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viernes, 19 abril, 2024
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Ken Loach vuelve en la competición oficial con su propuesta I, Daniel Blake

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Por: LLUNA LLECHA • admin-zenda • Admin •

■ Obra disecciona la violencia del liberalismo inglés y las aberraciones administrativas

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■ Director se declara por la izquierda europea; garantías de trabajadores están bajo constante ataque

Veterano del Festival de Cannes donde ha coleccionado varios premios, entre los cuales la Palma de Oro en 2006 por The wind that shakes the barley (El viento se levanta) el director británico Ken Loach, a punto de cumplir 80 años, vuelve a Cannes en la 69 edición, dentro de la Selección Oficial en Competición con una crónica social comprometida: I, Daniel Blake.

Tras Jimmy’s Hall, en Competición para la Palma de Oro en 2014, Loach anunciaba públicamente que se retiraba del cine, ante la sorpresa de los entrevistadores. Tras un año de silencio, el director británico –conocido por su cine de gran alcance político– afirmó ayer en rueda de prensa que se equivocó hace dos años: “hay muchas historias que exigen ser contadas. Necesitamos estar aquí”.

En esta ocasión, Loach disecciona la violencia del liberalismo inglés y de las aberraciones administrativas de Gran Bretaña a través del retrato de un carpintero sexagenario (Dave Johns) obligado a recurrir a los servicios sociales tras haber tenido problemas cardiacos. A pesar de no poder trabajar por prescripción médica, la oficina de empleo lo obliga a buscar trabajo bajo amenazas de sanciones. A lo largo de estas citas regulares al “job center” Daniel se cruza con una madre soltera (Hayley Squires), con dos hijos a su cargo, forzada a aceptar una vivienda a 450 km de su ciudad natal para no ser colocada en un centro de acogida.

Con este cuadro, el drama está servido, aunque el humor no está totalmente ausente debido a la absurdidad de algunas situaciones: llamadas interminables al teléfono de atención al cliente con la melodía de Las cuatro estaciones de Vivaldi de fondo, demandas contradictorias, respuestas obtusas en situaciones absurdas y un sinfín de situaciones kafkianas. Y a pesar de esto, la energía, la buena voluntad y el humor desesperado del protagonista por ganar la batalla.

Con el ejemplo de dos casos concretos, Loach nos muestra cómo, actualmente, en una gran ciudad inglesa (pero la historia podría extrapolarse a cualquier gran ciudad del mundo occidental) un hombre de 59 años se queda sin recursos económicos tras denegársele las ayudas sociales –condenado a una desocupación sin remedio ya que no tiene ni la edad para jubilarse ni el estado físico necesario para afrontar un nuevo trabajo– y una joven mujer puede morir de hambre bajo la indiferencia y la estupidez de los que los rodean: dos personas honestas atrapadas en un sistema de prestaciones indiferente.

Frente a este cruel sistema social, frente a la injusticia, frente a la impotencia, los personajes hacen todo lo que pueden para resistir, para sobrevivir cada día. A veces se quiebran, otras se desmoronan pero siempre mantienen una dignidad conmovedora.

Loach, que define su cine como: “la celebración de las personas, de la belleza de la vida humana, pero mostrando también la crueldad a la que están expuestos los hombres constantemente” denuncia aquí esta falta de solidaridad, de fraternidad humana y apela a una sociedad más justa en la que la gente no sea “ni clientes ni usuarios… sino simplemente ciudadanos”.

Con una gran interpretación de los actores –algunos apuntan a Daniel Blake como un buen candidato al premio de interpretación– y unas escenas extremadamente punzantes, Loach consigue con este filme provocar el llanto en muchos espectadores y los aplausos al final de la proyección.

 

Loach a favor de una Izquierda europea

Para responder a las preguntas de los periodistas, Loach se rodeó de sus dos actores principales (Dave Johns y Hayley Squires), de su productora (Rebecca O’Brien), del director de la fotografía (Robbie Ryan) y de su cómplice y guionista de siempre (Paul Laverty).

Aunque la conferencia giraba en torno a la película, los periodistas le cuestionaron sobre la actualidad. El cineasta aprovechó la rueda de prensa para dar su punto de vista sobre las políticas británicas, y por qué cree que la decisión de dejar la Unión Europea es difícil: “Por un lado, la Unión Europea es un proyecto neoliberal”, dijo. “Es un empuje hacia la privatización y hacia la desregularización. Las garantías de los trabajadores y del ambiente están constantemente bajo ataque, así es que no nos hace bien por ahora. Por el otro lado, si la dejamos, sabemos que los gobiernos individuales se irán hacia la extrema derecha”. Loach cree que la solución es votar por quedarse y cree que tenemos que “hacer alianzas con otros movimientos europeos de izquierda”.

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