Cuando un año inicia, uno de los propósitos más comunes entre los docentes, es el mejorar su práctica pedagógica. No sólo se interesan por aplicar los métodos y estrategias adecuados, sino que llevan a cabo su labor con alegría ya pesar de los salarios miserables que la mayoría percibe, la meta común entre maestros es mutua, pero en esta ocasión va más allá de mejorar su labor en el aula. Sí, el objetivo es seguir luchando contra el gobierno, quien se empeña en manipular la estructura de la educación pública-gratuita para lograr el que por años ha sido y seguirá siendo quizá su predilecto propósito de año nuevo: mantener al pueblo sometido a merced de sus decisiones maquiavélicas. Por fortuna, cada docente en su aula, tiene la batalla ganada, pues gracias al contacto directo con la comunidad conoce las necesidades de su pueblo, pues es parte de él. Con los métodos y estrategias adecuadas, encontrarán la manera de hacer converger los ideales y luchas aisladas hasta convertirlos en un una sola voz, la voz que yace oculta en las entrañas de la tierra aclamando justicia.
Para que este año depare mejores condiciones, es importante comenzar la clase de cada día con una lección importante, siempre relacionada a lo que es “ser humano”. Ser humano además de la concepción biológica tiene una segunda connotación, aquella que se conforma cuando se convive con los otros. En este juego de relaciones interpersonales donde la diversidad cultural, principios y valores armonizan, radica la diferencia.
Habrá quién no intente ser humano, o quien lo intente sin lograrlo, bueno o malo, ser humano es un arte, un arte aprendido. Esta transmisión de atributos que distinguen al hombre, no se construyen por otra vía que la social: la educación, sea formal o informal, escolarizada o no. La cuestión es, hasta dónde el maestro está dispuesto a pelear por rescatar la esencia de ser humano, en el sentido de “ser” ahí donde se reconoce la existencia del otro; ¿hasta dónde un maestro puede ir contra las reglas burocráticas que el sistema impone para hacer de su clase un verdadero templo de recreación, ocio (contemplación) y sabiduría, haciendo crecer su influencia y ejercicio, más allá del aula, trabajando en armonía con la comunidad?
Para mejorar la convivencia y organización entre los miembros de un grupo, la primer tarea es reconocer a aquellos que no desean ser humanos, aquellos que ven en las personas una oportunidad de lucro, lo que les convierte a sí mismos en sujetos, y objetos de soborno. Este tipo de personas no pertenecen a la comunidad, no a aquella que desea el bien colectivo. Cuando las personas logren mayor consciencia de su realidad, cuando reconozcan plenamente que pertenecen a un grupo y que se es uno con la tierra, se habrá dado un gran paso en la materialización de un cambio por muchos deseado. Si esto llega a suceder, la extorsión y manipulación de la actual organización política, será un ejercicio que formará parte del pasado y aunque suene utópico, no se puede perder la esperanza de un mundo mejor. En el libro de historia de sexto grado de primaria en su página 46 hay una lección interesante; se explica la forma de organización política de Roma, donde a los plebeyos que podían votar, se les manipulaba mediante “pan y circo”, es decir, comida y diversión, como las luchas de gladiadores en el coliseo. Éste y otro tipo de lecciones, son buenos pretextos para hacer análisis en clase y reuniones con padres, enfocando el debate en lo referente al bien común.
En estos debates, se hace notar un cambio en la conciencia colectiva. Los padres expresan de manera enérgica su rechazo a las personas que acceden a la extorsión, con el intercambio de votos por material de construcción o la venta de credenciales, también expresan su descontento hacia los partidos políticos incluso a los que sedicen de izquierda, pues una vez en el poder, expresan – se olvidan del pueblo y se sienten superiores-. Experiencias como éstas son compartidas con entusiasmo por los docentes en las reuniones de Consejo Técnico Escolar, es alentador saber que los puntos de acuerdo, son cada vez más estrechos.
Que este año sea una año de buena cosecha es el deseo del campesino, que sea un año de mayor ganancia, es el sueño del comerciante, un año de mejor salario, es el anhelo de obreros y maestros, todos miembros de una comunidad que busca una mejor vida no solo en lo material, sino también en lo espiritual. Entonces, si el objetivo es alto, la tarea será compleja y por ello, la semilla de la educación en cualquiera de sus modalidades deberá ser el individuo, no el Estado. ■
*Miembro del Movimiento Magisterial
