■ Necesario, verificar si es factible recuperar el aspecto físico que tenía el sitio originalmente: delegado
■ Cada intervención “debe tener un fundamento histórico que lo sustente”: Carlos Torres
Luego de haber recibido el primer proyecto de intervención para Plaza de Armas el 3 de julio de 2014 y su versión terminada el 7 de mayo de este año, cinco días después de iniciada la obra -actualmente suspendida-, la delegación local del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) revisa si se viola o no la Convención de Patrimonio Mundial referida a los criterios de autenticidad y valor universal excepcional, entre otros aspectos.
Carlos Augusto Torres Pérez, delegado del Centro INAH Zacatecas, dijo que la revisión refiere “todo el proyecto” y se sustenta en “falta de información”, no tiene un tiempo definido para su concreción, pues agregó, se realiza “con toda minuciosidad”.
“Para nosotros la parte fundamental del proyecto es la cuestión de los niveles, para verificar si realmente es factible recuperar el aspecto físico que tenía la plaza originalmente. Entonces por eso solicitamos algunas mediciones de campo, para que el proyecto viniera muy bien definido en ese sentido”, puntualizó.
El funcionario evitó manifestarse en torno a si el proyecto viola o no los criterios del valor universal excepcional y el de integridad que enmarcan la declaratoria de Patrimonio Mundial que pesa sobre el Centro Histórico de Zacatecas (CHZ) desde 1993 con las modificaciones propuestas, sino dijo que “tiene que contemplar no afectarlos”.
La Convención de Patrimonio Mundial es un tratado internacional firmado por México, que desde la reforma constitucional de 2011 tiene el mismo rango que el articulado de la Carta Magna del país.
El delegado del INAH abundó que “estamos revisando eso, el proyecto no debe violarlos, entre muchos factores, el proyecto debe estar basado y sobre todo debe de ir enfocado a resaltar los valores culturales del sitio, en respetar esos criterios de valor universal excepcional que le dieron al Centro Histórico la honrosa inscripción de Patrimonio Cultural de la Humanidad”.
En respuesta a cómo fue posible realizar una licitación de una obra dentro del CHZ sin que antes el proyecto hubiera pasado por la revisión y aval del INAH, dijo que “nadie ha dicho que no se ha visto antes, lo estamos revisando”.
Observó, hubo reuniones previas, desde julio del año pasado, pero algunas realizadas con otros sectores también emitieron recomendaciones para conformar el proyecto definitivo.
El que éste no fuera puesto a disposición del INAH de manera previa y completa al inicio de su ejecución y aún se licitara sin tener este carácter, comentó que “habría que verlo” con la Secretaría de Infraestructura.
Carlos Augusto Torres Pérez respondió acerca de la probable estandarización que se hace de espacios arquitectónica y culturalmente diferentes, mediante la construcción de planchas a nivel de la calle que incluyen fuentes secas y la utilización de pórfido en el suelo, mismas que pudiera afectar el valor universal excepcional y la autenticidad de los espacios, cada intervención “debe tener un fundamento histórico que lo sustente”.
“Sí es un aspecto a cuidar aquí. Lo importante es que no se banalice el espacio público, que no se banalice el entorno patrimonial precisamente por el implemento de equipamiento urbano fuera de contexto, pero cada situación es distinta. No se puede generalizar cada proyecto, requiere su propio análisis para determinar en dónde sí es posible implementar un equipamiento de ese tipo y en donde el implementar ese equipamiento altera el carácter tradicional histórico patrimonial del sitio”.
