17.7 C
Zacatecas
martes, 23 abril, 2024
spot_img

Un “laboratorio para encarar desde la poesía la descomposición del país”, propone Amara

Más Leídas

- Publicidad -

Por: ALMA RÍOS •

■ El autor de Historia descabellada de la peluca se expone como un antiplatónico declarado

- Publicidad -

■ Halló en este implemento un medio para hablar sobre “quiénes somos, para reencontrarnos”

El filósofo, escritor, poeta y editor Luigi Amara (México, 1971) fue invitado a Acentos, programa de La Jornada Zacatecas TV, para hablar del que se propone como un “laboratorio intensivo para encarar desde la poesía la descomposición del país”, su taller de poesía participativa, convocado desde el Programa de Escritura Creativa de la Universidad del Claustro de Sorjuana, pero también, del que expone como el nada baladí tema de las pelucas, que abordado en uno de sus recientes libros, propone como medio para conocer “qué tipo de extraterrestres somos nosotros que utilizamos este tipo de cosas” para seducir, impresionar o detentar el poder.

Amara estuvo recientemente en Zacatecas para participar en el Tercer Encuentro de Narradores Centro-Occidente.

Desde la peluquería Macías y aprovechando esta oportunidad, Amara conversó con Carlos Navarrete, conductor de la serie, sobre su Historia descabellada de la peluca (Anagrama, 2014), un libro que trabajó durante 10 años y que surgió “de una fiesta dechongada” donde junto con algunos amigos optó por este accesorio, para descubrir en su uso “una sensación misteriosa de libertad”.

Una sensación dijo, además compartida por quienes participaron del divertimento. “Pensé que había algo interesante allí y después escribí un texto sobre la peluca de Andy Warhol”.

Luego de lo cual agregó, “me di cuenta que se podía explorar más sobre este objeto que es de algún modo continuación del cuerpo, que es algo como muy mamífero también, y que al mismo tiempo, es impostura y artificialidad”.

Luigi Amara encontró en la peluca un medio para hablar sobre “quiénes somos, para reencontrarnos”.

La atención que se dedica a la apariencia y en concreto a la cabellera, hasta el grado de tener recintos consagrados a “podarla, acomodarla, a teñirla, rebajarla. No se corresponde con una reflexión sobre ello”, dijo.

Intuyó entonces dijo, crearía “un corto circuito” en las expectativas del lector, al intentar hacer una reflexión llena de ironía y humor, pero a fondo del tema, que propuso como una serie de curiosidades relativas, que tienen que ver con su incidencia en el comportamiento humano.

La peluca se propone como una especie de zonda Pioneer, un representante “sideral” de la humanidad.

“Y claro, es obvio un juego, ¿Qué pasaría si esto llega a los marcianos?, ¿Qué pasa si les llega una caja con una peluca, qué podrían inferir de los seres humanos?”.

El también filósofo se expone como un antiplatónico declarado, pues desde este sistema de pensamiento no puede abordarse el tema.

“En el Parménides no puede haber una idea en el sentido platónico del pelo, es algo impensable, la filosofía no puede acercarse a eso. Entonces para mí era toda una provocación”.

Luigi Amara expuso sus conceptos en el programa Acentos, de La Jornada Zacatecas TV ■ fotos: miguel ángel núñez

Por esto, parte de la dificultad para la investigación que le llevó 10 años, fue “saber cómo articularlo, cómo adentrarme en este proyecto que a última instancia si es descabellado”.

Entre los hallazgos que encontró, expuso como el más picante, la existencia de un club de la peluca en Edimburgo a finales del siglo 18. Un licencioso club que contaba entre sus miembros con curas y que implicaba ponerse una peluca realizada con vello púbico, a modo de ritual de la fertilidad.

“Entonces los nuevos iniciados tenían que convencer a sus parejas de que donaran siempre vello púbico, e iba creciendo la peluca…”.

También abordó la historia de un abad, “un travesti célebre”, que vivió en Francia y que decidió llevar una vida a veces de hombre y a veces de mujer.

