■ Alcaldes, funcionarios y gobernadores han acudido a desayunar al iniciar la jornada, dijo
■ Este negocio comenzó como una forma de sustento, hace ya 32 años, relata
Para el taquero Gabriel González, de 48 años de edad, mejor conocido como El Kikis, lo que empezó como un empleo para subsistir, ahora lo ha llevado a ser uno de los taqueros más reconocidos en Zacatecas. Incluso, presidentes municipales y gobernadores antes de iniciar su agenda del día visitan su pequeño puesto para desayunar y disfrutar los tacos de guisos como moronga, yesca, chicharrón rojo y verde, y los tradicionales “de colores”, nombre que puso a los tacos que piden sus clientes combinados con más de dos guisados.
El gusto por la cocina lo trae en la sangre, se podría decir, pues siendo integrante de una familia de 14 hermanos, algunos de ellos también se dedicaron a la cocina y establecieron sus propios negocios, todos influenciados por su madre.
El Kikis se ha vuelto un personaje peculiar en el ámbito de la taquería: De estatura baja y carácter agradable, cualquier tema es bueno para entablar una charla con sus clientes, y quienes lo conocen saben que además de un buen desayuno, tienen la oportunidad de socializar con otros clientes.
Gabriel narró que inició en el negocio de la comida hace 32 años, siendo joven; con ganas de trabajar, pidió empleo a unos familiares que tenían una taquería, iniciando como ayudante en la cocina partiendo carne, jitomates y cebollas.
La comida cambió su destino, pues de no haber sido taquero hubiera sido veterinario, aunque manifiesta que “por falta de recursos económicos no pude seguir estudiando, aunque creo que gano mejor sueldo de taquero que si me hubiera dedicado a la veterinaria”.
Ahí fue como empezó a darse cuenta de que el negocio de la venta de alimentos daba para subsistir, pues con ello se mantenían sus parientes y todavía les alcanzaba para pagar empleados, recuerda Gabriel.
Los olores y sabores de los diferentes platillos lo motivaron a interesarse en la preparación de alimentos. De forma empírica observaba con atención qué ingredientes y cuántas porciones se ponían a cada guiso.
“Empecé como mucha gente, echándole ganas al trabajo, pero a cocinar nadie me enseñó, yo solo aprendí porque me gustaba comer. Por eso observaba cómo se preparaba todo, y hasta ahora de mis guisos preferidos el que más me gusta comer es el chicharrón rojo”, dice El Kikis.
Después de 32 años de trabajar en el negocio familiar, además de hacer guisos para eventos de forma independiente, logró por fin obtener un pequeño puesto, el cual se ubica enfrente de la Facultad de Ingeniería de la UAZ, donde coloca las ollas con sus guisos; además, vende jugos y refrescos.
Ahora las cosas cambian, dice El Kikis, pues como propietario de su negocio debe levantarse desde las 5 de la mañana para empezar a preparar los guisos, cortar verdura y elaborar las salsas. Todo debe estar listo antes de las 7, para acabar después del mediodía.
Dos jóvenes y una mujer son quienes le ayudan al negocio, y tiene poco tiempo libre, pues por las tardes se dedica a comprar los alimentos que preparará el día siguiente; en sus ratos de asueto le gusta ir al cine a disfrutar una buena película, sobre todo si es una comedia.
Entre los clientes que han visitado su puesto de tacos están los ex gobernadores Fernando Pámanes Escobedo, Genaro Borrego, Amalia García, y actualmente llega a desayunar el gobernador Miguel Alonso Reyes.
De igual forma, acude el alcalde de la capital, Carlos Peña Badillo, y funcionarios de gobierno como el secretario de la Función Pública, Guillermo Huizar Carranza, además, sus tacos son los preferidos de universitarios y basquetbolistas.
Dice, orgulloso, que autoridades de gobierno le han prometido que le cambiarán su pequeño puesto de tacos por uno elaborado de acero inoxidable, lo cual le ayudaría para tener un espacio digno después de tantos años de trabajo.
“Aquí viene gente de todo: políticos, gobernadores, presidentes municipales, funcionarios, estudiantes y huicholes; hay gente que pasa y me saluda, aunque no recuerde quienes son, pues son tantos; pero es bueno que me reconozcan por mis tacos”, dice Gabriel.
Además de tener su puesto de tacos, ofrece banquetes para todo tipo de evento como bodas o festejos de quinceañeras, aunque son eventos que requieren de su tiempo, pues acaba después de las 3 de la mañana en ese tipo de festividades.
“Tengo clientes que se llegan a comer hasta 28 tacos, algunos que se han ido sin pagar o de 10 que se comen pagan 5, pero en ellos estará. Hay quienes piden mezclas raras como mole con aguacate y arroz, la más rara es moronga con mole, pero al cliente lo que pida”, menciona el cocinero.
Agrega que “en 30 años que tengo aquí hago mis combinaciones, me hago taquitos de mole con arroz y aquí desayuno, así que no me aburro; pero eso sí, de cena pruebo otros alimentos y hasta visito otras taquerías para no aburrirme de lo mismo”.
Gabriel menciona que la comida ha sido su vida y que el oficio de taquero le ha dado muchas satisfacciones y un modo honesto de vivir, así como un futuro que se visualiza con más trabajo y haciendo lo que más le gusta, que es complacer los paladares más exigentes.
