La alternancia en nuestro país no cambió la manera de gobernar, continúa el modelo presidencialista, el centralismo del poder; el PAN y el PRI siguen impulsado el modelo económico neoliberal.
Han traído más pobreza y marginación, más desigualdad social, cultural y política. Los recursos naturales estratégicos del país se entregan a los extranjeros, el campo está en total abandono, cada vez más se requiere importar de otros países productos y ha encarecido la canasta básica.
México no es autosuficiente para abastecer su propio mercado, el desempleo se agudiza y los salarios resultan insuficientes para miles de trabajadores, prevaleciendo el empleo informal.
El nivel económico del país no crece, la política pública instrumentada en contra las drogas y la inseguridad ha fracasado, la impunidad y la corrupción parecieran imposibles de contener, las autoridades mexicanas han resultado ineficaces para combatirlas. No existe una política de gobierno que garantice la transparencia de los recursos públicos.
Existe una violación sistemática a los derechos humanos, no hay logros del actual gobierno que hagan pensar que su partido se vea favorecido en las próximas elecciones, los ciudadanos están convencidos de que en Zacatecas se requiere un cambio verdadero y un gobierno de coalición.
En el 2016 los gobernadores salientes dejarán deudas millonarias en sus entidades. Aun así ellos se han preparado para hacer una elección de estado e inequitativa, con recursos públicos han cooptado a estructuras para que durante el periodo de campaña realicen promesas, coaccionen y compren el voto.
Ahora el pueblo mexicano debe buscar otras opciones políticas que hagan buenos gobiernos y con resultados sociales; necesitamos un gobernador comprometido con los problemas de los jóvenes, de los maestros, de los campesinos-ganaderos, agricultores, migrantes, adultos mayores, madres solteras, y otros sectores vulnerables.
La retórica de los priístas que están utilizando durante este Proceso Electoral Local 2015-2016, ha dado los resultados esperados. Tienen preocupación porque saben que perderán: Veracruz, Zacatecas, Durango, Quintana Roo, mientras que en Puebla y Oaxaca no han logrado levantarse electoralmente.
Por ello han diseñado e implementado un nuevo modelo de mercadotecnia político-electoral, cuyo objetivo principal es mentirle a la población mexicana, hacerle pensar que existe desarrollo en nuestro país, es la estrategia para engañar a la gente, otra vez se promocionan en cantidades inequitativas con los spots en radio y televisión que no proponen ni comunican nada.
En otros estados, como Puebla, el gobierno de Rafael Moreno Valle distribuyó tinacos azules a cambio de credenciales del INE; en Veracruz y Quintana Roo, las escuelas públicas, parques e infraestructura urbana han sido pintadas de rojo, y se condicionan los programas sociales.
Zacatecas y Puebla son los estados con mayor deuda pública donde habrá elección de gobernador.
En nuestro estado, Miguel Alonso Reyes en 2010, recibió una deuda pública de 682 mdp, y ahora en el 2016, la deuda superará los 7 mil 609.4 millones de pesos, aumentó un mil por ciento, mientras que en Puebla, el también priísta Mario Marín dejó 9 mil 104 millones de pesos en deuda, y ahora a casi seis años Moreno Valle al cierre de su administración la aumentó a 38 mil 944 millones.
En los estados con el elecciones continua el derroche de dinero en las campañas electorales para beneficiar a sus candidatos. Aquí en Zacatecas se pretende imponer un gobernador que ha demostrado que no tiene las capacidades ni el conocimiento para gobernar al estado.
Los mecanismos publicitarios y propagandísticos utilizados por el PRI en varios estados, entre ellos el nuestro, son ilegales, no han sido sancionados como corresponde por parte de las autoridades electorales. Cada día es más evidente que los organismos electorales están siendo omisos ante tales ilegalidades, actúan en favor del partido en el gobierno.
El sistema de fiscalización electoral en México no funcionó, las autoridades encargadas de implementarlo fueron rebasadas, los supervisores simulan y son insuficientes, no existen instancias que realmente regulen y sancionen la participación de los gobernantes y funcionarios públicos en las campañas electorales.
Para que la gente confíe en el modo de impartición de justicia electoral, es necesario que se creen órganos ciudadanos, no burocratizados, que no estén cooptados por los partidos políticos, ni por el gobierno en turno. Pero sobre todo que las autoridades electorales y tribunales tengan independencia plena y autonomía.
La población debe saber e informarse que las estrategias mediáticas no cambian la realidad del país, no aportan políticas públicas que desarrollen progreso y democracia de México, sólo han servido para que los índices de corrupción, injustica, impunidad, conflictos de interés y violencia aumenten. ■
*Secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática
