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viernes, 19 abril, 2024
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Caída política de Peña expresa el agotamiento del “matrimonio por conveniencia”: Villamil

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Por: REDACCIÓN •

■ El periodista de Proceso presenta en Zacatecas su libro La caída del Telepresidente

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■ “En México no ha habido una transición democrática, pero sí, una transición generacional”

 

Enrique Peña Nieto “ya no es el jefe del Estado mexicano sino el jefe de una tribu desesperada por ver cómo salvan el botín”. Su caída política expresa el agotamiento del “matrimonio por conveniencia” que celebraron la telecracia y la cleptocracia, al que Jenaro Villamil ha dado seguimiento durante más de 10 años y que ha quedado documentado en una serie de libros, el más reciente presentado ayer con la conducción del director de este medio, en Los Foros de Libertad de La Jornada Zacatecas.

La caída del Telepresidente refiere una serie de hechos que documentan de manera acuciosa este proceso que inició en comedia y que a pesar de no haber concluido su sexenio, ya se exhibe como una tragedia de la que el escape de El Chapo Guzmán, -que ya el libro no incluyó-, se muestra como “la concreción más clara de esta farsa nacional que es el gobierno de Peña Nieto (…) por ese hoyo se fue el sexenio y se fue el gobierno”.

Después de que la cleptocracia de Atlacomulco invirtiera miles de millones de pesos del erario para construir de la mano de Televisa un personaje con “un carisma cosmético” a golpes mediáticos de spots e informerciales, la llegada al poder de Enrique Peña Nieto fue menos exitosa de lo que sus impulsores esperaban.

No sólo no logró, a pesar de los recursos y el entramado de relaciones construidas para ello, llegar a 40 por ciento de la votación que pretendían alcanzar, sino incluso, el candidato del PRI estuvo a punto de perder la elección.

“Si la campaña hubiera durado un mes más, Peña Nieto no hubiera sido presidente de la República, porque así estaba la tendencia del voto, se fue acercando el que venía en tercer lugar, López Obrador”, sostuvo.

En ese proceso aparece el Movimiento Yo Soy 132, un movimiento generacional que surgió de nuevas formas de comunicación en las redes sociales. Esta expresión ya advertía hacia dónde se dirigía la transición en México, ahí empezó a andar “el rey desnudo”, dijo.

Enrique Peña Nieto “ya no es el jefe del Estado mexicano sino el jefe de una tribu desesperada por ver cómo salvan el botín”. Su caída política expresa el agotamiento del “matrimonio por conveniencia” que celebraron la telecracia y la cleptocracia, al que Jenaro Villamil (al centro) ha dado seguimiento durante más de 10 años y que ha quedado documentado en una serie de libros, el más reciente, La caída del Telepresidente, presentado ayer con la conducción del director de este medio, en Los Foros de Libertad de La Jornada Zacatecas ■ FOTO: andrés sánchez

Aquí destacó una de las tesis principales que sustenta el libro, en México no ha habido una transición democrática, pero sí, una transición generacional “de una sociedad analógica a una digital, que se ha hecho a contrapelo y a contraflujo de la clase política y de las propias televisoras” y que se expresa además como una tendencia irreversible.

Esto ha influido en la dificultad que EPN tuvo para llegar al poder, pero también en su caída apenas dos años después de iniciado  su mandato, al mostrarse en redes sociales el desencanto que ha generado su gobierno.

La caída del Telepresidente busca registrar la debacle de todo un sistema, el fin de un ciclo histórico del que dijo, los mexicanos debemos estar muy conscientes, “y todavía no sabemos hacia dónde”.

Estos ciclos no se determinan por los procesos de sucesión presidencial, y el presente incluso pudiera culminar el próximo año, que será uno especialmente complejo, pues conjunta 12 elecciones gubernamentales, la falta de capacidad del presidente para el control político, y la disputa del poder entre los grupos Atlacomulco e Hidalgo, así como la propia que se agudizará por el botín que implican las reformas estructurales, adelantó.

El texto de Jenaro Villamil buscaba en un principio, documentar el proceso que llevó a la concreción de las 11 reformas estructurales a las que dio seguimiento el periodista de Proceso.

