11.5 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

¿Que por qué me gustan los monitos?

Más Leídas

- Publicidad -

Por: CARLOS FLORES* •

La Gualdra 250 / Cómics

- Publicidad -

Todo empezó en casa de mis abuelos, cuando de niño, hace más de treinta y cinco años era llevado por mis padres de visita a su casa. Casi siempre era domingo, así que de rigor estaba el periódico del día en la sala de estar. En esa época, había una sección en medio del diario con hojas de color en donde reproducían tiras cómicas. Fue así como conocí al Asombroso Hombre Araña, a Roldán el Temerario, Tarzán, Educando a papá y otros monos.

Mi padre no compraba la misma publicación local, pues degustaba más una nacional que se llamaba Uno más uno, que desgraciadamente no traía monitos. Pero un día aconteció, domingo también, que sí traía una sección monera, en la cual conocí al Capitán Pelotas y otras creaciones de caricaturistas mexicanos (Magú, Ahumada, El Fisgón) bastante pachecas.

La verdad era muy joven para entender el contenido político o sarcástico de esas obras, pero la aventura gráfica me resultaba impresionante. Así que adquirí un gusto natural por todo el arte gráfico y de repente me vi rodeado de historietas. Como buen niño me vi en la imperiosa necesidad de entrarle a Lorenzo y Pepita, el Pato Donald, la Pequeña Lulú, Periquita y todas las mafufadas de Disney, pero gracias a mi vecino Mike, pude conocer a la genial Mafalda, y por gracia de mi padre a Astérix y Lucky Luke.

Fui atrapado por los superhéroes luego de ver a Christopher Reeve en la pantalla grande con el vistoso y ridículo traje de Supermán. Así que comencé a comprar historietas del hijo de Kriptón, por cierto aburridísimas, y del murciélago y su joven compinche, también harto tediosas, al igual que de los Vengadores y otros consorcios de superhéroes. Pero el que realmente me atrapó fue Spidey. También tenían algo de interesante La espada salvaje de Conan el Bárbaro y El Pantera.

Ruiz y sus Agachados así como toda su obra pronto fueron parte de mi acervo, además de otras cosas que encontraba por ahí, como Aniceto y Hermelinda Linda, Capulinita, hasta un cómic que existía de las Chivas Rayadas del Guadalajara. En fin, todo lo que fuera arte gráfico tenía una oportunidad de ser leído, hasta el famoso Mil Chistes y sus mujeres exuberantes.

Para ponerme más serio, debo decir que allá por los años 90, gracias a Víctor del Real que me regaló una revista, conocí El Gallito Inglés, y ahí pude ver que existía un panorama más maduro de historietistas con creadores como Ricardo Camacho, Edgar Clement, Alberto Flandes, Ricardo Peláez, José Quintero, Eduardo Rocha y José Tapia, entre otros, con otras propuestas y enfoques narrativos, y qué decir sobre las colaboraciones de extranjeros, realmente geniales. Circulaba también una revista parecida de origen norteamericano, culpable junto con el rock de ponerme a estudiar inglés, titulada Heavy Metal.

Así las cosas, los monos han tenido un papel importante en mi formación, creo que aprendí más de geografía e historia en Astérix que en las aulas de la primaria o la secundaria, más de valores leyendo a Spiderman que en casa, sin ofender a mis sacrosantos, y mucho de tener actitud hacia la vida del Pantera. Por tanto, hasta la fecha, no he dejado de alternar mis lecturas con los cómics, pues en la actualidad Batman y otros superhéroes se han convertido en algo con más cerebro, y hay tantas cosas, verdaderos tesoros, por ahí que a veces creo que ya es hora de que hablen de un Octavo Arte.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/gualdra_250

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -