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jueves, 28 marzo, 2024
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“Yo cuando estoy componiendo me olvido de todo”: Tábitha Sánchez Solís

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Por: ALMA RÍOS •

■ La música la he traído como elemento propio; cuentan que cantaba a la vida que veía ir y venir, comenta

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Son pocas las compositoras mujeres. Dentro de la música mexicana se han internacionalizado verdaderamente, y de manera transgeneracional, apenas dos: María Grever y Consuelo Velázquez. Ambas referentes del siglo 20 y ya fallecidas. El sueño de Tábitha Sánchez Solís también es ése: que su música trascienda las fronteras nacionales y temporales.

Las mujeres no componen música porque se encuentran siempre ocupadas en los quehaceres domésticos, cuidando a los hijos, atendiendo al marido, recientemente y cada vez más, también trabajando fuera de casa, expone. “Las absorbe la vida familiar, la vida de la pareja”, dice.

Ella misma, enumera, laboró en algún momento y desde que era apenas una adolescente, como trabajadora doméstica, vendedora de productos casa por casa, mesera, bibliotecaria, esto último dentro de la Universidad Autónoma de Zacatecas, de donde se jubiló en 2004.

A la par ha fungido como madre y abuela, y realizado las labores de su hogar. De manera reciente se ha ocupado del cuidado de su madre.

Tábitha Sánchez Solís nació en la ciudad de Zacatecas un 22 de diciembre de 1958, pero pasó parte de su niñez y adolescencia en la frontera norte de México, donde se asentó su familia como otras de migrantes zacatecanos, buscando una mejor forma de vivir.

Apenas en 2002, relata, se introdujo en el mundo al que siempre quiso pertenecer, -y que cuando era muy joven le fue vetado por su padre, quien quiso protegerla de los peligros de la vida artística-, al inscribirse en los talleres de música de Unidad Académica de Artes de la UAZ, donde permaneció hasta 2006.

Desde entonces, y luego de que se le encomendara una tarea de composición, bien lograda, su mente ya no ha dejado de generar melodías y voces, e hilar letras.

Al principio señala, pensaba que no eran propias, que quizás las había escuchado antes en algún lugar, pero la docente Sara Ortiz le corroboró que sus primeras ideas musicales eran inéditas.

La música ya la traía como un elemento propio, dice, pues su mamá le cuenta, la recuerda de niña, parada en la puerta de la casa viendo hacia la calle y cantándole a la vida que veía ir y venir.

A este recuerdo que perfila a Tábitha Sánchez, vienen los propios, acompañados de imágenes recuperadas de las primeras experiencias de vida captadas en la frontera entre Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas, a donde fue llevada la primera ocasión a los tres meses de edad; la segunda, y luego de volver por algún momento a Zacatecas, alrededor de los seis años.

De este último momento en su historia personal, que la llevó a cursar en los Estados Unidos los primeros años de la elementary school, mismos que dejó truncos porque se descubrió su situación de migrante ilegal, vienen a la memoria referentes musicales de aquí y de allá.

Sánchez Solís afirma que las letras de sus canciones van desde temas ecológicos, religiosos, amorosos y patrióticos, pero también aquellos inspirados en  figuras ilustres ■ FOTO: MIGUEL ÁNGEL NÚÑEZ

Igual los Beatles y otros grupos anglo-sajones, que Sergio Méndez y su Brasil 66 con su samba y bossa nova, o el dueto René y René, o el méxico-norteamericano Trini López con El Martillito o Los Babies. A la lista pueden agregarse, de aquellos años sesenta y setenta: Raphael, Alberto Vázquez y Angélica María, dice.

Su padre, amante de la cinematografía de la Época de oro del cine nacional, introdujo también en esta serie de imágenes-auditivas, las canciones de Pedro Infante y Jorge Negrete.

Así, Tábitha Sánchez: migrante, trabajadora, madre, esposa, música e intérprete, se ha nutrido desde su experiencia personal para componer marchas, himnos, bossa novas, música sacra, baladas, boleros, sambas, swings, sones, corridos y rancheras, entre otros géneros, o cualquiera de ellos y sus hibridaciones. “En mi interior hubo siempre apertura musical”, sintetiza.