“Además tenía relaciones con muchachas a las que disfrazaba de varón. Era como todo un retorcimiento extrañísimo, por la manera como lo cuenta ahí te das cuenta de que para él ese retorcimiento tenía sentido”. Este libro de memorias es, dice, uno de los más honestos e impresionantes que ha leído.

“Para él la peluca fue importantísima, fue casi como un pasadizo a encontrarse con quién era. Y escribió sus memorias”.

A este personaje llegó leyendo las correspondientes de otro, el famoso conquistador Casanova, de quien expuso, “hay que pensar que el amante mas celebre de la historia de Occidente ligaba con peluca. Hay que recordar ese dato, y a mí me intrigaba qué significaba en Casanova la peluca y lo leí”.

Sobre las pelucas mexicanas dijo, no se preocupó mucho de que apareciera la cuota. Pero refiere que Salvador Novo, que utilizaba una peluca a modo de prótesis pero también una “tipo dandy”, se paseaba por el barrio de La Lagunilla en la Ciudad de México con una color rosa y hacía lecturas con otra verde.

Pero fue Trino, el célebre caricaturista, quien en una presentación de este libro en Monterrey hizo gala de su conocimiento sobre pelucas mexicanas al modo de un erudito que sabe “quién había usado peluca, de cuando a cuando…y era un elenco formidable. Y ahí me di cuenta que un libro así nunca abarca todo el tema, pero te das cuenta que hay miles de anécdotas y posibilidades para seguir pensándolo”.

Sobre su taller de poesía participativa, agregó, es un experimento que tiene que ver con experiencias realizadas con amigos, entre ellos, la narradora y ensayista Vivian Abenshushan (Ciudad de México, 1972).

Responde a la pregunta de qué puede hacer la escritura, “que podemos hacer nosotros como escritores y no solamente como ciudadanos frente al horror en el que vive el país. Este estado de podredumbre, violencia, corrupción e impunidad que arrastramos desde hace años”.

Luego de escribir sobre estos temas, dijo, se dieron cuenta de que se podía ir más allá hasta “descreer que la poesía es una actividad solitaria, de que la poesía es la actividad de un inspirado, un genio, de alguien que recibe inspiración como del dictado divino”.

Así nació la poesía colectiva que implica construir comunidad, además “anónima por fuerza”. En este ejercicio se trabaja con materiales ya existentes que se reelaboran “para crear poesía de otra manera”.

Como nunca se sabe que va a pasar, dijo, está propuesto también como un taller de “desaprendizaje” de muchas de las nociones de la poesía occidental mexicana contemporánea, “para ver de qué otro modo puede ampliarse la escritura también como práctica”.

En este sentido expuso, existen dos maneras de participar desde la escritura en la discusión pública, una puede ser a través de la figura de escritor. “De este ente privilegiado que de algún modo puede decir de un mejor modo las cosas, es como a lo que estamos habituados, pero creo que otro modo de participación es incidiendo directamente en tu comunidad, de modo tal, que esa incidencia también pueda tener repercusiones en otros lados”.

Las dinámicas de protesta que se repitan aquí y allá son un contagio de la praxis, de esta manera está propuesta la escritura participativa, para hacerse proliferar.

“Creo que hay mayor sensación de que puede cambiar algo, que si cada quien está escribiendo líricamente su texto sobre el asunto…el enésimo artículo de opinión sobre Ayotzinapa o el nuevo poema sobre las fosas…”.

Para Luigi Amara no hay una sola forma de escribir o de encarar el mundo literario o más, el artístico.

Ha buscado expuso, que sus maneras de escribir no sean unívocas ni en cuanto a género o acerca de la idea misma de cómo escribe, e incluso comentó, ha publicado por lo menos un libro con un nombre falso.

Le interesa dijo a Carlos Navarrete, “la posibilidad de un heterónimo” para transitar por lo que denomina diferentes pistas, “ya luego si eso tiene efectos irreversibles en la psique, bueno ya quién sabe…”.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -