Para ofrecer un testimonio de los inicios de los grupos de rocanrol en Zacatecas, Pedro Rojas Cuellar hace una remembranza en esta entrevista para Un Rockcito para todos los roles, este año de 2015, donde dilucida sus percepciones, participaciones y experiencias en la escena zacatecana.
“Yo nací aquí en la estación ferroviaria, motivado porque mi padre era ferrocarrilero y mi niñez transcurrió en la calle del Patrocinio, donde tuvimos una convivencia muy bonita con otro personaje que de alguna manera también estuvo relacionado al rock, me refiero al finado José Antonio Chew Fernández.
El gusto por el rocanrol es un fenómeno que en aquellos años, aludo a finales de los cincuenta e inicios de los sesenta, nos afectó, por decirlo de algún modo, o más bien nos embargó, aquella emoción, porque era algo totalmente novedoso para los jóvenes. En aquella época, todos escuchábamos lo que escuchaban nuestro padres; la moda, inclusive, nos la imponían nuestros padres, vestíamos y vivíamos en un estilo totalmente conservador. Entonces, cuando se empiezan a oír los primeros rocanroles –que llegan tardíamente aquí a México, pero que al fin llegan-, me refiero, pues, al éxito de Bill Halley, el tema que todos conocemos como Al compás del reloj; los éxitos de Elvis Presley, Hotel de los corazones solitarios y Now never, un tema que sabemos es italiano, sin embargo, él lo vocalizó de una forma extraordinaria. En fin, todo esto aquí, la juventud zacatecana lo venimos disfrutando o enrolándonos en esto, desde el año del cincuenta y nueve propiamente dicho. Empezamos a tener la difusión a través de los discos que lográbamos comprar en nuestras mocedades, en nuestra juventud, y me refiero, pues, que eran los discos chiquitos, los clásicos discos sencillos –que le llamábamos–, que eran los que estaban accesibles a nuestros bolsillos de jóvenes y, desde luego, a los éxitos que estaban en su momento. Empero, ya con mayor profundidad, el rock realmente inicia aquí a principios de los sesenta, sesenta y uno, motivado más que nada por lo siguiente: las empresas cerveceras –Corona, en especial-, y la refresquera Pepsi Cola empezaron a organizar caravanas artísticas que venían obviamente con varios géneros o estilos musicales, y dado a que de repente el rocanrol estaba ya marcando su influencia, lograron venir varios de los pioneros de nivel nacional que, obviamente, influyeron a los jóvenes de Zacatecas. De aquellos años, puedo mencionar que vinieron grupos como Los Sparks donde militaba Fabricio, quien, luego, se convirtió en cantante solista.
También llegaron a venir Los Sleepers. Los voy a mencionar sin un orden cronológico, sino a través de los desfiles artísticos de estas caravanas artísticas que generalmente se presentaban; en aquellos tiempos no había los foros que hoy existen, que eran básicamente el Cine Ilusión, La Plaza de Toros San Pedro y, posteriormente, lo que fue el Cine Rex. Logramos ver, en aquella época, a grupos y solistas muy buenos, como Los Rogers, Dyno, Julissa; en fin, Javier Bátiz llegó a venir hasta mediados de los sesenta y, por otro lado, dentro de un entorno que de alguna forma todos los conocimos. A esto obedeció, pues, la presencia y el gusto de la juventud zacatecana por el rocanrol, pero no quisiera pasar por alto el nombre de Armando Macías Cervantes, quien, con mucha anterioridad, ya tenía una enorme vocación musical muy arraigada, y allá por el año del cincuenta y ocho, ya hacía presentaciones en la estación radiodifusora XELK o XEXZ y él ya había formado un grupito con el maestro Luis Félix Serrano, a quien ahora conocemos como un gran maestro de música. Armando Macías tocaba el piano, Luis Félix era el bajista –entonces, no se usaba el bajo eléctrico, pero, generalmente, una gran mayoría de los grupos de rock usaban el contrabajo, que era el caso del maestro Félix-, en la batería andaba Sergio González Esparza, había un muchacho de apellido García a quien apodaban “El Sátira”, y fue entonces que empezaron a rocanrolear en la radiodifusora y a nivel local, de poco alcance, pero por lo menos los de aquí de la ciudad los escuchábamos.
La otra influencia que tuvimos fue cuando empezaban a coleccionar discos muchachos de aquella época; desde luego, hablamos de la gente con más poder económico, que comenzaba a hacerse de sus discos y nos invitaban o nos invitábamos unos a otros a intercambiar audiciones, prestarnos los discos, y de esa manera fue como poco a poco se generó el gusto por el rocanrol y la difusión del mismo; ahora, para hablar ya de quiénes formaron los primeros grupos o que ya hicieron sus escarceos en este género musical, hablaríamos, lógicamente, de un grupo que fue formado por el finado Roberto Borda Jr., que para nosotros era más conocido como “El Gallo”, tocando la batería; Ismael Gámez Ureño el bajo, quien en la actualidad es un buen médico y amigo personal; Armando Vega Campos y Sánchez, en las guitarra; cambiaron su nombre por el de Las Nuevas Estrellas, nombres que en aquella época se estilaban en inglés; ellos eran los Shouters. Se cantaba en español, pero los nombres de los grupos eran en inglés. Y un grupo que surgió de forma paralela a esa agrupación musical fue la de Los Zosers, que realmente marcó una época y que fue más permanente, y que por razones de constancia, equipo y otras circunstancias, lograron tener más impacto que otros grupitos que pretendíamos hacer escarceos como músicos participantes».
