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jueves, 28 marzo, 2024
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Dos argentinos

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Por: RENÉ LARA RAMOS • Admin •

Para Lucinda, recuperada de la urgencia.

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UNO, el actual Papa, Francisco (en latín, Franciscus PP.), S. J., de nombre secular Jorge Mario Bergoglio (N., Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936), es el 266vo. y actual Papa de la Iglesia católica. Jefe de Estado y octavo soberano de la Ciudad del Vaticano, electo el 13 de marzo de 2013 en la quinta votación, durante el segundo día de cónclave, a raíz de renunciar al papado, Benedicto XVI. Datos de su biografía, revelan quién es el personaje en visita oficial a México, por varios días, con una variada y compleja agenda a realizar, con doble relevancia: su disposición a orar sin prisa ante el ayate de la Virgen de Guadalupe y un discurso que puntualiza su política para México, misma que debería asumir su Iglesia, ¿con mayor imaginación y compromiso? Todo ocurre, dentro de los cauces constitucionales y legales vigentes. Sabedor, sin duda, tanto de los excelentes ejemplos como de los más deleznables cometidos por prevaricadores de su religión, cuya conducta es y debe ser sancionada por las leyes del Estado, no sólo por las de la Iglesia. Su visita transcurre entre cuestiones y ambientes polares, política, económica y culturalmente. Ni más ni menos que con la diversidad cultural que nos caracteriza como Patria a todos los mexicanos.

Por demás significativo, su largo orar, postrado ante el ayate guadalupano, sujeto a más que múltiple interpretación. Lo cierto, fue una dramatización magistral a favor de millones y millones de mexicanos, quienes identifican en ese culto, parte de su cultura, con todo y la significación originaria que tuviera para las entonces conquistadores: el uso de imágenes y dramatizaciones religiosas para someter a los indios, quienes también tenían sus creencias y dioses, y con sus cultos “estorbaban” culminar la conquista mediante el sometimiento espiritual de los originarios aborígenes de estas tierras. Por supuesto, el otro extremo salvaje de tal sujeción espiritual corría a cargo de la brutalidad de la Inquisición. No obstante, a lo largo de la historia, contra persecuciones, incluso, la S.J. ha procurado sostener su lema aún vigente: La Verdad os hará libres. Y en eso estamos: ¿cuál es la verdad de la visita del Papa a México? ¿Qué libertades estimulará y dónde? Por lo pronto, lo primero que confronta una fe única es la pluralidad de formas y culturas en que los mexicanos manifiestan sus creencias como Fe, justo en medio de una constante, hasta hoy inevitable: la desigualdad de todo tipo, cuya agudeza es obvia, de riqueza material y de cultura espiritual, donde se hace evidente: lo mejor y lo peor, lo burdo y lo sublime, el derroche y la miseria; la fachada y la consistencia, presentes y entretejidas en una compleja diversidad, humana, social, económica y cultural.

¿En qué otra cosa más pensar tan largamente arrodillado ante el ayate guadalupano que en una Patria así, donde se hospedará varios días? ¿En dónde estás, Francisco? ¿A dónde has llegado? ¿Qué se espera de ti? ¿Qué esperas de tu visita? Lo ecuménico tendrá que ir de la mano con tu lema de orden: La Verdad os hará libres y eso en parte, aún falta a los mexicanos: El ya no ser engañados, ni por la televisión, ni por el mercado: el de la esquina y el de valores, o los bancos; ni por los gobiernos, ni por el Gobierno y Estado, a sus múltiples niveles. ¿Ni por la Iglesia? Ojalá ese “Non fecit taliter omni nacioni”, se convierta en eso: en respeto y trato más humano a la humanidad de todos y cada uno de los mexicanos. Pues de aquí se pueden desprender reformas posibles con las cuales (ojalá) se quisiera experimentar para contener y regular humana, social y estatalmente el mercado.

Sin cambios, sin contención al neoliberalismo, sin regularlo, no basta a los estadistas o a su familia, mostrarse junto al Papa, y salir en la foto para reproducir su poder. En México, no todos sus habitantes son religiosos, tampoco comparten la misma religión o creencia, al contrario, hay una diversidad a la que pretende uniformar el mercado, al producir con su actuar mercantil, condiciones humanas, políticas y sociales “posibles”. Lesivas, de grandes masas, carentes hasta del pan de cada día y con pobreza de recursos culturales, para enfrentar el neoliberalismo en un país, cuyo futuro energético es tan inseguro como las oscilaciones del mercado que llevan a Peña Nieto a intentar contener la caída de unos precios que México no controla, aunque antes sí controlaba la propiedad del energético, y éste, tenía un primer lugar en aportar recursos para el gasto público. En efecto, hay que ir más allá del espectáculo, presidencial o no, de recibir al Papa. Sí, al actual Papa, a quien tocó sufrir la dictadura en su país.

Algunas palabras en Chiapas: “Perdón, perdón hermanos”. “De modo sistemático y estructurado, vuestros pueblos han sido excluidos de la sociedad”. “Los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir ‘perdón, perdón hermanos’”. ¿Y luego…? ■

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