■ “En otros países con democracias más maduras los actores políticos no hacen esto”, expuso
■ Sergio Octavio Contreras: queda reflejado el nivel de cultura del sistema político mexicano
Luego de que el IEEZ a través de su comisionado presidente, Virgilio Rivera Delgadillo, manifestara su impedimento legal para regular las encuestas que exhiben presuntas preferencias electorales por Internet y que a diferencia de las que se publican en medios impresos no demuestran su apego a metodologías estadísticas, Sergio Octavio Contreras precisó que el problema no está en la tecnología y concretamente en la que refiere el uso de este espacio abierto, sino en una “lamentable” cultura política de los partidos, sus candidatos y militantes, pues son ellos quienes lo contaminan con información no verificable.
Estas prácticas generan desinformación y confusión en el electorado, lo manipulan. Son estrategias de la “guerra política” que ya había observado el investigador de la Cultura en Internet y candidato a doctor por la Unidad Académica de Ciencia Política de la UAZ, en sus primeras manifestaciones para la entidad en los procesos electorales de 2008 y 2010, dijo.
Se hacía entonces, comentó, enviando correos electrónicos a la ciudadanía, mediante los que se difundían presuntos resultados de ejercicios demoscópicos, “donde siempre daban como ganador a determinado candidato y después llegaba otro correo al día siguiente, o incluso, en horas posteriores, con resultados totalmente contrarios”.
Ahora en 2016 vemos que estos mismos trucos, “simplemente se montan en las redes sociales”.
Comentó del tránsito de los medios de comunicación impresos donde también se ejerció, a la red, que “como ya no pueden usarlos en los medios de comunicación tradicionales donde ya están regulados, acuden a estos otros espacios que están libres de toda regulación, lo cual es muy lamentable porque refleja el nivel de cultura política del sistema político mexicano. En otros países con democracias más maduras los actores políticos no hacen esto”, aseveró.
Evidentemente estas estrategias intentan persuadir al ciudadano de que vote o crea en tal candidato y son práctica común en los periodos electorales en Zacatecas y el país, donde aparece alguno presuntamente encabezando las preferencias para beneficiarse a la par que perjudica a los otros, pero acotó, mientras no se compruebe la vitrina metodológica y la seriedad de la empresa que realiza la encuesta, y no se trasparente el proceso mediante el que se obtuvieron los resultados, “tendríamos que ponerlos en duda”.
Este es un claro ejemplo también dijo, de cómo las instituciones, en este caso el IEEZ, han sido rebasadas por la Internet.
“El IEEZ no debe regular los contenidos que circulan en redes, no debe de intervenir. No porque sea un espacio privado, al revés, porque es un espacio público donde la información debe circular libremente”.
No obstante aunque el papel del organismo está limitado legalmente, sí puede actuar “por sentido común”. Esto es, informando al electorado “sobre los riesgos que representa la difusión de cierta información que no tiene validez”.
Todavía es tarea pendiente del IEEZ crear nueva ciudadanía, nuevos ciudadanos politizados que tengan una cultura política y democrática más sólida que les permita formase criterios de discernimiento sobre la información que se difunde en la red, expuso Sergio Octavio Contreras.
“Porque efectivamente la información que le llega al electorado por distintos medios puede de alguna u otra manera, modificar su percepción sobre ciertas realidades aun cuando esa información no sea verificable o puede incluso ser una mentira”.
Hay que señalar sobre la red de redes dijo, que a la par de ser el espacio público donde las personas tienen mayores márgenes de libertad, “es también un espacio que está invadido de rumores, chismes y mentiras”.
Abundó por último y sumado al tema de encuestas de dudosa metodología, “hay toda una serie de herramientas e instrumentos que están siendo utilizados por los partidos y sus candidatos, por las campañas, por las agencias de propaganda y publicidad y por los simpatizantes, para crear todo un caldo de desinformación y de supuestos sobre los cuales el electorado podría decidir el voto”.
Hay que imaginar entonces, dijo, a un votante que vaya a las urnas para ejercer su derecho al voto, basándose en una serie de chismes y suposiciones que él cree que son ciertas, pero que en realidad nadie ha verificado. “Sí eso sería muy, muy lamentable”.
