Nueva York. Hillary Clinton triunfó sobre Bernie Sanders en un concurso inesperadamente, para ella, cerrado en Nevada mientras que el multimillonario Donald Trump domino el concurso republicano en Carolina del Sur.
El susto del equipo de Clinton fue palpable durante los últimos días después de que hace solo un mes su campaña había anunciado, con gran confianza, que gozaba de una ventaja de 25 puntos en esa entidad, pero que en días recientes los indicadores eran que su contrincante Bernie Sanders había logrado empatarse con ella, y hasta tal vez ganar. Este sábado era evidente el alivio entre sus filas.
Fue rescatada, según indicaciones preliminares, por su apoyo entre la comunidad latina y afroestadunidense, entre otros sectores.
Sin embargo, no ganó la mayoría del voto latino, con un 53 por ciento de ese voto para Sanders y sólo un 45 por ciento para ella según sondeos a boca de casilla de CNN y de NBC -algo que si se confirma ofrece la primera evidencia de que el “socialista democrático” y su mensaje de justicia económica logró romper lo que antes se pensaba era un monopolio de Clinton sobre ese sector. Y eso a pesar de contar con la presencia activa en Nevada a su favor de figuras reconocidas del mundo latino, entre ellos la veterana líder social Dolores Hurta, el representante de Texas Joaquín Castro, el ex integrante del gabinete del gobierno de su marido Henry Cisneros y la actriz Eva Longoria
Pero Clinton ganó de manera abrumadora el voto afroestadunidense, con Sanders sólo recibiendo el 22 por ciento de ese sector, algo que no augura bien para él en los próximos concursos en estados con una amplia base demócrata afroestadunidense.
Clinton había contemplado a Nevada como un “muro de contención” contra el desafío de Sanders, ya que en este tercer concurso del proceso interno de selección de candidatos presidenciales era el primero en un estado con una demografía mucho más diversa y donde ella apostaba a su amplio apoyo, y el reconocimiento de su apellido, entre latinos y afroestadunidenses que apenas han empezado a conocer a Sanders.
Fue clave su apoyo entre los trabajadores de los casinos de Las Vegas, agremiados en el Sindicato de Trabajadores Culinarios, el más potente del estado con casi 60 mil miembros , y cuya mayoría son latinos y afroestadunidenses. También recibió el apoyo de la cúpula política estatal de su partido y hasta de “Hookers 4 Hillary” (Prostitutas por Hillary), una agrupación de unas 500 trabajadoras sexuales de algunos condados donde esa profesión es legal en ese estado.
Para Sanders fue una derrota decepcionante ya que en las últimas semanas su campaña invirtió cada vez más recursos al ver que había un giro dramático a su favor entre el electorado de ese estado y que un triunfo aquí podría haber sido devastador para Clinton y continuaría nutriendo su esfuerzo insurgente después de su victoria decisiva en Nueva Hampshire.
De inmediato, el equipo de Clinton, y sus muy aliviados aliados en las cúpulas políticas y económicas, como en los grandes medios, pronunciaron que su triunfo comprobaba su gran ventaja a nivel nacional para ganar el trofeo de la candidatura presidencial demócrata.
En los sondeos, ella goza de ventajas en varios de los próximos estados en juego, empezando por la próxima cita para los demócratas en Carolina del Sur el próximo 27 de febrero.
Sin embargo, el hecho de que el resultado fue tan cerrado, borrando más de 20 puntos de diferencia entre ambos candidatos hace solo cinco semanas (con casi el 90 por ciento del voto contado esta noche, ella ganaba por un margen de sólo 5 puntos), continúa alimentando el entusiasmo generado por la campaña de Sanders y la preocupación en el cuartel de Clinton. El senador insistió esta noche en que el ímpetu de la “revolución política” está creciendo. Y en los hechos, Sanders obtendrá sólo unos pocos menos delegados que Clinton de este concurso.
En el promedio de las principales encuestas calculada por RealClearPolitics, la ventaja antes enorme de Clinton frente a Sanders a nivel nacional sigue reduciéndose de manera dramática y ahora es de 47.6 contra 42 por ciento (hace un par de meses, gozaba de una ventaja de más de 20 puntos).
En el concurso entre los seis precandidatos republicanos en Carolina de Sur, la competencia era para el segundo lugar ya que se esperaba el triunfo del precandidato insurgente y poco cristiano Trump. Los senadores Ted Cruz y Marco Rubio batallaron por el segundo lugar, mientras que Jeb Bush y John Kasich buscaban sobrevivir por un día más.
Para la cúpula política, cada triunfo de Trump (este es el segundo de los tres concursos hasta la fecha) provoca alarma porque nutre una campaña que no obedece, ni está subordinada, a los jerarcas republicanos. Algunos esperaban que su disputa verbal con el papa Francisco y su atrevimiento de acusar al ex presidente George W. Bush de engañar al país para lanzar la guerra contra Irak por fin lograraían hundirlo en un estado con bases conservadoras como Carolina del Sur.
Su triunfo no sólo comprobó que su desafío a la cúpula no le cuesta, sino que al contrario, es parte de la clave de su éxito. A nivel nacional, goza de una ventaja de casi 15 puntos sobre todos los demás.
Rubio sigue siendo percibido como el mejor posicionado de los precandidatos del “establishment” para rescatar a la cúpula, ante el cada vez más impresionante -por sorpresivo- fracaso de Jeb Bush y su familia real del partido.
Para Cruz, esta fue una derrota decepcionante ya que apostaba que los cristianos fundamentalistas de ese estado sureño lograrían superar la ola de apoyo para Trump.
Bush sacó a casi toda su familia para apoyarlo en Carolina del Sur en lo que sería su último intento de supervivencia. A pesar de las intervenciones de su madre, el ex presidente George W. Bush, y sus otros dos hermanos -el resultado fue solo un poco menos patético que los anteriores dos para alguien que inició este proceso como el gran favorito y el heredero designado por la cúpula. A finales del concurso anunció que suspendía su campaña y se retiraba de la contienda.
La próxima cita para los republicanos es el 23 de febrero en Nevada, donde Trump ahora tiene en promedio una ventaja de 20 puntos sobre Cruz y Rubio.
