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jueves, 28 marzo, 2024
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Al concluir huelga en la UAZ se profundizaron los intereses de grupos, asegura investigadora

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ El reto, lograr el diálogo entre investigadores y estudiantes: Castillo

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■ Hay una disputa de poder y se desdeña la formación de calidad, opina

Luego de concluir la huelga en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), la investigadora de la Unidad Académica de Docencia Superior, Nydia Castillo Pérez, afirmó que se han profundizado las fracturas y los intereses de los grupos políticos, el clientelismo y la aspiración de mantener o disputar cotos de poder.

“El reto es lograr el diálogo entre investigadores y estudiantes, para ver cómo se puede verdaderamente superar estas fracturas, que después de la huelga quedaron más profundas y en que se ve que hay distintas agendas e intereses”, expresó.

Sin embargo, dijo que esas prácticas que prevalecen en la Máxima Casa de Estudios de la entidad son el reflejo de la carencia de valores y transparencia que prevalece en el ámbito social y político del país.

“Una Universidad no es una isla. En cierta medida es un reflejo de la sociedad que la rodea, que la define, que la circunscribe. Y ahí entran factores económicos, sociales, políticos y culturales, de forma que si hay carencia de valores, principios y transparencia en esa sociedad, eso también se reflejará en sus instituciones sociales, especialmente en las educativas”, sostuvo.

Por tal motivo, Castillo Pérez  señaló que muchos factores y problemas externos han tenido un papel preponderante en la situación en que se encuentra actualmente la UAZ, en especial desde la década de los 90 del siglo pasado, cuando la Federación dejó de otorgar recursos económicos para solventar todas sus necesidades.

A nivel interno, el problema en la UAZ reside en que la agenda prioritaria de los grupos políticos es la disputa por el poder, al grado que lo más importante no ha sido la investigación o la docencia, sino tener un cargo en la administración o poseer un espacio de poder.

“Creo que a eso se deben muchos de los problemas que ahora tiene la universidad, porque en vez de cerrar filas todos estos grupos para buscar y conseguir mejores y más fondos de la Federación y Gobierno estatal, para tener mejores programas de educación, hay una disputa de poder y se desdeña la formación de calidad”, agregó.

Aunado a ello, señaló que no existe coherencia entre el discurso y la práctica de todos los grupos para desarrollar a la UAZ como una Universidad pública con programas de calidad. Por el contrario, se han creado 13 planteles de preparatoria y, en consecuencia, 53 por ciento de la plantilla docente en la institución es de ese nivel educativo.

Castillo Pérez subrayó que la identidad de una Universidad es la educación superior y no la media superior, y aunque ésta es importante, la decisión de abrir esas escuelas no puede quedar en una persona, ya sea la máxima autoridad, ni tampoco de un grupo político, sino que un grupo de especialistas, después de hacer un diagnóstico, analice y determine las perspectivas de desarrollo hacia donde debe apuntar la Universidad.

Además, afirmó que en la UAZ hay carreras que no han sido objeto de transformación curricular en 10 años, mientras que a pesar del discurso de la internacionalización, no existe ninguna opción con currícula flexible ni por créditos.

Es decir, la Universidad tiene problemas no solamente financieros, sino también organizativos y de legitimación de las autoridades en cada gestión, generando con ello una incapacidad para tener una visión estratégica de desarrollo.

La Universidad “debe respetar a sus distintos estamentos, que son aquellos que definen lo que son las actividades sustantivas: la docencia y la investigación, pero sin dar importancia solamente a las actividades gerencialistas o de gestión”.

En ese sentido, Castillo Pérez dijo que en la UAZ se ha creado una clase política que únicamente se dedica a “tener, guardar o mantener los puestos de la administración, puestos que conllevan líneas de mando o control del poder”.

Según explicó, ello no tiene sentido porque, si se trata de una institución académica como la UAZ, la administración debe servir para mejorar el ámbito educativo. Por el contrario, esa ambición por ocupar puestos de poder provoca una separación abismal entre los que hacen la gerencia, la gestión, las actividades adjetivas, de los que hacen las actividades sustantivas”.

Por último, se refirió a su libro Del idealismo político al gerencialismo burocrático, y reviró que en él, ex rectores, ex funcionarios y ex dirigentes sindicales coinciden en que en ocasiones los universitarios no han logrado detectar los rubros que deben priorizar para desarrollar una universidad pública con calidad y pertinencia.

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