■ El joven creó El pulso de la República, noticiero cómico que se transmite a través de la web
■ El programa lo puede ver desde un joven hasta un hombre de 40 años o más, señala
La libertad que ofrece Internet no se consigue a través de medios tradicionales, además de que este espacio da cabida a todas las personas sin importar su edad y permite establecer un contacto directo entre sus usuarios.
Estos tres elementos son las características principales que llevaron a Chumel Torres a apasionarse por este medio. El joven originario de Chihuahua es el conductor de El Pulso de la República, un noticiero cómico que se transmite a través de Internet.
Un millón de suscriptores en su canal de Youtube, al menos 18 ciudades recorridas en diferentes países para impartir conferencias y cerca de 5 millones de personas que a la semana ven sus videos, son algunos de los números que rodean este proyecto; “una cosa de locos”, asegura.
Ingeniero de profesión pero “enamorado” de los grandes íconos del humor político, como Jon Stewart, John Oliver y Stephen Colbert, Chumel sintió “la necesidad de crear un programa” de noticias con un formato de comedia y, junto con un grupo de amigos, inició el proyecto de El Pulso de la República.
Esta iniciativa “tiene mucho que ver con la libertad” que ofrece Internet, medio por el cual este noticiero, explica su conductor, “tiende puentes” y llega a personas de todas las edades. Su contenido de sátira política lo puede ver desde un joven universitario hasta un hombre de 40 años o más “porque les hablas en su idioma, porque confías en su inteligencia”.
Empezó siendo un videoblog pero enseguida estos creadores buscaron darle un giro a su actividad para diferenciarse precisamente de ese tipo de materiales.
Su intención es, por tanto, crear un noticiero “lo más profesional que podemos porque queremos alejarnos un poco del chistín o de la cosa más home made y llevarlo hacia un nivel de producción un poco más elaborado, que vaya a competir no con blogs sino con programas reales”.
El generar y poner a disposición de las audiencias este tipo de productos a través de Internet es una invitación a decir que “no tienes por qué estar viendo La Rosa de Guadalupe”, expone Chumel, porque hay otros productos audiovisuales “geniales y gratis”.
Aparte de poder disfrutar de contenido alternativo, el joven de Chihuahua destaca la gran ventaja de Internet de poder establecer canales de comunicación directa entre el generador de contenidos, en este caso su empresa con El Pulso de la República, y las personas que consumen el producto y que ya no son simples espectadores, sino que al no hay intermediarios puede haber una comunicación directa.
En este sentido, afirma que los medios tradicionales en México como “Televisa y TV Azteca no nos escucharon y están pagando sus pecados, están pagando no escucharnos, porque yo ya no prendo la tele, yo nada más pongo Netflix, Youtube… y veo lo que yo quiera, cuando yo quiera, gratis y aparte son contenidos premium”.
La libertad que da Internet de poder elegir el producto audiovisual que cada persona quiera y no el que se le impongan convierte esta plataforma en un medio que como consumidores y también como creadores tiene que aprovecharse.
Chumel señala que “México, para bien o para mal, ha estado con la pata al cuello tanto tiempo que las ideas no han surgido mucho”.
Por eso añade que ahora, con las amplias posibilidades de Internet, hay que impulsar todos los proyectos porque “nadie se está animando a hacer las cosas que quieres ver, las que de verdad quieres ver, escríbelas, (…) hagámoslas nosotros”.
Por experiencia propia, precisa que no es complicado por ejemplo llevar a cabo un proyecto de videoblog o un producto de éxito para la plataforma digital pues, en su caso, sólo necesitas una cámara sencilla que “todo el mundo se la puede comprar con un ahorrito y no le pide nada a López Dóriga”.
Chumel dice que siguiendo esta lógica él y sus amigos pudieron sacar adelante su propia empresa productora y prevén nuevos productos para el futuro como una caricatura que consideraron algo necesario por no haber “un South Park en México, ni unos Simpson; me muero porque haya, pues escribámoslo nosotros”.
Concluye que así, aunque suene “trillado, sí seguimos nuestros sueños y estamos viviendo nuestros sueños todos los días y es espectacular”. Subraya que el hecho de hacer lo que les gusta no significa que “estamos en una labor altruista, pero si por lo menos te ponemos una cachetada para que salgas de tu zona de confort, bring it on (adelante)”.
