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viernes, 19 abril, 2024
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Amistad sumisa

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Por: GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ •

Más allá de querer acuartelar el tema del viaje del gobernador Alonso a Europa para “formalizar” inversiones como uno en el que la oposición sólo criticará el dispendio público, la frivolidad que sí asoma no está en los argumentos del “derroche”, o en aducir que Miguel va de “shopping”, a conocer horizontes que tal vez en su vida como funcionario menor no se hubiera imaginado.

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Indirectamente el mensaje que recibimos hoy da indicios de sobrada seguridad en temas de urgencia para Zacatecas, y que requieren de la cercana vigilancia del mandatario.

Uno de ellos, el empréstito por 3 mil 200 millones a la Legislatura local (controversia que ya es revisada incluso por diarios nacionales) podría presentarse ante el pleno y aprobarse esta misma semana. La ausencia de Miguel manifiesta un dejo de seguridad. Veremos si así lo tiene contemplado y concretado el secretario General de Gobierno, Jaime Santoyo, intermediario entre todas las facciones parlamentarias –incluida la del PRI con agendas particulares entre sus integrantes, todas en sentido electoral- y el gobernador.

Del mismo asunto deriva la aplazada gestión de recursos extraordinarios por parte de su administración y diputados federales para solventar enormes boquetes fiscales en el Presupuesto de Egresos Estatal 2016.

Y digo “aplazada” por la respuesta del joven mandatario a las “voces” que critican su descuidada gestión (entre esas voces la de quien escribe). Alonso dijo con relativa seguridad que continuará insistiendo a la federación para lograr “una ampliación de recurso para fin de año”. Probablemente sea la que necesiten para el pago de prestaciones laborales decembrinas, hueco financiero que, aseguró el secretario de Administración, no será solventada con más deuda (¡faltaba más!).

Dice también el mandatario –a 10 meses de terminar su sexenio- que desde el inicio de su administración ha realizado esas gestiones, mismas que él califica como “esfuerzos extraordinarios”, para que, cada año sin falta, se tenga el presupuesto suficiente que liquide las mismas prestaciones laborales, más el salario de los docentes del sistema estatal, y el apoyo a la Universidad Autónoma de Zacatecas, entre otros.

Si cada año el panorama fiscal de Zacatecas encuentra las mismas disyuntivas ¿dónde queda el trabajo político-financiero de su gabinete para adelantarse a las crisis anuales? ¿Dónde la proyección y oficio político para anticiparse a lo inevitable? Claro, fuera de ello de lo que no debemos dudar es de la amistad del presidente Peña Nieto con el priísmo zacatecano.

La relación del estado con la Federación como mera fraternidad devaluó la negociación y coordinación. Antepusieron la pura camaradería. Ello conllevó a Miguel a un solo escenario: la sumisión. Ahora los consensos están condicionados a mantenerse en el terreno de la cordialidad, porque la amistad exige, ante todo, lealtad.

¿Esto qué implica? Que si el Presidente de la República, vía el secretario de Hacienda, advierte un panorama limitado en el dispendio público en 2016 “por los indicadores internacionales” –que más bien por el mínimo calado de las reformas que se suponían mayúsculas- sus amigos deberán de ser aún más disciplinados y austeros.

Frente a ello Miguel asume mera sumisión, maquillada ésta de disciplina. Siendo mandatario de un estado dependiente de las participaciones federales debería de haber analizado, desde distintas aristas, la ambivalente y mediática idea de la “amistad” que exuberantemente le vendió algún asesor externo.

En la misma tónica se advierte su predilecto sucesor, Alejandro Tello. El senador asegura ante distintos noticieros la disciplina y total confianza que guarda ante el proyecto de gobierno de Peña Nieto. El apoyo no es malo, mientras no lleve a encarecer el poder de negociación de los gobernadores. Y es que en semejantes circunstancias a las de Miguel se encuentran la mayoría de mandatarios priístas en otros estados. Apoyar al presidente ha salido más caro y con menos beneficios palpables.

Otro mensaje ambiguo con la partida de Miguel Alonso es el abandono del proceso de designación de candidato a gobernador en su partido, en momentos álgidos.

Quien más pierde no es uno de sus acompañantes. Bonilla viaja continuamente al Distrito Federal para seguir de cerca los consensos del PRI en el Comité Ejecutivo Nacional. Muy probablemente su desangelada campaña mantenga esa tonalidad al no querer apostar capital donde no hay buena inversión.

Miguel es quien se aparta del mapa por una semana. ¿Le pidieron ya su opinión? ¿Cumplió ya su vida útil el llamado “primer filtro”? ¿Hay plena confianza en pensar que su amigo Enrique Peña declinará la propuesta del Verde Ecologista?

Si fuera así, Tello debería comenzar a dibujar la mejor cara electoral posible a la crisis financiera y el constante endeudamiento de Zacatecas y sus municipios, en la administración de su amigo. Asegurando máxima lealtad al Presidente sólo le queda poner sus barbas a remojar. Peor es si elige el camino de culpar a ex mandatarios no priístas. ■

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