Las letras van desde los temas ecológicos, religiosos, amorosos y patrióticos, dedicados al grande y chico terruño, pero también aquellos inspirados en hombres ilustres, como el tema Corrido y son a Antonio Pintor Rodríguez, que le ha significado el reconocimiento de la familia del muralista zacatecano.

“Yo cuando estoy componiendo me olvido de todo”, dice. Van en esta expresión incluidas, las noches en vela.

Cuando viene la melodía se asiste de grabadora y tararea la tonada a la que luego, propondrá una letra trabajada en la mente día y noche y en cualquier lugar, misma que será posteriormente escrita en papel.

Tábitha ha ganado desde 2008 varios concursos de índole local y nacional con sus composiciones, e incursionado asimismo como intérprete.

Por su primer tema Nuestra realidad, un swing propuesto ese año al primer Concurso de Música Popular “Identidad Zacatecana” convocado por el ayuntamiento de Zacatecas, obtuvo un segundo lugar. Y en la tercera emisión del mismo evento, efectuada en 2009, ganó tercer sitio, justo con su composición dedicada a Antonio Pintor.

Con ¿A quién? participó en el quinto Festival Nacional Cancionissste. La balada, la llevó a obtener el primer lugar estatal en agosto de 2011. De esta misma serie de eventos, consiguió un tercer lugar en su segunda emisión.

Dos de sus temas, una entrada de misa, Vamos todos hermanos, y una pieza para meditación, Mi alma siempre va, fueron seleccionados en 2013 dentro del primer Concurso Estatal de Coros y Canto Nuevo para Parroquias. Aquí bromea, le “salió lo sublime”.

En 2012, obtuvo el segundo lugar estatal en el tercer Festival Nacional Infantil Cantemos a la Tierra con su pieza La madre Tierra nos habla.

Luego de haberse casado en 2009, el proceso de divorcio acaecido en diciembre de 2012 la lleva a componer El amor es todas las cosas, a ritmo de salsa, y Recuerdo de amor, este último, un bolero inspirado en una pareja que hizo trascender su relación hasta que ambos integrantes llegaron a la vejez y en el que Tábitha encontró un medio de canalizar su duelo, explica.

En septiembre de 2012 debutó como cantante. Invitada por Esaúl Arteaga Domínguez, productor de la serie discográfica Testimonios Musicales de Zacatecas.

Participó con este carácter en el Festival Internacional Chihuahua, en la gira del conjunto Estampa  Norteña denominada Rumbo al Centenario, promocionado el disco Cantares de la Revolución.

Derivado de este proyecto, se presentó también como primera voz en el Teatro Fernando Calderón y el auditorio del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, en septiembre del mismo año, y posteriormente en el Festival Cultural Zacatecas 2013.

Asimismo fue convocada para participar como cantante en la producción discográfica Mosaico Trancoseño, también de Estampa Norteña, incluida en la serie Testimonios Musicales de Zacatecas, en 2014.

El año anterior, entre otros eventos, se involucró con el Grupo Cantera en las celebraciones del centenario de la Toma de Zacatecas con presentaciones en diferentes espacios del Centro Histórico de la ciudad y el cerro de La Bufa. Destaca su participación el 18 de julio, en la inauguración de la Sala Antonio Aguilar del Centro Cultural Ciudadela del Arte.

En 2014, también adelantó la presentación en este espacio, de su canción Así es mi tierra, que acompañada por Mexicantares ofreció como un homenaje a la añeja historia de Zacatecas, en una revisión hecha desde sus antiguas raíces prehispánicas.

Actualmente Tábitha Sánchez Solís, trabaja en un proyecto con miras a concursarlo para la emisión de este año del Programa de Apoyos a las Culturas Municipales y Comunitarias (Pacmyc). El objetivo es grabar algunas de sus alrededor de 100 composiciones, y otras que prepara inéditas, y que integrarán su primer disco individual.

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