados del museo y parte de la  historia del mismo; al respecto, Víctor Colunga, auxiliar operativo de la Ciudadela, comenta que la sala interactiva, despacho y Museo Antonio Aguilar Barraza, La Sala Museo,  desde su inauguración el 18 de junio de 2014 al 10 de junio de 2017 ha sido  visitada por alrededor de 7.500 personas, en su primer año, 13,556 en su segundo  y  12,336 hasta esta fecha en su tercer año de existencia, lo que da una cifra de visitantes de 33,292 desde su inauguración hasta la fecha.

Así que cuando visite Zacatecas, no olvide iniciar su recorrido desde este referente cultural: Museo Antonio Aguilar en la Ciudadela del Arte. La oferta cultural del estado sigue en ascenso. ■

 

 

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