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viernes, 19 abril, 2024
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En este pueblo no hay ladrones

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Por: QUITO DEL REAL • admin-zenda • Admin •

■ El son del corazón       

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Si tomáramos en serio el persistente aguacero de denuncias y de nuevas ideas para describir a los Monreal, reconoceríamos nuestra ceguera y torpeza, por no haber denunciado a tiempo la parte tenebrosa de sus carreras políticas. Es tanta la corrupción que se les adjudica en estos días, que uno desea preguntar si Fresnillo compite, en la producción de maleantes perversos, contra la Cosa Nostra, la Camorra y la ´Ndrangeta.

La lluvia de epítetos nos ofrece una primera conclusión: los delatores a sueldo insinúan un pueblo ingenuo que aceptó convivir, desde hace dos o tres décadas, con una pandilla cristalizada, experta en transas y enjuagues secretos, sin haber intervenido contra ellos.

En la versión de los gritones del PRI, el pueblo es ciego ante el Morena y diminuto por entregarle credibilidad a su candidato. Su visión, reproductora de un despotismo ilustrado de reclusorio, concibe a una ciudadanía envilecida por no haber sacudido las alimañas, tepocatas y víboras que la depredan desde hace muchos años.

 

Un joven dirigente que camina directo a su derrota

Alguien nos está jugando una broma pesada, con participación de algunos medios, algunas instituciones y una pandilla de vociferantes que desea escalar a como dé lugar.

Podemos ser pacientes en esta ruidosa batalla, denominada certeramente Guerra de Lodo, si tomamos en cuenta que da espacio a un subgénero de la literatura, donde las generaciones emergentes de políticos, sobre todo del PRI, abren las compuertas de su restringida imaginación y creen estructurar affaires inteligentes y rotundos, rociados con datos novedosos e inéditos y bañados con bastante moralina, para producir un shock a la ciudadanía que aún no sabe por quién votar.

Habría que prestar atención a su técnica pretendidamente demoledora: componen declaraciones deplorables en sintaxis, y dejan trotar su imaginación y su evidente pobreza vivencial. En realidad, sus intervenciones son muy precarias;  la Guerra de Lodo no los exime del desmadre y el chacoteo.

El operador profesional de una Guerra de Lodo pertenece a la parte ínfima de la escala política, porque se despoja voluntariamente de su autonomía y de sus juicios; con un tronar de dedos, permite enajenarse a un dictado caprichoso que busca imprimir una versión absurda de la historia en la comunidad. A la manera de Joseph Goebbels: “Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas”.

Creo que por eso Fito Bonilla falló nuevamente en su reciente debate con el Oso Medina. Su poco oficio e inexperiencia lo desaprobaron reiteradamente; de inmediato, al abrir con una acusación embarazosa de corrupción contra los Monreal, para asombrar al público, se topó con la asentada dialéctica del Oso, quien lo reviró con elegancia. Touché.

El nuevo dirigente estatal del PRI trasluce, con alarmantes deficiencias, su intervención en la Campaña de Lodo; su compulsión demuestra que aún no termina de sangrarle la herida de 1998.

 

Una operación desesperada

Se dice que el miedo no anda en burro. Ante el  alza en las encuestas de David Monreal, se desató la jauría y cundieron las demandas contra él. Algunos ex-diputados y ansiosos militantes que buscan un puesto de funcionarios con el candidato Tello Cristerna, divulgaron atrabancadamente los intríngulis corruptos del candidato del Morena.

Tuvieron que esperar el momento de ser rebasados para desatar su fantasía, en un recorrido presuntamente obstinado por documentos y hechos concretos, que incriminan al candidato Monreal. No sólo ellos: el candidato Tello soltó su propia versión, con la típica mendacidad de los activistas del PRI. Juntos, con la ayuda de algunos medios mercenarios, dieron a conocer un paquete de denuncias. De esa manera, consideran, intervinieron lealmente para alertar a una ciudadanía que es inocente de la malicia de los Monreal.

La maniobra es inocua. Al no haber podido detener al candidato de Morena en los tribunales, para evitar su registro, ahora decidieron cortar camino con la manida estrategia de la Guerra de Lodo, impulsada por el dirigente estatal del PRI.

No solo ellos cayeron en la renta del vituperio. También el PRD y algunos partidos menores hicieron su luchita. Hablemos del malogrado esfuerzo perredista.

 

¿Para qué venir sin mochila al hombro?

Chucho Zambrano decidió visitar una vez más la ciudad de Zacatecas, para observar de cerca el trayecto poco envidiable de su pupilo Rafael Flores. El balance no fue alentador.

Por una rara obsesión, Rafa se dedica a picar piedra en un sitio donde no brota el maná; por más que escarba y escarba, no encuentra la forma de penetrar en las emociones de los futuros electores. Parece que su segunda victoria, ahora de tipo moral, sobre Pedro de León Mojarro, pasó  desapercibida entre la gente; de lo contrario, manifestaría su resultado en las encuestas en una franja de comodidad. Rafa persistió y se quedó, pero no gana terreno; su antiguo contendiente persistió, se retractó y volvió nuevamente al PRI, caminando con pena y de puntitas.

¿Qué carajos pasa aquí, señores? Se respira aire contaminado, los símbolos de la vida política nos mienten y los candidatos fallan. Oh sí, fallan como rancheros improvisados, a la hora de prender la fogata para la carnita asada.

A ver, ¿qué cuentas puede mostrar Chucho al público en una conferencia de información, si los datos hablan con crudeza de estrechez, incapacidad y errores a la hora de desplegar una campaña otrora considerada halagüeña?

Advierto que esta fastidiosa realidad acompañó a Zambrano en una intervención suicida, carente de sustancia y vacía de interpretaciones.

¿Con qué llenó el senil kamikaze  las cuentas que jamás fueron alegres? Chucho no lo pensó dos veces y saltó como tigre de Bengala contra los chamucos ausentes: “los Monreal son la expresión más clara de la corrupción; Morena le está haciendo el trabajo sucio al PRI, por lo que puedo asegurar que son una verdadera mafia”.

 

Rafa pinchó en hueso

¿Haber venido del CDMX para decir esas cuchufletas? El evento habría estado más seductor si Zambrano hubiera explicado las causas de la crisis política de su partido, del desmoronamiento de su grupito más poderoso, de la medianía de sus candidatos y, como corolario, de la deserción acelerada de sus militantes y simpatizantes.

No puso en claro el asunto más importante, que muestra con transparencia la poca inserción de la campaña perredista entre el público zacatecano: la renuncia de Ignacio Fraire Zúñiga como coordinador de campaña, quien refrendó su salida porque “no se nos hace justo engañar a la ciudadanía diciendo que ganará un proyecto, cuando en realidad no se tienen posibilidades”.

Rafa se fue por la libre con desprecio y golpeó con la reprimenda más a mano para infligir una humillación a Fraire Zúñiga: “Es inocuo, hay mucho dinero de la delegación Cuauhtémoc y nosotros vamos a seguir trabajando en la campaña, que está en su mejor momento. Su salida es insignificante”.

Ninguno de los dos: Chucho y Rafa, hicieron algo por nosotros; no nos dieron un panorama político del proceso electoral del PRD en Zacatecas. Es clara su distancia de los análisis y la autocrítica, queda descubierta su pasión por los juegos retóricos de artificio y por llenar el expediente con intervenciones chafas y banales, para detener a los Monreal.

Ciertamente, en Campañas de Lodo, no hay nada nuevo bajo el sol. ■

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