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martes, 23 abril, 2024
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Paterson, una poesía de Jim Jarmusch que compite por la Palma de Oro

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Por: CARLOS BELMONTE GREY • admin-zenda • Admin •

■ “Lo que hace esta película es romper los clichés de la vida cotidiana”, expresa el cineasta

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■ Describe a su estilo como uno en el que los actores sean capaces de imponer al personaje su trabajo

Poesía y arte en la vida cotidiana de un conductor de camiones y un ama de casa. ¿Clichés vueltos snobs? O simplemente ¿clichés despedazados? Pregunta que se responde por la segunda opción en la película de la Selección Oficial en Competencia por la Palma de Oro dirigida, argumentada y escrita por el director estadounidense Jim Jarmusch, Paterson. “Lo que hace esta película es romper los clichés de la vida cotidiana” declaró en la conferencia de prensa el director de Only lovers left alive que compitió por la Palma de Oro en el 2013.

Estelarizada por Adam Driver (Paterson) y Golshifteh Farahani (Laura) la cinta cuenta la vida cotidiana en una semana cualquiera de un conductor de camiones en la ciudad de Paterson en Nueva Jersey y de su esposa encargada de tiempo completo a la casa. De lunes a domingo las marcas del día se repiten con ligeros imprevistos o encuentros azarosos que, sin embargo, no alteran las actividades normales. Sería pues una historia sin historia: no hay inicio ni final; no hay evolución ni alteración de los personajes; no hay ataques extraterrestres ni melodramas. Son simplemente personas en una urbe.

Un estilo cinematográfico: el Jarmusch

La historia está en la narrativa cinematográfica que tiene la marca Jarmusch desarrollada a lo largo de tres décadas con cintas icónicas como: Only lovers left alive (2013), Ghost dog: the way of the Samurai (1999) y Mystery train (1989)

Ciudades industriales semi-abandonadas, calles grafiteadas, muros de ladrillo, avenidas encarpetadas, coches, edificios, personajes marginados y unos cuantos más de etcéteras que reconstruyen la imagen de los sitios de la modernidad fracasada o interrumpida: “Paterson es una ciudad industrial invadida por Alexander Hamilton. Se llenó de industria textil, con muchos trabajadores inmigrantes italianos en el siglo XIX y luego irlandeses al inicio del XX. El resultado de esta mezcla fue una reacción de trabajadores anarquistas con históricas huelgas en busca de los derechos laborales, aunque no fueron siempre victoriosas”, explicó el cineasta.

En este ambiente urbano, Jarmusch le da un toque de poesía al recuperar la imagen del poeta William Carlos Williams (1883-1963), quien escribía cosas de la vida diaria en una forma poética quien conseguía derivar ideas del mundo real en poesía. Jarmusch insertó, además, frases completas de poesía de los clásicos italianos Dante y Francesco Petrarca. El aire que deja la cámara a un costado de los personajes es el papel en blanco para los versos. Así el chofer es un poeta de lo urbano y diario, su mujer es artista de la cocina y de la casa.

Y aquí otra característica del cine Jarmusch: planos lentos al interior de la casa, del bar del barrio y del camión; cadencia en el cocinar, en el beber y en el andar; diálogos concretos y eficientes; posiciones de la cámara (cenitales y travelings laterales) que hablan antes que la lengua oral. Parsimonia en los interiores, tanto físicos como mentales, mientras que al exterior la ciudad es ruidosa y peligrosa.

La música, como en todas las películas del canoso director, es un fondo que no guía por su evidencia sino por los ritmos de la narración. Con Sqürl –su grupo de música junto a Carter Logan- se puso a crear música electrónica para probar otro estilo más. Toda vez que “Ya he utilizado música etíope, hip-hop… ésta es la primera vez que uso música electrónica… muy diferente a la que hice para Only lovers left alive”.

El cine no es anticuado

Se le quiso tachar de hacer un cine anticuado por sus recursos repetitivos. Su respuesta fue explicar, primero, que sus películas nacen de breves escritos que son más bien breves esqueletos que describen solo la intención del filme, pero que los diálogos los va poniendo según va creyendo necesario, de ahí que no haya un dossier completo.

Y en seguida: “No creo que mis filmes sean anticuados… creo que van con su época. Con el siglo XXI… además no creo que la experiencia en la sala de cine pueda cambiar, eso seguirá siempre siendo una experiencia, la de estar en un cuarto oscuro de sensaciones”.

Este estilo de hacer cine le permite o más bien, le lleva a elegir actores no analíticos de sus personajes, sino más bien actores reactivos e interactivos con la idea del filme y que sean capaces de imponer al personaje su estilo de actuación. “Es por eso que hasta el perro de la película tiene libertad de expresarse y de improvisar sus propios diálogos” bromeó el muy serio sexagenario director.

Jarmusch, según el sentir de los críticos, se apunta para la Palma de Oro. Un premio que sólo ha podido obtener en 1993 pero en la sección de cortometrajes con Coffee and Cigarettes III.

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