15.3 C
Zacatecas
jueves, 28 marzo, 2024
spot_img

Ofrece Godezac homenaje luctuoso al periodista Sergio Candelas Villalba

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ALMA RÍOS •

■ Habla sobre el también escritor, quien fuera su amigo por 60 años, Óscar Fernández

- Publicidad -

■ Recuerdan sus experiencias que lo vincularon con ex presidentes y funcionarios de primer nivel

El trabajo de Sergio Candelas Villalba, funcionario, periodista, comunicador y escritor zacatecano, debería ser “releído y conocido, pues nos daría un panorama interesante de los temas que él abordó en sus publicaciones”, dijo Óscar Fernández.

El también periodista y comunicador, compartió una larga amistad con quien muriera apenas el pasado 27 de septiembre, y que ayer por la tarde recibió un homenaje en el patio central del Museo Zacatecano por parte de Gobierno del Estado.

Compartió con La Jornada Zacatecas un recuento tanto de su amistad con el autor de Escalerillas 23, primero de sus libros, y de su desarrollo profesional que entre otras experiencias sumó la de haber sido redactor en Tiempo, revista que dirigiera Martín Luis Guzmán, así como la labor en comunicación social de la Oficina de la Presidencia de la República, que realizó durante los mandatos de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo.

Refirió de aquellos años, no era un periodista tradicional, “porque él formó su propio estilo conforme a las oportunidades que tuvo en aquel contexto”, en el que mantuvo una línea de disciplina concordante con lo que se exigía, dijo, “pero no de entreguismo”.

En Zacatecas, quien por muchos años viviera en la Plazuela del Patrocinio en el Centro Histórico de la ciudad capital, trabajó en el ámbito de la jefatura de Prensa del gobierno de José Guadalupe Cervantes Corona, quien lo trajo de la Ciudad de México, para luego, de manera diplomática, darle las gracias y ofrecerle otro puesto que el periodista rechazó.

Rodolfo Landeros le ofrecería la misma función poco después, al asumir el cargo de gobernador, en el vecino estado de Aguascalientes.

Candelas Villalba regresaría a su tierra para colaborar nuevamente en encargo similar, pero esta vez convocado por Genaro Borrego Estrada, quien posteriormente también lo integró a su equipo de trabajo como “segundo de a bordo” en la oficina de comunicación social del CEN del PRI, cuando se le nombró presidente nacional de este instituto político.

Luego, al momento en que Carlos Salinas de Gortari llamó a Borrego Estrada para dirigir el Instituto Mexicano del Seguro Social, otra vez Sergio Candelas fue llamado a trabajar a su lado en la función.

Amén de sus experiencias profesionales que lo vincularon con presidentes de la República y otros funcionarios de primer nivel, Candelas Villalba viajó por todo el mundo, comentó.

Para Óscar Fernández, fue un hombre, “con mayúsculas”, que prodigó amistad, generosidad, honestidad en su trato, y orientación y guía en el terreno periodístico.

A ambos los vincularon varias filias, la primera, el futbol, que los unió al momento de realizarse un viaje para presenciar un encuentro eliminatorio de México rumbo a la Copa del Mundo de 1958.

Fernández era un adolescente y Candelas Villalba, director de la Liga Municipal de Futbol, desde donde al observar el entusiasmo del joven lo convocó a hacerse cargo de la Liga Infantil de este deporte en Zacatecas, uno que además para esos años, era incipiente y  por tanto no contaba con grandes recursos económicos y de infraestructura.

De este momento, Óscar Fernández recuerda además de las limitaciones en torno a la práctica deportiva, ya que la única cancha existente, ubicada en las actuales instalaciones del Incufidez, se dividía en temporadas de seis meses para béisbol y seis meses para futbol, su observación cercana del trabajo de Candelas Villalba, al que caracteriza de humilde y generoso.

El directivo era quien con un bote con cal rayaba la cancha para que se desarrollaran partidos que ocupaban en tiempo desde las siete de la mañana a las seis de la tarde.

Fue también él, quien consiguió por primera vez el que Zacatecas lograra participar en un campeonato nacional de balompié, venciendo antes a San Luis Potosí y Durango.

La aventura llevó al equipo a jugar a Sinaloa, donde luego de agotarse los recursos gestionados por Candelas Villalba mediante patrocinios y apoyos gubernamentales, tuvo que empeñar una cámara fotográfica para poder adquirir los boletos de regreso.

En algún momento de finales de los años 50, el entonces funcionario en el Poder Judicial del estado, obtuvo una oportunidad de trabajar en Aguascalientes, donde empezó su oficio como periodista realizando trabajos de crónica deportiva en El Sol de Centro.

