La Gualdra 252 / Río de palabras
Un amigo bebe hasta emborracharse
cada fin de semana,
luego llora como un niño
porque dice que las mujeres
le han hecho daño una y otra vez,
que no han valorado,
que no han sabido,
o más bien,
que no han querido quererlo
es un buen hombre,
es de los que ceden el asiento en el autobús,
de los que compran pan o jamón
en la tienda de la esquina
para darlo a los perros de la calle
que husmean cabizbajos las bolsas de basura
en busca de alimento, incluso les da agua
estoy seguro que sería un buen padre,
llevaría en hombros a sus hijos a los parques,
les haría campamentos en la azotea,
amaría a su mujer
-y solamente a su mujer-
cuando incluso allá afuera hubiese otras tantas
más jóvenes y hermosas cada vez
lo sería, sueña con serlo
por eso se emborracha y llora luego como un niño:
casi todas las mujeres buscan hombres rudos
de los que toman cervezas de un sorbo
y tequila tras tequila sin hacer muecas
,
tienen el recuerdo genético de encontrar protección
y no cursilería
desean encontrar su propio bárbaro,
su espécimen de cavernícola,
su patán contemporáneo
es malo para él
pero bueno para los que todavía
sabemos hacer fuego de cualquier pavesa.