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jueves, 28 marzo, 2024
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El Estado, la Corte, la sociedad y la Marihuana

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Por: MANUEL ESPARTACO GÓMEZ GARCÍA •

Estimad@  lector@, ante tan controversial tema, vale la pena abordar en dos pistas el reciente proceso que vive la Suprema Corte de Justicia, respecto de la revisión de un amparo promovido por particulares, constituidos en sociedad y que puede sentar presente en carácter de jurisprudencia para el uso lúdico y/o recreativo de la marihuana, si fuese aprobado por la totalidad de los Ministros. Tales pistas son, la del punto de vista social, con todo lo que conlleva discutir tal tema en una sociedad mayoritariamente conservadora y católica, y por otro lado, la de los derechos, garantías y libertades con los que contamos los ciudadanos mexicanos. Pero antes, pongamos algunos antecedentes:

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El primer antecedente que se tiene en México de la famosa yerba, es cuando a este territorio nacional se le conocía como nueva España y era parte de las indias occidentales, bajo el reinado de Carlos Quinto; quien ordeno la siembra de marihuana en todo el territorio con el fin de desarrollar la industria de cáñamo, derribando así, el mito del prohibicionismo histórico. Es bien sabido que en aquellos entonces las epidemias eran el pan de cada día y devastaban regiones completas, esto, derivado del la mezcla de dos culturas genéticamente diferentes, así, entre 1519 y 1608 que más de 19 millones de indígenas murieron a causa de las enfermedades peninsulares, dando paso este antecedente a probar el cáñamo como medicina alternativa y por fin nombrar a la planta mariguana por ser en su mayoría las curanderas de nombre María y Juana. Siglos después, concretamente en el XIX y ya bajo la estigmatización de las sociedades conservadoras y de la iglesia, la clase marginada de la ciudad de México, al oriente y al norte del zócalo se reunía para el intercambio del producto con fines recreativos. Así nacen de golpe y porrazo, “los mariguanos” (termino sumamente clasista y peyorativo), la visión conservadora y prohibicionista y el debate científico de sus efectos, que hasta la fecha prevalece.

Entrémosle a la sustancia.

La corte después de haber evaluado  el costo beneficio que significaría atraer un recurso de amparo, de un grupo de ciudadanos constituidos en sociedad y a su vez en club de autoconsumo de mariguana con fines lúdicos y recreativos, decidió por medio del Ministro Zaldívar, por cierto hombre liberal a leguas, discutir, jurídicamente hablando, como se debía resolver tal controversia. Vale la pena pues, ubicarnos en la justa dimensión del acontecimiento para no perdernos; en tal instancia los argumentos morales, religiosos, puros e impíos no valen, la Corte se basa solo en lo que a su juicio en materia jurídica debe versar el asunto y para darle luz al proyecto, es indispensable recordar ¿cuál es la vocación del Estado Mexicano?, ¿qué garantías debe salvaguardar a toda costa?, incluso de las presiones de organismos de ultra derecha, opositores a casi cualquier libertad humana.

El Estado debe garantizar los derechos y libertades que ha suscrito en tratados internacionales, como lo pudiese ser la declaración universal de los derechos humanos, donde el derecho a la salud es fundamental y en estas instancias el carácter progresivo de los derechos es medular, para fundamentar las obligaciones del Estado. El Estado pues, no puede estar secuestrado por relativismos morales de grupos dominantes, como justificó el Ministro Zaldívar.

El tema da para mucho, será materia de discusión en los próximos meses en universidades, cámaras, cafés y hasta en casa a la hora de la comida. Es de hecho parte esencial de lo que se resuelva, la deliberación que tengan los mexicanos sobre este tema para llegar a consensos.

En lo personal argumentaría que, lo que hoy discute la corte, es apenas la punta del iceberg, debe quedar claro que no se discute el uso de la mariguana para fines recreativos como ley de observancia general, solo se discute la inquietud de un grupo de ciudadanos bien organizados, que utilizan todos los medios a su alcance para satisfacer sus necesidades. Partiendo de ahí, debo decir que yo sí considero que los problemas de la corrupción, de la inseguridad y de la violencia en el país, son en gran parte porque no hemos decidido entrarle al tema del debilitamiento de las finanzas a los grupos delincuenciales que, solo en la mariguana como producto representa el 40 por ciento de sus ingresos. También creo que los adictos, el mercado y el producto, están en nuestro país se apruebe o no el uso de la hierba y que es preferible un adicto en manos de un medico que en manos de un policía. En estos momentos donde los que nos deberían de cuidar no nos cuidan vale la pena permitir alternativas para restarles poder.

Hay a quienes les molestan los ejemplos europeos por considerarlos muy alejados de nuestra realidad, y tienen razón, pero, ¿qué tal si tomamos como ejemplo a Uruguay? Ese país de apenas dos millones y medio de habitantes, con un modelo de autoconsumo que ha permitido no sólo acabar con el narcotráfico, sino crear una economía familiar bajo un austero y sencillo plan de negocios. ■

Continúa………

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