Surgiría luego la oportunidad para laborar en Ciudad de México, “cubrió de todo en 12 años intensos” en giras nacionales e internacionales en la Oficina de Presidencia de la República y bajo la guía de Martín Luis Guzmán, “un gran hombre de la prensa mexicana”.

Aquí adquirió fogueo y disciplina. Era un hombre responsable y disciplinado, que estudiaba y leía, lo que le valió ganarse el respeto de los periodistas de la fuente de Presidencia en los años de Echeverría y López Portillo, comenta Fernández.

En el Distrito Federal fue conocido como El Capitán o El Capi, por alguna anécdota que le relacionó con algún oficial homónimo, misma que no tiene muy precisa su amigo, también trabajó en El Sol de México, desde donde fue llamado para integrarse al servicio público, como ya se citó, por Cervantes Corona.

“Como todo en la vida hay imponderables, hay injusticias, hay cosas que a veces uno no entiende y no capta. El gobernador con cierta diplomacia y elegancia le da las gracias y le pide que cumpla otras encomiendas (…) y Sergio con dignidad y seriedad no acepta”.

Lo invitaría a trabajar con él en Aguascalientes Rodolfo Landeros Gallegos, gobernador de Aguascalientes, quien había sido jefe de Prensa de la Secretaría de Hacienda.

Luego en 1980 lo llamó nuevamente a Zacatecas Borrego Estrada, y en 1992, cuando el ex gobernador fue postulado para hacerse cargo de la Presidencia del PRI, Sergio fue convocado a trabajar con él bajo el mandato de Enrique Jackson Ramírez, vocero del CEN priísta.

El 27 de marzo de 1993 Salinas de Gortari designó a Genaro Borrego director del IMSS, donde asumió Candelas Villalba la titularidad de la Oficina de Comunicación Social. Ése fue su último trabajo como servidor público, dijo Fernández.

Luego de su jubilación, el periodista se dedicó a viajar, consultar bibliotecas y escribir libros. En estos últimos, se ocupó de temáticas centradas en temas de historia de Zacatecas y sus personajes, entre ellos, Tenamaxtle y Francisco García Salinas.

Apenas en 2014, fue reeditada en una presentación conmemorativa al centenario de la Toma de Zacatecas, la compilación que hiciera bajo el nombre de La Batalla de Zacatecas.

La amistad entre Óscar Fernández y Sergio Candelas se mantuvo, ya fuera en cercanía o lejanía geográfica, pues otra de las filias que los unió desde los tiempos compartidos del futbol, fue un vínculo familiar. El tío más querido del primero contrajo matrimonio con la única hermana del entonces director de la Liga Municipal de Futbol de Zacatecas.

Ya fuera que se encontraran en Zacatecas, Aguascalientes o Ciudad de México, en esta última, donde recuerda Fernández su departamento en el edificio Sinaloa en Tlatelolco, se daba un cordial intercambio de anécdotas y experiencias. En el DF, siempre le pedía en sus visitas, que le acompañara a sus labores periodísticas.

Le tocó también visitarlo en la redacción de Tiempo, que recuerda ubicada en Barcelona y Bucareli en un edificio viejo, “donde se formaron tantos periodistas mexicanos”.

La escritura de Candelas Villalba combinaba la crónica y el reportaje. Como periodista era más bien reservado y sólo compartía un trabajo cuando ya estaba casi por concluirlo, esto en el caso de sus libros. Fue reacio también a insertarse en el uso de las nuevas tecnologías.

En el periodismo compartieron como amigos varias coberturas, recuerda quien narra, las derivadas de la fundación de los clubes de migrantes en los Estados Unidos, que promovió y que buscó vincular a Zacatecas, Borrego Estrada.

Los unieron 60 años de amistad, que tienen su momento fundacional, en aquel viaje a Ciudad de México, que para ver un partido entre la selección nacional y la costarricense, tuvieron que soportar debajo de la lluvia en la caja de una camioneta pick up, apenas protegidos por “una lonita” en la que buscaban guarecerse entre 10 a 12 gentes.

El trayecto acuoso transitó por Zacatecas, Aguascalientes, Lagos de Moreno, Jalisco, León, Guanajuato, y Querétaro, llegaron un domingo de octubre de 1957 a una cancha en mal estado donde previamente habían jugado un partido las selecciones del Politécnico Nacional y los pumas de la UNAM.

A escasos días de cumplir 80 años, que se habrían celebrado el próximo 14 de noviembre, Sergio Candelas Villalba murió en Aguascalientes, la que fuera “su segunda tierra” y donde crecieron sus hijos Sergio y Magali, al lado de su esposa, Elvira. Escribía en sus años recientes, una genealogía de los Candelas.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -