La Gualdra 247 / Río de palabras
A mí ni me echen la culpa, yo ni sé que es eso de sentirse culpable, angustiada u observada por medio mundo. Nunca he sabido qué es eso de los remordimientos, de no poder dormir en la noche o de que se atore la comida a medio bocado. Yo simplemente no le hago caso a esas cosas. Para que ni empiecen con que yo fui, con que me vieron, con que ahí estaba. Porque les voy a decir que sí. Efectivamente yo fui, por eso me vieron porque ahí estaba. Pero de ahí a que tenga que estar pidiendo disculpas o muriéndome por el arrepentimiento, pues ahí sí ya no; porque de eso nada. Yo lo hice y además lo disfruté. ¿Qué hay testigos? Por supuesto que hay testigos, porque no andaba escondiéndome de nadie. La pura voluntad fue la que me llevó a hacerlo. Si quieren culpas pues échensela a alguien más que quiera cargar con ella. Yo no, ni me vean, no pienso arrepentirme, porque para mí lo que se disfruta no puede ser ni culpa ni pecado.
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