Aquí,
debajo de los cielos,
manifiesta su tedio
no se sabe, -y da igual-
un dios, o cientos.
La prueba de la malicia divina
se manifiesta en lo simple:
en casa,
el solitario ruido del refrigerador:
rugido triste de animal herido
en la calle,
la mujer con zapatillas doradas
que aleja sus infiernos de los míos,
mientras cercana, pero opuesta
sus tacones deambulan firmes para perderme
Dante fue dantesco
porque exageraba,
ellos, los dioses
prefieren el fuego y el ajedrez lento:
rugidos tristes de animales heridos
mujeres cercanas, que alejan su infierno
en tacones dorados
mientras sólo observo
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