Refirió el momento en que en el Senado de la República se votó la correspondiente a la materia energética, y que le dejó casi en depresión, pues dijo: “pinche México te pueden estar saqueando y no pasada nada”.

Pero pasó, luego de la serie de estrategias relámpago con las que Peña Nieto sorprendió a los mexicanos, y que se habrían basado en su filia por Napoleón Bonaparte, -quien las propuso como tácticas de guerra-, vino Tlatlaya y luego Ayotzinapa.

La maquinaria de las imposiciones que sumó a la oposición a través del Pacto Por México, y de la que observó, aquellos liderazgos del PRD y el PAN han quedado “hundidos en el sótano de su propia desgracia”, generó el rechazo de la población, medible en encuestas como nunca en la historia del país se había exhibido.

Y “de repente, esa maquinaria soberbia, orgullosa del peñismo y sus propagandistas se topa con dos grandes tragedias”, el caso Tlatlaya y la desaparición forzada de los 43 jóvenes de Ayozinapa.

Ambas quisieron minimizarse, y no obstante, el caso de la segunda, se ha convertido en un tema que ha cobrado dimensiones internacionales, y que sigue en escalada, aun cuando corrieron al autor de la mentira histórica”.

Este es el momento donde empieza la caída acelerada del Telepresidente, cuyo poder estaba construido sobre un edificio político de bases endebles.

Vino después el escándalo de corrupción de la Casa Blanca, que el equipo de Carmen Aristegui documentó, y a exhibir “esta es la cleptocracia que nos gobierna”.

Frente a esta caída, dijo casi para concluir con un elemento a destacar, “está emergiendo una sociedad nueva, una sociedad indignada que evidentemente no va a estar saliendo a las calles todos los días, pero que genera problemas de credibilidad y legitimidad a un gobierno con problemas muy fuertes”.

Expuso al fenómeno como una especie de rebelión de las audiencias mexicanas, que se ya le hace padecer costos al consorcio televisivo que llevó al poder a Enrique Peña Nieto, mismo que empieza a desmarcarse de su gobierno, y cuyo presentador de noticias principal, luego de ser exhibido también como un extorsionador en Proceso por el propio Jenaro Villamil, no ha podido usar sus micrófonos de oro, los de Televisa y Radiofórmula, para defenderse.

El director del blog homozapping.com.mx cerró su presentación a La caída del Telepresidente, con la aseveración de que “hay acontecimientos importantes que están marcando una pauta de que no todo es como siempre ha sido, y de que no vale la pena denunciar, informarse, protestar. Porque de esa manera vamos a tener que cambiar esto. De nosotros depende en quién dejamos o a quién le cedemos este país, si a los pillos o entramos a una revolución democrática”, este último que precisó, es un concepto y no una alusión a un partido político.

En los comentarios al libro ofrecidos por el ex legislador federal, Luis Medina Lizalde, expuso como una de las principales contribuciones de Jenaro Villamil, el establecimiento de una serie de premisas que exhiben el que los medios de comunicación, concretamente Televisa, “no son invencibles”.

La investigación del periodista, expuso, también aporta un perfil de la personalidad de Enrique Peña Nieto que muestra su filia a tres “sobresalientes gobernantes autoritarios”, Napoleón Bonaparte, Porfirio Díaz y Álvaro Obregón, dos de ellos que terminaron en el exilio, uno en la isla de Santa Elena, otro en Europa; el tercero que culminó sus días en el restaurante La Bombilla, a manos de un tirador.

En La caída del Telepresidente se muestra cómo Televisa se volvió para Enrique Peña Nieto tan imprescindible como les es ahora el Ejército, pero también, cómo el imperio mediático ha fallado en su labor de proponerse como un sistema de control social, puntualizó.

El también periodista y comunicador se refirió asimismo al tema de los medios de comunicación y la censura, y concretamente al que protagonizó Carmen Aristegui, que se expresa a través del vínculo que el empresariado de éstos y el poder han construido, y  que dijo que terminará cuando se pongan reglas al gasto público en esta materia.

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