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jueves, 25 abril, 2024
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Corregir vicios institucionales sin lesionar al personal, solución a crisis de la UAZ

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Una de las prioridades, reducir la estructura burocrática de la Universidad: Antonio Guzmán

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■ Parte del problema es el Rector y sus secretarios; el Consejo Universitario no funciona, afirma

La solución a la crisis financiera, administrativa y académica de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) no está en la propuesta de responsabilizar al Estado ni en la amputación de espacios laborales en los diversos centros educativos, sino en una alternativa intermedia en la que se corrijan los vicios institucionales sin cercenar espacios laborales o lesionar al personal, opinó Antonio Guzmán Fernández, ex secretario general del Sindicato de Personal Académico (Spauaz).

Como consecuencia, dijo que la Máxima Casa de Estudios podría dejar de ser parte del Consorcio de Universidades Mexicanas (Cumex) debido a que las unidades académicas de Derecho y Psicología tendrían un resultado desfavorable en los procesos de reacreditación, y al concentrar alrededor de 35 por ciento de la matrícula total de la institución, ese indicador no sería suficiente para su permanencia. Ello de acuerdo a rumores que se mencionan en los pasillos universitarios.

Estamos en una situación muy compleja. Efectivamente la crisis universitaria está alcanzando una profundización muy fuerte y no hay ningún espacio donde se pueda enfrentar la situación como comunidad universitaria.

Yo veo dos posturas que se están consolidando al interior de la Universidad. Una es apostarle todo al Estado a que resuelva la situación, pero ahí la cuantificación que tendremos que revisar es a qué costo y a qué sacrificios deberá entrar la comunidad universitaria, los profesores y los trabajadores.

Por el otro lado, hay una falta de atención al problema. Es una postura donde la actual administración le ha apostado a este esquema de buscar qué parte del cuerpo universitario puede amputarse o qué espacios pueden cerrarse.

Lo que hemos platicado en colectivos de maestros en esta intención de volvernos a reorganizar, es encontrar un punto medio que logre convocar a la comunidad. Debe partir de la austeridad entendida no como algo en función de los sueldos de los funcionarios, sino que sea un gran esfuerzo donde retomemos el papel que juega la administración.

Primero se tiene que reducir la estructura burocrática, que el funcionamiento de la Universidad esté en su mínima expresión burocrática, porque ahorita tenemos una burocracia muy grande que no está resolviendo los problemas de la Universidad.

Con ese antecedente de austeridad puede haber la posibilidad de generar consensos y opiniones en los diferentes espacios y tener un mejor funcionamiento al interior de la UAZ. También debemos retomar el compromiso que como universitarios tenemos tanto para nuestro espacio como con los alumnos, y que eso nos vuelva a dar una identidad.

 

El problema financiero

La Universidad proyectó un presupuesto para este año de 2 mil 200 millones de pesos; lo que tiene autorizados son mil 640 millones de pesos de subsidio federal y estatal y 5 por ciento que se le asigna mediante los impuestos que pagan los zacatecanos y 19 millones para saneamiento financiero.

El déficit nada más para este año son 600 millones de pesos, sin considerar el adeudo histórico que se tiene en seguridad social, que es de mil 50 millones de pesos. Entonces hay un desfinanciamiento crónico más un endeudamiento crónico, y si se suman ambas son mil 600 millones de pesos. Es decir, se necesita otro subsidio para sanear a la UAZ.

Coincido en que el problema, en una parte significativa, es por el Rector y sus secretarios, porque no han tenido la capacidad de generar los espacios de discusión para enfrentar el problema financiero. Además, el Consejo Universitario no funciona aunque es el lugar donde se deberían delinear las políticas institucionales.

Frente al problema financiero hay el otro asunto de la inestabilidad política permanente. No hay la capacidad para que el secretario general, Cuauhtémoc Rodríguez, pueda crear todas las líneas de comunicación con los diferentes actores políticos.

Yo apuesto que si las últimas marchas que tuvimos los universitarios, en vez de hacerlas al Rector, se hicieran al gobernador, estaríamos en otras condiciones, porque exigiríamos un mejor trato para la Universidad. Pero no hay la capacidad para convocar a todos los actores y núcleos para plantear la situación y encontrar una salida lo más conveniente para todos.

Tenemos que hacer un autodiagnóstico y cuestionarnos qué pasó. ¿Estuvo bien el crecimiento sin un soporte financiero? ¿Dónde se acordó y quién lo decidió? No está mal que la Universidad crezca, pero debemos fincar líneas de trabajo para que ese crecimiento sea ordenado, porque todas las aperturas de los campus se hicieron con presidentes municipales en turno y a final de cuentas los nuevos no asumieron el compromiso. Es decir, todo el costo de los campus universitarios los empezó a absorber la Universidad y eso implicó un doble gasto.

Pusimos a los caballos delante de la carreta. Un asunto que le corresponde al Estado, dar educación, la Universidad quiso resolver el problema pero sin contar con los recursos suficientes.

