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jueves, 28 marzo, 2024
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Victoria pírrica, o el juego de la perinola en la que todos pierden

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT •

El triunfo del PRI en las pasadas elecciones en caso de confirmarse representa una victoria pírrica. Una elección, más si es controvertida y sucia con rebase de topes de campaña y excesivo dinero legal e ilegal gastado, admite muchas lecturas. Objetivas unas e interesadas las más.

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El otrora partidazo que en el pasado no muy remoto tenía por costumbre arrasar a sus rivales con carro completo, en la presente coyuntura electoral de confirmarse su triunfo en la entidad mexiquense, gana perdiendo. En cambio, López Obrador y Morena con su Delfina al perder ganan, sin que esto se vea como un triste consuelo de los derrotados. Las cifras que siempre son frías confirman lo anterior: mientras que el novel partido con apenas tres años de vida obtuvo más votos que los del PRI sin sus aliados rémoras, alcanzó 1 millón 786 mil votos, por el tricolor solo sufragaron 1 millón 729 mil ciudadanos, es decir 57 mil 913 votos menos que los obtenidos por los morenos, (Reforma, 7 de junio de 2017).

Aunque las del 4 de junio fueron unas elecciones que terminaron siendo impugnadas y se judicializaron, a la espera del fallo que emitan los tribunales, el proceso electoral con presuntos ganadores pero que aún no se dirime debido a las impugnaciones por excesivos gastos de campaña de los priistas, puede verse como una especie de examen preparatorio, un curso propedéutico, un ensayo de lo que podrían ser las elecciones del próximo año. El tricolor buscará a toda costa mantener la presidencia y para ello recurrirá al soborno, al chantaje, compra y cooptación del voto para lo cual hará un derroche dispendioso del presupuesto público federal y de los estados todavía mayor al que hizo en el actual proceso electoral que aún no se aclara del todo.

En el caso de la elección mexiquense más que una contienda entre los candidatos punteros Delfina Gómez y el (PRI) Mazo de Peña Nieto, la contienda real fue entre éste y López Obrador, fue una liza en la que midieron fuerzas como un juego de vencidas en el que, de confirmarse su triunfo, el tricolor conservara uno de los más altos presupuestos que se asignan a los estados, no ha si la mayoría, ni siquiera relativa del mayor padrón electoral del país.

El “peje” por su parte seguirá en el ojo del huracán: polémico entre la clase política, muy lejos de ser monedita de oro, es y seguirá siendo el coco del PRI y del PAN (“la mafia del poder” les llama) quienes de seguir siendo puntero en la carrera presidencial el hombre de Macuspana, no dudarían en aliarse con tal de cerrarle el paso, sólo así podrían derrotarlo en una contienda que será de tres y en la que el ganador llegaría a Los Pinos con el 25 o 30 por ciento de los votos.

Ante el acoso perruno de las élites que buscan cerrarle el paso a toda costa y al precio que sea el camino a la presidencia al “Peje”, ¿Cuál es la apuesta de este?: 1. Aliarse con la izquierda (PRD) a la que desdeña y de soberbio no lo baja, 2. esperar que los militantes de estos partidos se adhieran en un voto útil más allá de lo que decidan los dirigentes o 3) depositar toda su confianza en su aura iluminada de caudillo en que teniendo a la crisis y un desencanto generalizado de los mexicanos, logre atraerlos como sus aliados a la espera de que el voto mayoritario de los abstencionistas, de las mujeres y de los jóvenes  se vuelque en su favor.

Por lo pronto el balance del reciente proceso electoral, lo que hemos visto en el cochinero mexiquense es la confirmación de nuestra muy pobre cultura cívico política sigue anclada en el pasado. Gobierno y partidos recurren a la compra de votos aprovechando la miseria de los mexicanos que lo siguen vendiendo a cambio de un plato de lentejas traducido en tarjetas de débito, despensas, materiales de construcción o dinero. Una elección en la que como dice Jorge Volpi, “todos perdieron: el PRI un millón de votos; Morena, el PRD y el PAN, sobre todo el PAN, la elección”, (Reforma, 14 de junio de 2017). La ahora declarada victoria del grupo “Atracomulco” con Peña a la cabeza, ha resultado tan costosa que podría representar el principio de la pérdida de la presidencia el próximo año, más si sigue en con su tendencia de caída libre y López Obrador continua en ascenso encabezando las preferencias de la mayoría de los electores. ■

 

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