Para Sarahí, felicidades
El pasado 23 de mayo se celebró como cada año, el Día del Estudiante y esta vez, me centraré en analizar varios aspectos relacionados con los estudiantes de la Universidad Autónoma de Zacatecas, ya que precisamente, la celebración se remonta al año de 1929 cuando los alumnos de la actual Universidad Nacional Autónoma de México, se levantaron en huelga para propiciar la Autonomía Universitaria, cuestión que los llevó a ser agredidos por la policía capitalina al interior de la Escuela de Derecho; de tal suerte, estos eventos lamentables generaron que se recordara tanto a los estudiantes agredidos como al impulso de la autonomía universitaria que tomaron como modelo muchas universidades del país. Entonces el 23 de mayo, en mi opinión, debe rescatarse en su sentido básico pues no es una fecha para provocar el ausentismo ni para ofertar bebidas embriagantes y otros distractores a los muchachos, por el contrario, debe ser una día propicio para la reflexión del valor civil y reconocer la identidad de ser universitario, debe ser un punto de partida idóneo para impregnar en nuestros jóvenes la importancia de la autonomía y de la defensa de nuestra Universidad por sobre los intereses del estado. En la UAZ, tenemos en lo inmediato una agenda pendiente que debe traducirse en la restauración de los principios que nos dan identidad como universitarios, sobre todo, debemos trabajar arduamente del lado de los estudiantes de las distintas unidades académicas que no están tendiendo de frente a las brújulas adecuadas o a los guías idóneos ya que desvirtúan la importancia de pertenecer a la Universidad; debemos estar atentos a aquellos insolentes que manipulan, coaccionan, oprimen y violentan sus derechos humanos universitarios y que contrario a ver a los muchachos como parte fundamental y razón de ser de la institución, los utilizan y son llevados por la senda de las prácticas antidemocráticas y contrarias al derecho; así, en algunas áreas se les está enseñando que en la UAZ no hay democracia, que no hay alternancia, que no hay debate de ideas y que a través de la violencia, pueden ganarse elecciones y puestos, ya que incluso, hasta el cargo más modesto se arrebata o se pretende tumbar con artimañas y argumentos falsos en los que los alumnos son obligados a participar bajo el engaño o la amenaza. En mi opinión que no es humilde, la UAZ debe ser ejemplo de gobernabilidad, de institucionalidad, de vida democrática, de valores e identidad universitaria y no solamente rezar a la primera: orgullosamente UAZ, si no realmente generar la satisfacción de sentirse universitario. Quiero al igual que muchos jóvenes, un 23 de mayo lleno de debates, de ciclos de cine y conferencias en donde los viejos maestros sean invitados de honor aunque estén jubilados y que ellos platiquen a los jóvenes como era la Universidad y cómo los estudiantes de ahora, pueden contribuir a fortalecer a nuestra Alma Mater; saquemos del sarcófago a los universitarios que vivieron los procesos de defensa de la autonomía universitaria para revivir la historia y sentir un genuino orgullo de pertenercer a la UAZ. Renuncio a la entrega de la institución y pido al universo que regresen aquellos jóvenes que generaban cambios profundos y positivos en nuestra sociedad como aquellos de 1929 que motivaron la autonomía de la UNAM e inspiraron a otras como a la UAZ; reniego de los jóvenes domesticados y dóciles porque ellos serán los constructores de una sociedad agachona y manipulable a los interes de los malos gobiernos; desprecio a los pseudouniversitarios que usan y agreden a nuestros estudiantes ya que los están motivando a hacer igual de miserables que ellos con las próximas generaciones; rechazo totalmente la injerencia del estado en el ámbito universitario y, los estudiantes pueden hacer mucho realizando activismo moderno para evitar el manoseo de nuestra autonomía; de inicio propongo un Foro de Análisis y Debate sobre la Autonomía Universitaria frente a los intereses del Estado; sugiero además, que en la UAZ y de manera transversal, todas las Unidades Académicas intensifiquen en los cursos propedeúticos, el conocimiento sobre la identidad y los valores universitarios, que se les enseñe el himno y la historia de nuestra Alma Mater, que se difunda ampliamente la legislación universitaria y los medios de defensa de sus derechos básicos. Felicito finalmente a todos mis alumnos y alumnas con los que he tenido la oportunidad de coincidir a casi 23 años de servicio. Un abrazo fuerte para ustedes. ■