Yo siento que es deliberado del Estado desfondar a los trabajadores. Y si se observa, en todos los subsistemas, presidencias municipales, donde están creando el adeudo es con la seguridad social. Pareciera que es una política de la Federación para afectar a los trabajadores y por eso no la hacen de emoción. Si no pagaran los impuestos, aseguró que Hacienda ya estaría detrás de la institución, pero se trata de afectar a los trabajadores.

Ahora viene un planteamiento interesante, cómo generar una transición pactada que podríamos hacer los jóvenes con los profesores más antiguos y crear las condiciones para generar propuestas y alternativas.

Frente a la situación en la que estamos, yo preveo un proceso muy difícil, y lo peor de todo es que es un proceso inercial, pues en las dos últimas huelgas hay el mismo antecedente y quedaron varios compromisos como profundizar las gestiones en Hacienda y el ISSSTE, pero no lo han hecho y no lo van a hacer.

El sueldo de los funcionarios, dígase lo que se diga, sigue siendo demasiado para lo que están haciendo, que no están haciendo nada. La huelga es como electroshocks que le dan a los profesores pero pasan ese tipo de eventos y se vuelve una calma en ellos donde no retomamos la discusión para enfrentar el problema.

A los grupos políticos, a los universitarios y docentes, no nos va quedar de otra que hacer un gran esfuerzo, trabajar una mayoría que logre ganar la Rectoría y que le dé estabilidad política a la institución, además de llamar a los colectivos para sacar una propuesta sobre el tema del crecimiento, por ejemplo.

Más allá de la estabilidad que le pudiéramos dar, el trabajo que debemos hacer es reivindicar las funciones sustantivas de la Universidad. Tenemos que dar apoyo a los investigadores y docentes, porque es la parte esencial de la Universidad.

 

La calidad académica, a pique

Si ya entramos en esa dinámica de la calidad, en los programas de licenciatura hay que poner un alto en el camino, valorar y darles todo el apoyo que se pueda, porque si efectivamente se confirma el rumor que las escuelas de Psicología y Derecho podrían perder su acreditación de calidad, podrían tumbar a la UAZ del Cumex.

Son dos unidades académicas que básicamente concentran el 35 o 40 por ciento de la matrícula y es una parte significativa para que la Universidad sea considerada como integrante del Cumex y la institución va a seguir a contracorriente. Esto es importante porque las universidades que están dentro del padrón del consorcio tienen acceso a otro tipo de bolsas de recursos extraordinarios que saca Gobierno Federal.

Entonces hay aspectos que no hay nadie que los aclare, pero en todas las aristas hay una situación muy complicada y el reto que tenemos como universitarios es quitarnos muchas mezquindades y hacer el esfuerzo por generar un consenso para que un grupo mayoritario le pueda dar conducción a la UAZ.

El tiempo ya nos ganó y bajo estas circunstancias la crisis podría agravarse cuando le dejen de pagar a los maestros. Esa posibilidad no está lejos, y lo vemos con el pago de prestaciones que está retrasado y no se ve ningún avance para resolver el problema.

Atender todos esos problemas internos nos daría la posibilidad de salir con instrumentos e información contundente para pelear lo que le toca a la Universidad. Es decir, ni querer cercenar a la institución ni dejarle toda la responsabilidad al Estado, porque en esta política neoliberal, su función principal es desmantelar todo lo que tenga que ver con los compromisos sociales como educación, salud y trabajo.

El Estado se quiere retirar de su función de financiar la educación, en las pensiones se quiere quitar el compromiso de pagarlas. En efecto, el Estado puede decir que ayuda a resolver el problema, pero no sabemos a cambio de qué.

En la pasada reestructuración, de 2005, a los profesores y trabajadores les costó modificaciones en el contrato y enterar el 8 por ciento al ISSSTE. Hoy estamos en una situación más grave, se lo quitan al docente pero no lo enteran.

 

El documento de los 12 puntos

El documento de los 12 puntos es una negociación con el Estado. De ese nivel es la negociación para entrarle al problema de la Universidad, pero el Rector no ha dicho nada. El congelamiento de plazas es un golpe muy significativo, porque el problema que tenemos de las basificaciones es por esa política.

En los hechos, hablar de congelamiento de las plazas es un compromiso que asumió el Rector ante la Federación y lo van a tratar de implementar de una manera u otra. Ahí es donde nos vamos a enfrentar otra vez los sindicatos, ello porque no se generaron condiciones de negociación distintas.

Tenemos que plantear una estrategia de cómo negociar con el Estado porque va a venir por cosas que le interesan. Eso lo dejó claro con la Reforma Educativa, pues lo que menos le interesa es la calidad de los maestros y en realidad es una reforma laboral para los docentes de nivel básico.

Al Estado no le interesa la calidad en las universidades, sino cómo le hacen para abaratar los costos de contratación de los profesores. Este dato que acaba de salir de que 80 por ciento de los profesores contratados en las universidades del país son hora-clase, muestra las políticas que se están implementando. Sin embargo, en el caso de la UAZ se puede encontrar algo intermedio, ni toda la solución está en el Estado, ni toda la solución está en cercenar o amputar a la Universidad.

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