14.7 C
Zacatecas
viernes, 19 abril, 2024
spot_img

Cuando lo natural se vuelve anti-natural y viceversa

Más Leídas

- Publicidad -

Por: P. Aurelio Ponce Esparza • admin-zenda • Admin •

Sucedió en un centro comercial de la ciudad de Guadalajara. Una mujer fue obligada a abandonar el lugar por el simple y natural hecho de amamantar a su bebé. En respuesta, algunos días después, un grupo de madres decidió solidarizarse y se concentraron en dicho centro comercial para amamantar a sus recién nacidos. El hecho de que se prohíba a una  madre amamantar a su bebé en público me parece relevante y significativo, evento paradigmático del profundo deterioro que sufre nuestra sociedad y la inversión de valores que estamos viviendo.

- Publicidad -

Lo es también el hecho de que el Presidente de la República decidiera enviar al Congreso dos iniciativas de ley, para permitir que las uniones maritales entre personas del mismo sexo sean reconocidas como “matrimonios igualitarios, sin discriminación por motivos de origen étnico, de discapacidades, de condición social, de condiciones de salud, de religión, de género o preferencias sexuales”. Así lo informó en el Día Nacional de Lucha contra la Homofobia, en la residencia oficial de Los Pinos, ante organizaciones que enarbolan la agenda lésbico, gay, bisexual, trans e intersexual (LGBTI).

El fundamento de tales iniciativas es la jurisprudencia generada por las decisiones de la Suprema Corte de Justicia. Resulta cuestionante que el Presidente de todos los mexicanos pretenda que el Poder Legislativo apruebe leyes para todo un país con base a lo que unos jueces, a quienes el pueblo no eligió para el cargo, decidieron sobre un caso particular. ¿A qué propósito responde la iniciativa del Ejecutivo? Según el diccionario una ley  es “el ordenamiento de la razón en vistas al bien común y promulgada por aquel que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad”, me parece que de llegarse a aprobar la iniciativa del Presidente y convertirse en ley, ésta no será ni conforme a la razón ni mucho menos para el bien común.

Para toda la humanidad, independientemente de su religión y de su cultura, un verdadero matrimonio sólo se puede dar entre un hombre y una mujer que se aman y que están abiertos a la generación de nuevas vidas. Esta convicción tiene un fundamento en la misma naturaleza humana, pues, aun biológicamente, una relación genital, sexual, que sea verdaderamente humana, no animal, adquiere su pleno sentido sólo estando una mujer frente a un hombre. Otra cosa es la amistad, el cariño y la ayuda mutua, que son posibles y convenientes entre personas del mismo sexo.

El hombre ha sido creado libre y cada quien puede hacer lo que quiera con su libertad, aunque se perjudique. Si alguien es feliz con una relación homosexual, allá su propia decisión, pero que no le llamen “matrimonio”, pues la misma palabra tiene en su raíz la maternidad, y un hombre no fecunda a otro hombre, ni una mujer a otra. Esto no es homofobia; es una simple verdad de la naturaleza humana de todos los tiempos y de todas las culturas. Pero parece que ahora, en este tiempo, lo natural se ha vuelto anti-natural, como amamantar un bebé y lo anti-natural se quiere ver cómo natural como la unión de dos personas del mismo sexo.

De aprobarse la iniciativa del Presidente vendrán una serie de consecuencias.  Una de ellas será la posibilidad de que estos “gaymonios” tengan la posibilidad de adoptar un niño, pues tendrán “derecho” a ello para formar su “familia”. Pero, si esta ley absurda protege los supuestos derechos de estas uniones para adoptar hijos, ¿quién protege el derecho de los niños a tener un papá y una mamá? ¿Se han valorado las consecuencias que tendrán en estos niños el ser educados sin una figura materna o paterna real, visible y clara? ¿Desde el punto de vista psicológico se dará en estos niños un sano y equilibrado desarrollo? Son cuestiones que no se pueden ignorar en el proceso de discusión.

La familia es un bien en sí mismo, es el fundamento de la sociedad, es un bien que debiera ser protegido por los responsables del bien común. Al parecer el Presidente no está dispuesto a hacerlo, esperemos que los legisladores se muestren con más cordura y busquen promulgar leyes que de verdad respondan a la realidad de la sociedad mexicana y no a una agenda impuesta desde fuera. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -