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viernes, 29 marzo, 2024
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Realizan el coloquio El Financiamiento de la Creación: ¿Qué esperar de la era digital?

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

■ El festival busca promover el cine y no es indiferente a la complejidad de la industria: Lescure

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■ Insisten directores de cine y diputada en proteger la territorialidad de los derechos de autor

La mañana de este domingo, en el 69 Festival de Cannes, asistí al coloquio El Financiamiento de la Creación: ¿Qué esperar de la era digital?, organizado por el Ministerio de Cultura y de la Comunicación de Francia. En el Salón de los Embajadores, el presidente del Festival de Cannes, Pierre Lescure, dio las palabras de bienvenida y entró directo: “El tema es complejo: cómo se debe pagar de manera justa a los creadores; cómo asignar valores económicos a la producción cultural; o qué reglas de acción para controlar o liberar la libre de difusión de obras culturales; cómo proteger la multiculturalidad, sobre todo teniendo presente la complejidad de la Unión Europea”. Lescure aseguró que el festival tiene la función primordial de difundir cine y que no es indiferente a la complejidad de la industria actualmente.

Fue el director de cine Jean-Jacques Annaud (El nombre de la rosa, 1986) quien dijo para plantear lo complicado del asunto: “Dicen que las obras culturales deben ser libres a consultar en Internet. Pero, y qué pasaría si un pan se pudiera descargar de Internet, entonces ya no serían necesarias las panaderías y artesanos de la confitería, bastaría con técnicos”. El director francés calcula que una película pierde 60 por ciento de sus benéficos en cuanto sale al mundo digital, a pesar de tener éxito en salas de cine, “ahora desde la comodidad de la casa y con unos soportes increíbles se puede tener mejor visionaje de una película que en el cine”. Justo comenzaba a desarrollar la explicación de esta afirmación cuando Aïda Touhirim, periodista y moderadora del debate lo interrumpió “educadamente” diciéndole que de eso justamente hablarían los ponentes a continuación y le pidió tomara asiento entre el público –lo que sorprendió al propio director y público-.

Las exposiciones giraron en torno a la idea de cómo liberar o reglamentar la difusión de obras o contenidos –no es lo mismo-, en las plataformas digitales. Entre los panelistas estuvieron los directores de cine Julie Bertuccelli y Eric Lartigau; el vicepresidente de contenido y operación de Youtube, Sebastien Missoffe; el presidente del consejo general del Grupo SFR y director general del grupo, Michel Combes, y la diputada del Parlamento Europeo, Viviane Reding.

 

Obras vs contenidos

¿Pero, por qué hacer la diferencia entre contenidos y obras? Porque para algunos todo se reduce a difundir un producto con el cual se puede comerciar mientras que para otros ese producto tiene un contenido expuesto desde una forma única y realizada por un creador de su obra.

Así, Missoffe se vanagloria de que Youtube promueve productos que tienen más de nueve millones de seguidores (ver al monologuista francés Cyprien) y que no son ellos, los dirigentes de la plataforma, los que los han seleccionado por autor de una obra, sino porque el público les ha gustado y los ve. En recompensa, están creando estructuras para la financiación de proyectos, sobre todo series, que les lleguen y pudieran colarse libremente en el gusto del público.

En la misma línea estuvo la exposición de Combes, orgulloso de que el mercado israelita sea su principal apoyo y de que en Europa cuenten con más de 50 millones de clientes que ven libremente las series producidas o compradas por SFR. Ellos están de acuerdo en también apoyar “el ecosistema de la creación” pero acompañados de menos “ingenuidad” de las autoridades, es decir, que las reglas y restricciones se apliquen en todo el territorio europeo y se dejen de hacer excepciones a los “países emergentes”.

Por otro lado, Bertuccelli insistió en que se aplique el término “obras” en lugar de contenidos porque “son obras caracterizadas por un creador” y no trabajos en series. Además, cómo se puede llegar al apoyo de SFR y Youtube si aún no tienen reglas de ejecución que involucren a autores sino sólo a repetidores de series.

Lartigau dijo con sarcasmo: “Qué alegría de encontrarme con Youtube, de otra forma nunca nos vemos”, haciendo alusión a que Youtube poco se preocupa por apoyar la creación. Tanto él como Bertuccelli insistieron en algo que retomaría en repetidas ocasiones la diputada Reding: proteger la territorialidad de los derechos de autor.

Reding insistió en la necesidad de reforzar la diversidad cultural de la Unión Europea para que se convierta en una potencia frente a la lucha que mantiene contra Estados Unidos de Norteamérica y China, pero a la vez –irónicamente- establecer reglas estrictas para que cada país se arme de estructuras como el Centro Nacional de Cinematografía Francés (CNC) que garanticen la repartición de derechos y la lucha frontal contra la piratería.

Veladamente todos los participantes tocaron la idea de “mito de la libertad” porque al parecer los padres de unos jóvenes hispsterianos y llenos de “ideales” de libertad clamaron por el acceso libre en el Internet, y sus padres por no verse como anticuados les hicieron caso y descontrolaron el mundo digital. Ahora toca a otros hijos y creadores remendar lo hecho y hacer que las empresas que viven de esas obras se preocupen por controlar los accesos.

En principio parece que una solución es incentivar a que productores e instituciones pongan candados digitales a sus obras para evitar la libre difusión y piratería. Algo que debería de servir al menos en Europa, pero y ¿en América Latina? ¿Y en Tepito?

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