El 19 de septiembre de 1984 La Jornada circuló por primera vez entre sus lectores. No fue un inicio fluido ni cómodo porque surgió en un entorno difícil y adverso, en medio de la crisis económica de esa década y en un entorno institucional asfixiante, antidemocrático y hostil a toda divergencia. Adicionalmente, el diario no tenía un respaldo importante de capital: los recursos indispensables se obtuvieron, fundamentalmente, de la venta de acciones entre la sociedad y de las aportaciones en obra que realizaron generosamente muchos artistas plásticos, encabezados por Rufino Tamayo y Francisco Toledo. Por fortuna el proyecto fue adoptado por muchos lectores y anunciantes que ayudaron al establecimiento de una institución periodística progresista, sólida y perdurable.
Siguiendo esa mística, el 2 de mayo de 2006 inició el proyecto de La Jornada Zacatecas, que con sus altibajos hoy podemos decir que bajo el paradigma del Desarrollo Humano, hemos construido un periódico necesario para el desarrollo político, social y cultural de Zacatecas porque da voz y tribuna a sectores de la sociedad que carecían de ella. Hoy cumplimos una década y en ese lapso La Jornada Zacatecas se ha convertido en parte fundamental del panorama informativo del estado, se ha vuelto un punto de referencia para miles de lectores y ha ganado, con su fidelidad a los principios fundadores, credibilidad y prestigio.
Esta publicación surgió para confrontar el proyecto neoliberal que en el curso de esta década ha trastocado los principios fundamentales del país. Desde un principio teníamos claro que era fundamental desnudar la crisis política caracterizada por la cerrazón, la antidemocracia, la simulación y la represión, y defender la necesaria democratización de las instituciones nacionales; poner énfasis en la desigualdad social que ya está en niveles alarmantes, generando una brecha abismal entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen casi nada, continuar señalando la necesidad de reducirla, por el bien del país, de la paz y de la gobernabilidad.
Como resultado, La Jornada Zacatecas, al igual que nuestra casa matriz, ha sido sujeto a un bloqueo de publicidad del gobierno federal y de las agencias de publicidad. Aunque en los 30 años de La Jornada y los 10 de la franquicia en Zacatecas esa circunstancia ha sido superada en alguna medida, La Jornada no ha recibido nunca las proporciones de publicidad oficial y privada que ameritarían su circulación, su influencia y su penetración.
Hasta la fecha, el manejo discrecional y patrimonialista de los anuncios del Gobierno Federal y de los distintos órdenes de gobierno sigue siendo una amenaza para la subsistencia de los medios independientes y, por consiguiente, para la libertad de expresión y el derecho a la información. El ámbito institucional – en algunos sectores – no ha comprendido que la comunicación social es una obligación y que los recursos destinados a ella son públicos, por lo que deben ser distribuidos entre los medios con criterios claros establecidos en la ley, al margen de diferencias con las respectivas líneas editoriales. El derecho a la información debe prevalecer.
La Jornada Zacatecas no es un periódico opositor a ultranza. En su manejo editorial rehuye las estridencias y el sensacionalismo y busca mantener un equilibrio para dar a conocer todos los puntos de vista de los involucrados en los temas que cubre; desde luego, en el vértigo periodístico del día a día resulta particularmente arduo buscar un equilibrio, y ese esfuerzo cotidiano le ha permitido ganar la credibilidad que hoy ostenta y el sitial de referencia para diversos sectores sociales, académicos y para las mismas cúpulas institucionales.
A pesar de las dificultades mencionadas y de muchas otras que han surgido en el camino, La Jornada llega hoy a sus 10 años de existencia, con el ánimo intacto, la determinación de fidelidad a sus principios y a su línea editorial enmarcada en el Desarrollo Humano, y el propósito de actualizarse en forma permanente. Zacatecas, el país y el mundo se han transformado y, con ellos, el oficio periodístico se enfrenta a nuevos desafíos conceptuales, metodológicos, tecnológicos y organizativos. La revolución digital no sólo cambió radicalmente la cotidianeidad laboral a los periodistas, sino que los puso ante experiencias nuevas y fascinantes a las que nos hemos sumado a través de una página web dinámica y amable, con todo un equipo de colaboradores dispuestos a llevar a las redes sociales y la televisión por internet el enfoque crítico y mordaz que nos caracteriza.
Podemos decir que ya una generación creció leyendo estas páginas y otra, con acceso natural a las redes sociales, empieza a emerger. Para ambas La Jornada Zacatecas buscará que su trabajo sea un referente de importancia y una ventana al acontecer mundial minimizado, distorsionado o negado por el periodismo mercantil que no busca informar, sino entretener para, como objetivo último, lucrar. En contraste, esta franquicia no ha buscado hacer periodismo para acumular dinero, sino conseguir dinero para hacer periodismo y promover la cultura, el debate y la construcción de ciudadanía. Mantener y mejorar la calidad de este producto informativo es un compromiso permanente, y una manera de retribuir y agradecer el acompañamiento de su público a lo largo de esta aventura que llega hoy a sus primeros 10 años.
Muchas gracias y nos seguimos leyendo
